Zimri: personaje de la Biblia que se quemó vivo

Dr. Carlos Araya Guillén / Articulista /

Se calcula que cada año cerca de un millón de personas en nuestro planeta toman la decisión de quitarse la vida.

El suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo, según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicadas en “Suicide worldwide”.

Cada año, miles de personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo. Todos los casos son una tragedia que afecta a familias, comunidades y países. 

Esto puede ocurrir a cualquier edad. En el 2019 fue la cuarta causa de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo.

Según la OMS,  más personas se quitan la vida por suicidio, que por VIH, paludismo o cáncer de mama, o incluso por guerras y homicidios.

En Costa Rica el suicidio va en aumento. El 2022 se convirtió, en el año con más casos de suicidio en la última década.

El suicidio es un acto voluntario que causa la muerte intencionalmente, es un problema de salud pública y psicológica.

Es una conducta que lleva dolor, aflicción y desconsuelo a la familia, amigos y conocidos.

Desde muy antiguo la humanidad no escapa a la dura y dolorosa realidad del suicidio.

En la Biblia ya lo encontramos presente. El caso más conocido es el de Judas, llamado Iscariote, uno de los discípulos de Jesús en el sentido pleno del término (Mt 16:14; Mr14:10 y 14:20: Jn 6: 71, Hch 1:17) quien  después de traicionar a su maestro y venderlo  a las autoridades religiosas judías por 30 monedas de plata, fue y se ahorcó (Mt 27:5) DHH/2016).

También está en el Antiguo Testamento, el caso de Zimri, otro personaje bíblico, que se quita la vida cuando gobernaba «de facto» sobre Israel en Tirsa, después de una conspiración.

Aprovechó que el ejército estaba en el campo  batallando contra Gibetón, ciudad de los filisteos, en el año 885 a.C.

Dice la escritura que Zimri, para apoderarse del gobierno mató al rey de Judá Ela  (magnicidio) y lo suplantó.

Exterminó a toda la casa del rey Baasa y de su hijo Ela, sin dejar vivo a ningún varón, pariente o amigos que pudieran vengarlo. (1 Reyes 16:11) DHH/2016.

Sin embargo, permaneció en el poder solo siete días porque no fue reconocido por el pueblo de Israel ni su ejército.

Viendo Zimri que la ciudad había sido tomada  por el ejército y el pueblo, que iba a ser destituido y quizá eliminado, se metió en el reducto del palacio real y lo incendió estando él adentro, así acabó con su vida. (1 Reyes 16:18) DHH/2016.

Murió por los pecados que había cometido, haciendo lo malo ante los ojos de Jehová, sus malas acciones y andando en los caminos de Jeroboam, quien hizo pecar a Israel con su idolatría e irritando al Señor (1 Reyes 16: 18-19) DHH/2016.)

El caso de Zimri, el de Ahitofel -consejero de Absalón- que se ahorcó porque no hicieron lo que él dijo, (2 Samuel 17:23), así como el de Judas, que hizo lo mismo, nos recuerda, que el ser humano no tiene autoridad para quitarse la vida, como dice 1 de Samuel 2: 6 «El Señor da la vida y la quita, nos lleva al sepulcro y nos rescata de él».

El suicidio es un acto devastador que parece surgir de la nada, pero que se viene gestando en la mente de la persona con mucha antelación.

Aunque no podemos predecir un intento de suicidio con certeza, puede ser útil comprender que causas pueden poner en riesgo a una persona y los avisos que suelen dejar antes de tal acción.

El texto sobre la automuerte de Zimri, debe ayudarnos a reflexionar que cientos de personas en el mundo se suicidan y esto incluye gente que asiste a las iglesias, aunque usted no lo crea.

La depresión, desesperanza, falta de valor, demasiada tristeza, perder el interés en vivir, cambiar de patrones de alimentación, dormir poco, sentirse cansado, estar en constante queja, mucha ansiedad, sentirse enfermo sin que aparezcan causas, tener dificultades para concentrarse, consumo de drogas, aislarse y tener pensamientos suicidas, son tan solo la punta del iceberg que nos debe poner en alerta como familia, cuando hay un joven o adulto con características similares en nuestro entorno.

El otro aspecto colateral de la historia, es que dice la Biblia que Zimri, murió por seguir los caminos que había llevado a Israel a la idolatría, lo cual molestó a Dios.

Una y otra vez, en la Escritura el Señor condena la idolatría, por cuanto Él es un Dios celoso que se irrita con aquellos que hacen y siguen ídolos paganos, hechos quizá de oro, plata, marmol o lo que sea, pero que son objetos que el hombre fabrica con sus propias manos. 

Tienen boca, pero no pueden hablar, ojos, pero no ven, orejas pero no oyen, nariz pero no huelen. Les hacen manos, pero no pueden tocar y pies, pero no andan. Iguales a esos ídolos son los que los fabrican y quienes en ellos creen. (Salmo 115:4-8) DHH/2016.

Esto nos lleva a pensar en las nuevas formas de idolatría, que son también falsos dioses del poder, como la fama, el lujo y el dinero, que traen trágicas consecuencias a quienes le rinden culto. Dios conoce los escondrijos de la maldad humana, sus egoísmos, sus falsedades y  ambiciones de poder.  

Pero se ofrece como pastor (Salmo 23) y sanador para limpiarnos de todo pecado e idolatría. Bienaventurados son los que guardan y viven la Palabra del Dios vivo y le sirven.

De Jehová es la tierra y su plenitud y los que en él habitan. Aunque haya malos gobernantes Dios no olvida nunca a su pueblo. Un Dios de amor que no abandona a sus hijos.

Somos salvos por la fe, mediante la Gracia. Es un don de Dios, no mérito humano, sino por su infinita misericordia.

«De tal manera amó Dios al mundo que nos ha dado a su Hijo, para que todo el que ponga en Él su confianza, no se pierda más tenga vida eterna» (Juan 3:16) DHH/2016

 (DHH72016: La Biblia Dios Habla Hoy.)

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