OPINIÓN

La ansiedad triplica el riesgo de desarrollos demenciales

Protestante Digital /

Las personas que sufran ansiedad tienen el triple de posibilidades de desarrollar algún tipo de demencia, como el alzheimer. Así lo revela un estudio realizado en Zaragoza, sobre una base de 4.057 participantes que han sido monitoreados por doctores durante más de cuatro años. 

A través de nuevas metodologías, el estudio buscaba encontrar si existe una relación de causa-efecto entre la ansiedad y las demencias, además de cuantificar el riesgo de desarrollar una de estas enfermedades desde un estado de ansiedad.

El estudio se ha llevado a cabo con personas sin problemas mentales diagnosticados y sin ningún tipo de deterioro cognitivo, de un umbral equivalente a mayores de 55 años. Todas ellas se han sometido a evaluaciones periódicas. La primera, detectó que 91 de los participantes presentaban un caso de ansiedad “clínica significante”, es decir, que requiere tratamiento clínico.

Cuatro años y medio después y tras los subsiguientes estudios, se ha encontrado que entre los pacientes con ansiedad había tres veces más casos de demencia que entre el resto. 

  “LA ANSIEDAD ES UN FACTOR DE RIESGO REAL EN EL DESARROLLO DE LA DEMENCIA”

2,74%, es la diferencia de porcentaje concreta que marca una mayor propensión a desarrollar demencia entre quienes tienen ansiedad, según el estudio. Además, mientras que entre la población que no padece ansiedad la ratio de casos de demencia es de 7,28 por cada mil personas, entre quienes sí la sufren alcanza los 20,2 casos. 

La investigación realizada en Zaragoza confirma que “la ansiedad es un factor de riesgo real y no sólo una manifestación premonitoria de una demencia incipiente, tal y como otros estudios previos han señalado”, dicen sus autores.

Según añaden, la ansiedad prolongada también puede provocar daños en el cerebro y puede desatar un deterioro cognitivo irreversible.

El estudio forma parte del proyecto Zarademp, llevado a cabo por investigadores de salud pública y psiquiatría de la Universidad de Zaragoza, neurocientíficos del Instituto de Investigación de Salud de Aragón y especialistas en salud mental de la Red de Centros de Investigación Biomédica (CIBER). 

“Una de las causas más descuidadas de la ansiedad es la falta de significado y propósito en la vida”, dice el psiquiatra Pablo Martínez. “En última instancia, el problema de la ansiedad requiere una esperanza firme, una esperanza que no es utopía, sino que se basa en la persona y obra de Jesucristo”, remarca. 

 

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