OPINIÓN

La iglesia, ¿el hospital que mata a sus heridos?

En un medio de comunicación donde escriben muchos líderes y pastores, es bueno que los lectores conozcan el pensamiento de una "oveja".

Paul Arroyo Agüero / Ingeniero civil /

Charles Cullen, apodado «el ángel de la muerte», fue un asesino serial de los Estados Unidos que en un período de 16 años mató a sus pacientes con sobredosis de insulina, aprovechando su posición de enfermero. Se calcula que eliminó a más de 400 personas.

Utilizando esta analogía, la iglesia es un gran hospital donde existen personas con diferentes problemas, es algo así como un centro hospitalario de pecadores, no un museo de santos.

Sin embargo, constantemente vemos un liderazgo deficiente y una falta de amor hacia las personas, que ocasiona que mucha gente se aparte de la congregación y de Dios.

A veces el líder se enfoca en llenar el templo y a pasar anuncios, sin mostrar ese carisma, amor y empatía de Jesús cuando estuvo en la tierra.

La parábola de la oveja perdida nos muestra como el pastor de ovejas (o sea el líder), deja a las 99 y sale a buscar a esa que se extravió, que probablemente está confundida y desanimada.

Pero eso no siempre ocurre en la iglesia actual, siendo que a esa oveja perdida se abandona y se le endosa  su situación bajo el argumento de que es responsabilidad de cada uno venir a la iglesia o la célula, en el caso de que tengan este tipo de grupos.

Pareciera que al líder promedio, poco le interesa investigar que está ocurriendo con esa persona o familia.

En ocasiones, más bien es al contrario, la oveja solicita hablar con el líder, pero debe esperar un espacio en la agenda para ser atendido.

Estamos en una época donde falta el amor y la sensibilidad, eso ocasiona que nosotros como miembros de alguna congregación a veces perdamos terreno.

Es increíble conocer la cantidad tan grande de deserciones que hay en las iglesias, pero también  matrimonios destruidos, divorcios, separaciones, maltrato intrafamiliar y nadie se da cuenta.

Muchos líderes han perdido el discernimiento y son los últimos en enterarse de lo que pasa en sus congregaciones.

Pareciera que tenemos gran cantidad de comunidades cristianas como dormidas, sin estrategias, con una posición pasiva, que piensan que todo está bien “mientras el entorno de las cuatro paredes esté bien.”

Pero la iglesia como tal, debería ser un lugar de refugio, consuelo, apoyo, sensibilidad social, resguardo y paz, o sea un lugar de adoración, pero también un centro de amigos.

No obstante, a veces ni nos conocemos, menos saber lo que le ocurre a nuestro prójimo. Parece que no nos interesa.

Las congregaciones deben ser un lugar para aprender, compartir y sanar, es realmente un hospital para sanar el alma herida de tantas emociones dañadas de nuestra infancia, pero también es el recinto para restaurar los problemas familiares, para los que ya no hay espacio de expresarlos, porque solo existe  un monólogo, todo es en una sola dirección, alguien habla y los demás escuchan.

Luego cada uno se va para la casa y el tiempo para preguntas o para abrir el corazón está ausente. A veces salimos igual que como entramos o quizá peor, si nos vamos con frustración.

Con alguna regularidad, la iglesia ve a uno de sus soldados heridos y lo remata, casi para que se muera más rápido. Como lo dijo Bob Mumford «los cristianos somos el único ejército que le dispara a sus heridos». 

Basta ver las redes sociales como algunos líderes  y miembros de iglesias  atacan a otros ministerios, como si no fueran parte del mismo batallón.

Es aquí donde se aplica la analogía de Charles Cullen.

Este fulano mataba con una inyección, pero nosotros hacemos lo mismo, porque con nuestras actitudes inyectamos enfriamiento al corazón del prójimo, lo cual consecuentemente producirá un «paro respiratorio» al alma y luego el espíritu quedará atrapado, con poca fuerza para buscar de Dios.

En un medio de comunicación donde escriben muchos líderes y pastores, es bueno que los lectores conozcan el pensamiento de una oveja. A lo mejor también esto explique el por qué existe tanta deserción en las iglesias.

(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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