Toda decisión tiene consecuencias
Pastor Víctor Quirós / Presidente Sinergia Liderazgo y Desarrollo /
Es la nuestra, no pasar la página, por causa de nuestros hijos y por Costa Rica. La lucha sigue….
En mis 55 años de vida no he encontrado a nadie a quien le sea indiferente que se diga de si, algo negativo. A casi nadie le gusta ser confrontado o aludido respecto a sus malas acciones. En honor a la verdad, me ha tocado estar de ese lado y se siente feo, realmente horrible. No obstante, he aprendido con el pasar de los años, a escuchar la verdad, aunque me duela; y en alguna forma me azote, más cuando esta procede de Dios. Es por esa razón que tampoco he rehuido expresar mi percepción de los hechos, cuando lo considero necesario.
Caminar en la verdad es un valor trascendental, sin el cual sería imposible “andar en la luz, como Cristo está en la luz” 1 Juan 1:7. Solo el respeto por la verdad nos permite abrir en nuestro corazón espacio al arrepentimiento y a la sensibilidad a Dios.
Hermano Eduardo Cruickshank, en su derecho de respuesta del día 18 de mayo, indica usted sentirse en extremo dolido por la contundencia de mis palabras, al calificar su proceder del 12 de mayo en la Asamblea Legislativa, como Alta Traición a los valores del reino, al pueblo del Señor y a Costa Rica. Dice también, que le duele mucho más por venir de un hermano en la fe. Lamento que le duela, pero una pregunta se hace relevante en este particular. ¿Qué es aquello que además de mi vehemencia para denunciar lo que pienso que está mal, no rima con la verdad? ¿Qué es aquello en lo que me he alejado de los hechos y le juzgo desde mi imaginario, o simplemente, desde mi percepción? ¿Qué es lo que usted llama falsedades y engaños?
En mi manera de ver las cosas no sería su hermano, si me auto impusiera la limitación de intimidarme por el respeto que tengo a la investidura que ostenta como representante de la patria, evadiendo así el decirle la verdad que considero requiere escuchar, o quizás simplemente recordar, pero que evidentemente, no atinan a develar delante de sus ojos, quienes están a su lado.
Usted recibió ese lugar de honor no solo de sus votantes, todos conservadores, sino de Dios para servir en favor del gobierno soberano de nuestro único Rey, y no para rendir pleitesía a un gobierno que, a todas luces, promueve los valores del anti reino.
Cabe señalarle, a usted hermano Cruickshank y a los lectores, que después de declarar sus sentimientos dolidos, usted no señala un solo aspecto de mi artículo ¡Alta traición!, en el cual pueda afirmar que he faltado a la verdad. En tal caso yo no sería mezquino para ofrecerle una disculpa. Usted lleva razón en el sentido de que no le ubiqué antes de manifestar mis criterios públicamente, pero lo hice, luego de oír sus argumentos en video de descargo que usted hizo público, preparado por su partido político.
Permítaseme reiterar mis criterios y facilitar al lector la comprensión de lo que pasó el 12 de mayo en la Asamblea Legislativa, a partir de las siguientes interrogantes y sus consecuentes respuestas, dejando en el criterio de los lectores si en algo he faltado a la verdad.
¿Era para usted posible, desde el ejercicio de su investidura de presidente del Directorio Legislativo, pasar la votación como moción de orden, de manera ágil e inmediata?
La respuesta es simple, sí podía hacerlo y no lo hizo. ¿Por qué Don Eduardo? De sus razones no me atrevo a emitir juicio, pero a partir de ese momento, la confusión empezó a reinar en el plenario, pues era inaudito que usted, habiendo firmado la moción, se viera desconcertado buscando razones para no facilitar que esta se votara.
La moción que usted recibió de 26 diputados representaba también a más de 30.000 costarricenses, que con sus firmas se unieron a Sinergia Liderazgo y Desarrollo y a los otros movimientos civiles gestores de esta moción. No contábamos con un revés de su parte a una causa propia del sector cristiano.
Aclarado este punto todo lo demás queda sobrando, pero continuemos, por respeto a quienes les interesa los hechos en detalle y asumir un criterio propio sobre los mismos.
