FORMACIÓN

 Los ángeles en la Biblia

Los ángeles son mencionados más de 100 veces en el Antiguo Testamento y 175 en el Nuevo Testamento.

Dr. Carlos Araya Guillén / Articulista /

(Primera parte)

Cada día se habla más de los ángeles y su presencia en diferentes momentos de la realidad humana. Son muchas las personas que aseguran contactarlos y hablar con ellos mediante ritos muy similares a los de una liturgia religiosa.

En navidad las tiendas se llenan de adornos de mil colores, juegos de ángeles con trompetas portavelas y hasta de colección. Sin faltar los ángeles “bebé” con alitas de mariposa, “regorditos” y semidesnudos fruto de la imaginación popular. Los precios varían en función del tamaño y material utilizado.

En torno a ellos ha crecido una religiosidad mágica, la superstición y desde luego, los agoreros y falsos predicadores, que aprovechan la ignorancia de personas para vender las “bondades” de una percepción “extrasensorial”.

Todavía más, son muchos los que se jactan de tener sus ángeles custodios privados y actuantes en momentos difíciles de la vida cotidiana.

Examinemos lo que dicen las Sagradas Escrituras sobre los ángeles

Los ángeles son mencionados más de 100 veces en el Antiguo Testamento y 175  en el Nuevo Testamento.

El vocablo ángel procede del griego “aggelos” (mensajero). La palabra correspondiente en Hebreo ma’laka , significa lo mismo.

Según la Biblia los ángeles son creados por Dios (Colosenses 1:16-17). Son seres espirituales (invisibles) al servicio deL Señor, enviados en ayuda de quienes han de recibir como un don la salvación. (Hebreos 1:14, Colosenses 1:16).

Son miles (Hebreos 12:22), de ejércitos completos (Mateo 26:53). Aparecen vestidos con ropas blancas (Lucas 24: 4 y Marcos 16:5) y brillan como un relámpago (Mateo 28:3).

Los seres humanos fueron hechos menores que los ángeles (Hebreos 2:7).

Los ángeles cuando aparecen, adoptan la figura humana (Génesis 18:2), los 2 ángeles de Sodoma y Gomorra (Génesis 19: 1-22) y los dos hombres de pie que se le aparecen a las mujeres que visitaron el sepulcro de Jesús (Lucas 24:4 y Marcos 16:5).

En contadas excepciones pueden ser vistos y oídos. No se casan (Mateo 12:30, Lucas 20:35-36).

Son inmortales (Lucas 20:36), pero no omnipotentes. Cumplen las órdenes de Dios (Salmo 103:20-21). Tampoco son omniscientes (Mateo 24:36), ni omnipresentes (Daniel 9:21). Están dotados de inteligencia y voluntad (1 Pedro 1: 12).  

Los ángeles desempeñan funciones permanentes y específicas. Entre las primeras, figuran las de adorar, alabar y dar gloria a Dios. Son sus fieles mensajeros.

Las específicas se descubren en el cumplimiento de tareas encomendadas por nuestro Padre Celestial, como el caso del sacrificio de Issac cuando un ángel evitó la muerte del hijo de Abraham (Génesis 22: 9-12) o cuando el ángel  liberó de la cárcel a Pedro (Hechos 12: 7-11). También fue un ángel el que quitó la piedra del sepulcro del Señor y se sentó sobre ella (Mateo 28:2).

No son seres de otro planeta ni descendientes de dioses mitológicos, más bien, dice la Biblia que en tiempos antiguos Dios daba a su pueblo, por medio de los ángeles, sus mandamientos con fuerza de ley (Hebreos 2:2).

No se necesita sentir un olor a perfume para percibir su aparición. El aroma a miel, rosa, jazmín, canela, pino, inciensos como sándalo para invocar o reconocer su presencia (que es parte de una creciente aceptación popular)  no tiene asidero bíblico, como tampoco la creencia de encontrar plumas en la casa, ver luces, cambios de temperatura inexplicables, como señal de una presencia angelical.

No necesitan que los llamen a través de oraciones, rezos y súplicas. No son amuletos de buena suerte contra los daños físicos, morales o espirituales que nos puedan causar otras personas.

Los ángeles no tienen alas ni las necesitan para moverse de un lugar a otro. En ninguna parte de las Sagradas Escrituras se hace referencia a esa característica que no es bíblica. Sin embargo, la Biblia menciona otros seres alados cerca de Dios (Éxodo 25:20; Ezequiel 10) e (Isaías 6).        

Tampoco los ángeles son agentes mediadores entre Dios y los seres humanos, como sucede en algunas pretéritas religiones paganas.  

La Biblia es clara: “Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús” (1 Timoteo 2:5).

En el libro de Romanos, Pablo afirma: “Y Dios que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu (Santo), porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios” (8:27). Véase también Romanos 8:34.

Tampoco tenemos un ángel de la guarda o custodio asignado nuestro lado, para protegernos en forma individualizada, desde el día y la hora de nuestro nacimiento hasta la muerte.

La existencia de un ángel designado a cada ser humano es una creencia presente en algunas religiones.   

Lo que sí dice la Biblia es que muchos ángeles resguardan el camino colectivo de los seres humanos y en especial, de los hijos de Dios.

Cuando la Palabra de Dios dice “no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos están mirando siempre el rostro de mi Padre Celestial” (Mateo 18:10), se está refiriendo, en su contexto histórico, a los discípulos de Cristo y no a guardianes individuales designados para todos los judíos y romanos.

También hay ángeles caídos: demonios, hacedores de acciones y obras perversas. Malvados, servidores del diablo. Engañadores. La misma Biblia afirma que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. (2 Corintios 11: 14)

Creer en los ángeles es un acto de fe que encuentra sustento en las Sagradas Escrituras.  Estas dan testimonio de su presencia desde la creación hasta el apocalipsis.

Lo importante es poner toda nuestra fe y confianza en Cristo. 

Claramente enseña el libro de Hebreos que Cristo es superior y más poderoso que los ángeles (Capítulo 1: 4-6). Amén

En el próximo artículo, Segunda Parte, se hará referencia a los otros seres angélicos.

Referencias bíblicas, Dios Habla Hoy (DHH), con Deuterocanónicos, 2016.

(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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