«Reflexiones con Gloria»

Gloria Rodríguez / Mujeres sin Fronteras /

La violencia en los tiempos del Facebook

Actualmente, la violencia es un problema de salud pública que afecta a toda la sociedad. Y no empezó en el siglo 20. Tiene su origen miles de años atrás.

En la actualidad nos afecta a todos, ya que este flagelo compromete las entidades públicas de la nación.

Afecta sectores tales como la economía y la salud. Nos golpea física, mental y emocionalmente.

El resguardo de la vida incumbe a los entes gubernamentales.

Vemos envueltos en este dilema a la policía, bomberos, Cruz Roja y el Juzgado de Familia. Se satura el 911, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el organismo de Investigación Judicial, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU), entre otros. 

Todo esto es como una espiral, un dominó que afecta hasta el Ministerio de Educación (MEP) y a la misma Iglesia, pero podríamos mencionar más.

Primer brote de violencia registrado en la Escritura

Dios le dio un lugar al ser humano en el Paraíso para vivir, le otorgó también todo lo que necesitaban y su presencia permanecía con ellos.

Sin embargo, cierto día decidieron escuchar la voz del enemigo y comer del fruto del árbol del bien y del mal. 

Entonces les fueron abiertos los ojos, se dieron cuenta que estaban desnudos y sintieron miedo. 

El Señor los confrontó y pasó lo peor. Adán respondió: «La mujer que tú me diste me dio y comí».

Nótese aquí que el hombre culpó a su Creador y a su mujer. Eso es agresión y de doble vía. Cuando se llamó a cuentas a la mujer esta dijo: «la serpiente me engañó».

Ninguno reconoció su error. Y eso ocurre en muchas familias hoy.

Estamos hiper conectados a las redes sociales, pero paradójicamente más desconectados emocionalmente de nuestros seres queridos.

Las consecuencias para Adán y Eva fueron devastadoras. Perdieron todo lo que tenían y quedaron fuera de la cobertura del Eterno, enfrentándose a las tentaciones del entorno.

Entonces ocurrió el primer homicidio, Caín mató a su hermano Abel. 

Después de esto se desencadena todo un caos de violencia que se extendió por el mundo y ha persistido hasta nuestros días.

Los días de Noé

Este es un parámetro importante. La Biblia nos señala que los postreros días serán como los de Noé.

En aquel tiempo los hombres eran malos y violentos. Fue tanta la maldad que Dios se arrepintió de haberlos creado y quiso borrar de la faz de la tierra a todo ser vivo.

Imagine por un instante la indignación y el dolor de nuestro Señor, al ver lo corrupta que se había vuelto su creación.

Y así podremos encontrar múltiples casos en la vida de personajes como Abraham, Moisés, Sansón, Samuel, David, Ester,  hasta llegar a Jesús.

Porque sin lugar a dudas, nuestro precioso maestro sufrió mucho. El acto más cruel de violencia fue el que experimentó Jesús en la crucifixión.

La historia nos cuenta y nos seguirá contando de guerras. Seguiremos viendo a tiranos como Hitler.

Nuestros días no escaparán de ese espíritu de violencia, al cual no hemos sido capaces de erradicar.

Y todos, de alguna manera somos víctimas de maltrato.

Pero es tiempo también de que la Iglesia se levante y ejerza una verdadera violencia en el espíritu.

La Palabra lo señala con claridad. El reino de los cielos sufre violencia y solo los violentos lo arrebatan.

Es tiempo de sembrar amor al prójimo y que reflejemos el rostro de Cristo con más fuerza que nunca. Esto será algo violento contra nuestro adversario el diablo, pero lo exhibiremos derrotado.

Animémonos y seamos violentos, pero no con la violencia incorrecta, si no de aquella que dice la Sagrada Escritura, la que es en el Espíritu.

Oremos y ayunemos por nuestras familias y por esta nación. Entonces ahí quizá, podamos ver el cambio que siempre hemos anhelado.

(Los comentarios y artículos de opinión o de formación espiritual, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).