Corina Orozco Brenes / periodista /
La nacionalidad se fundamenta en la cultura compartida. Toda identidad nacional es narcisista. As铆 es y as铆 ha de ser como factor influyente que promueve la cohesi贸n social.
Por esto mismo tenemos banderas, s铆mbolos patrios, himnos, fiestas c铆vicas y selecciones deportivas entre otras manifestaciones.
Como afirmaba Freud, toda cultura se atribuye el derecho de menospreciar a las dem谩s. Seg煤n nos lo indica la historia podremos estar de acuerdo con ello.
Este desprecio genera discordia. En las relaciones internacionales es natural que este profundo sentimiento de nacionalidad cree oportunidad para el conflicto entre las naciones. Especialmente cuando se compite por recursos limitados.
Esto es de esperarse: unidades pol铆ticas adapt谩ndose a su contexto, sobreviviendo, buscando la prosperidad, ejemplo de home贸stasis.
A nivel interno de la naci贸n, el narcisismo puede transformarse en sicopat铆a. Se puede transformar en enfermedad. El patriotismo puede transformarse en xenofobia dogm谩tica.
Esta xenofobia dogm谩tica fundamentada en el odio y la irracionalidad pueden legitimar en la conciencia de muchos el irrespeto hacia las dem谩s personas, el insulto, el maltrato …y hasta el genocidio. Investigaciones de Sicolog铆a Social y la propia Historia de la Humanidad nos lo confirman.
El ser humano, al igual que los animales, es propenso a la violencia en contra de otros que no pertenezcan a su mismo clan. Asimismo, el narcisismo patri贸tico puede degenerar en xenofobia ciega, transformando a los ciudadanos en sic贸patas.
驴Cu谩les factores socio-econ贸micos y sicol贸gicos hacen de una persona normal una persona xenof贸bica? Lastimosamente, corremos el peligro de convertirnos en seres enfermos de xenofobia dogm谩tica.
Hace dos mil cuatrocientos a帽os Tuc铆dedes nos ense帽贸 a observar imparcialmente y a cuestionarnos el por qu茅 nos negamos a ver lo evidente y a negar lo que es real y palpable.