¿Sabía usted que el plenario tenía una asistencia ese día de 50 diputados, que era lo que se requería para que la moción fuera aprobada por los 26 diputados que la apoyaban como moción de orden?
Claro que sí, usted lo sabía y era obvio que ese era el día oportuno. Tan es así, que por mensaje de texto animé al señor Carlos Avendaño para que se procediera a votar dadas las circunstancias, y transcribo lo que don Carlos me contestó: “estimado Víctor, hoy es un día apropiado, ya que estaremos presentes un buen número de diputados que respaldamos la propuesta.” ¿Por qué dejó pasar esa oportunidad? ¡Solo usted y Dios lo saben!
¿Era indispensable que usted solicitara a Servicios Técnicos la revisión de la moción para decidir si esta debía ser tramitada como una moción de “orden” o una moción de “proposición”, sabiendo usted que las resoluciones de Servicios Técnicos no son vinculantes y que otras mociones similares a estas habían sido aprobadas como moción de orden?
No era indispensable, ni necesario. Usted sabía que en caso de ser declarada moción de “proposición”, y no una moción de “orden”, la misma ya no se votaría por mayoría absoluta, esto es, la mitad más uno de los presentes.
Al ser declarada moción de “proposición”, esta, se ubicaría en el último lugar en la lista de pendientes de la agenda legislativa, y para ser vista en el plenario, ahora se necesitaría una nueva moción denominada “moción de posposición”, la cual requiere de 38 ocho votos para poder aprobar que la moción de “proposición” pase al primer lugar de la lista de pendientes de la agenda legislativa, “posponiendo” las más de 100 mociones pendientes.
Dígame Don Eduardo, ¿por qué usted pidió esa revisión, como consta en documento de la Asamblea Legislativa AL-DEST-CJU-016-2020? Su respuesta indicando apego a los procedimientos, ¿no es más bien una cortina de humo para confundir a los costarricenses que poco conocemos de estos asuntos técnicos? Dígame que no es cierto que, aplicando la lógica de la resolución de servicios técnicos, no era legítimo considerar que usted la estaba sepultando y riñendo sin motivo aparente con ella.
Me resulta de poco talante la intención de justificar sus yerros en la tesis de tener muy poco tiempo en el ejercicio del poder en el Directorio Legislativo. Usted tiene dos años de ser diputado y le acompaña en el Directorio su amigo y asesor Don Carlos Avendaño, a quien le es sobrada expertis en esos menesteres.
¿Convocó usted a los jefes de fracción para consultarles sobre su criterio respecto a si presentaba o no la moción de “orden”, tal cual usted la había recibido?
Si, y usted siempre tuvo claro, que la decisión de los jefes de fracción fue afirmativa para que se votara la moción de orden, con una votación de 4 a 3.
¿Por qué hizo caso omiso de ese criterio, y a la manera de cualquier dictador a quien la democracia le resulta irrelevante, usted impuso su criterio procurando pasar a la segunda parte de la sesión del día?
Don Eduardo, ¿podría usted desdecir el testimonio de los jefes de fracción sobre el acuerdo tomado? Claro que no. Lo que es evidente, es que durante todo ese tiempo las aguas se movieron al punto de que muy pronto dos diputados del PLN, habiendo sido intimidados, ya desertaban de la moción, y era entonces, la acción política consecuente de prever, que las llamadas convocando a todos los “progresistas” para que se hicieran presentes en el plenario, no se hacían esperar.
Juzguen los lectores si para esta hora del día y con este manejo político por parte del presidente legislativo, la moción estaba moribunda o no, cuando ya era voz populi en el plenario que sería calificaba como una moción de proposición, según criterio de servicios técnicos en ese momento ya conocida por todos.
Señor Cruickshank en medio de la confusión que sus recientes declaraciones han generado en la prensa, se oye decir que usted endosa a otros, según la primigenia costumbre del Edén, la responsabilidad de no haber votado la moción de orden, pues ahora afirman sus co-partidistas, que usted tenía la intención de presentarla en esa segunda parte de la sesión.
