La abortista no supo cómo responder
ReL /
Fueron solo 5 segundos (minutos 1:48 a 1:53), pero se hicieron eternos y lo dicen todo. En un debate sobre el aborto en la Cámara de Representantes estadounidense compareció este miércoles, como experta invitada por el Partido Demócrata, Aimee Arrambide, directora ejecutiva de Avow, una organización pro-aborto de Texas que lo defiende «sin complejos» a cualquier edad de gestación. Las preguntas que le hizo Mike Johnson, representante republicano por Luisiana, dieron lugar a un significativo diálogo. Johnson le pregunta a partir de qué momento del embarazo considera que no está bien abortar a un niño:
-Confío en las decisiones que tome cada cual sobre lo que puede o no puede hacer con su cuerpo. Punto final -responde Arrambide, y añade que apoya que se garantice a todos el acceso a los cuidados sanitarios que necesiten, de conformidad con la terminología abortista, que incluye el aborto en el ámbito de la «salud» y los «derechos reproductivos».
-¿Defiende usted el aborto a término? ¿Defiende usted el aborto por nacimiento parcial? ¿Que, con el niño ya saliendo, la madre pueda decir: ‘Es mi derecho, quiero acabar con él’? ¿Usted apoya eso? -insiste Johnson.
-Confío en las decisiones que tome la gente sobre su cuerpo -reitera la abortista, despertando el primer «¡Buau!» de su interlocutor.
-Según usted, ¿el aborto debe permitirse por cualquier razón, con cualquier intencion y en cualquier momento del embarazo? -vuelve a la carga.
-Confío en las decisiones que tome la gente sobre su cuerpo -rebota la compareciente.
Entonces Johnson, antiguo fiscal, aprieta el interrogatorio.
-Si no es legal ni moralmente aceptable quitar la vida a un niño de 10 años… porque entiendo que usted está de acuerdo, eso estaría mal, ¿no?
-Así lo creo -contesta Arrambide, tras alguna vacilación porque ve venir el argumento.
-Bien. Lo mismo con un niño de 2 años: sería asesinato, y todos estaríamos de acuerdo en que está mal. Entonces, ¿cuál es la diferencia principal entre el ser humano que tiene 2 años, o 9 meses, o 1 semana, o 1 hora, y el que ya está saliendo por el canal del parto? ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué está bien [matarlo] en este caso y no en los anteriores?
Y aquí comienzan esos 5 segundos en los que la abortista busca una respuesta y no la encuentra, aferrándose al final al mantra que llevaba preparado para no salirse del guión.
-Confío en las decisiones que tome la gente sobre su cuerpo.
-¡Buau! -exclama Johnson.
-Punto final -se ratifica Arrambide.
-¡Buau! Sí, realmente, «punto final». Eso le describe a usted exactamente de qué va este asunto. Es un asunto legal, pero hay subyacente un asunto moral. Es un asunto sobre la realidad, sobre la ciencia, sobre el avance de la tecnología médica. Estamos hablando de niños no nacidos, y su «punto final» implica que usted apoyaría la muerte de ese niño en cualquier momento, y eso es espantoso. Y por ello, decidir esto debería devolverse a la voluntad del pueblo -dice Johnson, aludiendo a la revocación de la sentencia Roe vs Wade, que devolvería a los estados la posibilidad de prohibir todos o algunos abortos-, y confiemos en que el pueblo proteja la santidad de toda vida humana y cumpla lo que pide nuestra Declaración de Independencia [que considera la vida como un derecho inalienable].