Hermano, esa idea ofende mi intelecto y el de los costarricenses. Le pregunto ¿Con quién habló usted al respecto? ¿A quién envió usted, con las buenas nuevas? ¿Acaso al señor Avendaño, o a cualquiera de sus compañeros de fracción? ¿Alguien avisó de su intención de procesar la moción en la segunda parte del Plenario? ¿Díganos quién fue receptor o receptora de su misiva para advertir de su intención? ¿O era su expectativa que, a pesar de su actitud obstaculizadora de todo el día, ellos adivinaran sus intenciones?
Don Eduardo, puedo entender que se sienta emocionalmente afectado, y que sienta que su nombre este siendo cuestionado, lamento que en esta le tocará a usted, pero tendrá que reconocer que se la buscó solo y aprender que, en todas las cosas y aspectos de la vida, todas nuestras decisiones tienen consecuencias. Ese es, sin duda, uno de los precios altos que implica el decantarse por el servicio público.
Estamos puestos tanto usted como diputado y yo como pastor, bajo el escrutinio de la gente. Ni usted ni yo, ni alguien más, estamos libres de errar; errar es simplemente humano, pero emprender el camino de regreso hacia lo correcto y hacia lo mejor, es de valientes. Sé, de mi propia experiencia, que no es fácil retomar el camino cuando estamos errando y pensamos que no, pero siempre es en el retorno a la obediencia de la ley divina, que todos encontramos redención. No me debe nada a mí, quien además soy libre de intereses partidistas, se lo debe a usted mismo, y a quienes alguna vez creyeron en usted.
Habiéndose realizado ya la nefasta votación por usted procurada, es posible constatar que todo lo que he dicho es cierto, usted construyó el camino para que esta moción agonizara por ocho días y al presentarla como moción de proposición y no como moción de orden, lo cual usted podía hacer, le da la estocada final, y con su gestión, oficializó la defunción de la petición de más de 30,000 costarricenses firmantes de esa solicitud.
Solo ante los incautos podrá usted curarse en salud con su voto afirmativo, pero no ante quienes pudimos observar, sin entender sus motivos internos, pero intuyéndolos, que este fue el destino que usted predeterminó para esta moción de orden que pospondría la implementación del matrimonio homosexual.
Usted se quedó fijo en la tesis que esgrimiera al periódico El Mundo, el 9 de agosto del 2018, en el cual afirmó que el matrimonio igualitario era un hecho en Costa Rica. Hoy se llena la boca repitiéndolo ante los medios y pareciera ser este el razonamiento último por el cual ni usted, ni su partido, hizo alguna cosa en 18 meses, para generar discusión al respecto en el seno legislativo.
Es cierto que la aprobación de la moción de orden no garantizaba la aprobación de la extensión del plazo a la implementación del matrimonio igualitario, pero… ¿qué hizo que le estorbara tanto la posibilidad de someter este criterio a la Sala Constitucional, que prefirió darnos este espaldarazo? ¿A qué compromisos se aferró usted para no darle una oportunidad a esta posibilidad?
Quienes observamos el quehacer de los partidos políticos, no solo ya no comemos cuento, sino que seremos atalayas del proceder de quienes pretenden liderarnos. Gracias a Dios cada día somos más los que en la sociedad civil estamos listos para levantar una voz de denuncia ante los abusos de poder de los políticos.
Yo sigo pensando que todavía usted puede hacer lo correcto. Le invito a hacerlo. Le solicito humildemente que se redima, usted tiene cómo hacerlo.
Su voto afirmativo NO será suficiente para que el pueblo conservador perdone y les devuelva la confianza perdida. Aun advirtiéndole de su error, evadió, la oportunidad de hacer lo correcto en el momento oportuno. Creo que muchos, igual que yo, no sabemos por quién votar en el futuro, pero si usted no hiciera nada para enmendar esta gran falta, ahora nos quedaría claro, por quien no votar.
Entienda usted, y todos quienes leen, que la denuncia es un aspecto inherente al evangelio, no veremos avanzar el Reino, sin que se haga correr por las calles la justicia, y las naciones entiendan que es menester oír a Dios y seguir Su Ley y Su Verdad, antes que a los hombres. Hechos 4:19.
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