Hasta que Cristo sea formado
El mensaje de los falsos maestros en la Biblia, era de imponer a los cristianos requisitos de la ley como parte del evangelio.
THD-Arq. Mario Cortés / Articulista/
El origen de este tema, no fue el ejercicio intelectual de la academia, aunque no se puede prescindir de ello.
Es un pensamiento personal, una confrontación directa que el Señor me hizo ante Gálatas 4:19 y que a medida que ahondaba en el tema me quedo claro que es valioso compartirlo, al menos una síntesis, con el propósito de que juntos como cuerpo de Cristo, seamos mutuamente edificados.
Empiezo indicando lo obvio y básico, el versículo está no solo en el contexto de un capítulo sino de la Epístola, como un todo y esta nos enseña que después de la salutación, el apóstol Pablo menciona el problema que existía con los Gálatas (1:6-9).
Lo anterior, posterior a que Pablo había compartido el evangelio de la gracia, pero los cristianos de Galacia pusieron oídos y aceptación a otras enseñanzas que eran contrarias al evangelio apostólico.
Pablo comienza su exhortación (v. 6), con sorpresa de que se hubieran alejado del evangelio.
La palabra griega methístemi (v. 6) tiene la idea de remover (la misma palabra se usa en Hechos 7:16 donde los huesos de los patriarcas fueron trasladados o removidos).
Los gálatas estaban a punto de dejar el evangelio apostólico, para trasladarse a otro. El cual era una falsificación del verdadero.
La palabra evangelio (euaggélion), significa buenas nuevas y son las que el apóstol mencionó en el v. 4.
El mensaje de los falsos maestros era de imponer a los cristianos requisitos de la ley (especialmente la circuncisión) como parte del evangelio.
El apóstol Pablo aclara que hay un solo evangelio (v. 7), pero el hecho de que algunos tenían en mente cambiar a los gálatas de sus creencias originales, lo que estaban haciendo era perturbar, provocando una sedición para estorbar lo que ellos habían alcanzado.
El método de cómo hacer esta perturbación, consistía en cambiar el evangelio.
Cuando esto se hace con el evangelio o con alguna parte de la Palabra de Dios, la fe es contaminada.
Que le cambien el evangelio es la peor tragedia que puede ocurrir a alguien. La pregunta inmediata ante tal afirmación es ¿cómo ocurre esto?
Empezaremos indicando que el evangelio (verdadero o falso), tiene un diseño con propósito y función, así que, si cambias el diseño, cambias el propósito y la función.
¿Cuál es el propósito de Dios para con el ser humano?
Ser su imagen, por cuanto según Genesis 1:26-27, la palabra “imagen” en el original es demút (semejanza).
Esta imagen es un arquetipo, es decir, un modelo original que sirve como pauta para imitarlo, reproducirlo o copiarlo, o prototipo ideal que sirve como ejemplo de perfección de algo.
Este concepto de imagen tiene una idea general y una específica, en lo general, podríamos indicar que “porque somos la imagen de Dios, todo ser humano es valioso, por esto Dios decidió redimirnos por gracia”, en lo específico, todo redimido está predestinado (con destino previo) a Efesios 4:13:
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
Y ¿cuál sería la función?
¡Ser reflejo! ¿qué refleja?, la imagen. La función refleja o manifiesta la imagen.
Para entender cómo se efectúa este cambio de diseño original, lo mejor es ver Genesis 3:17.
Aquí empieza, con una oferta. La oferta debe aparentar ser “verdadera” y ser atractiva para que no solo capte la atención, sino logre ser aceptada, para ello propone que los objetivos personales sean puestos en primer lugar, por encima del diseño original de Dios para nuestras vidas. Santiago lo indica de este modo en Stg. 1:13-15
“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia (epidsumía: codicia, pasión, deseo) es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
¿Que se le podía ofrecer a alguien en el paraíso, si lo tenía todo, aparentemente, hasta una autoridad administrativa?, respuesta; “ser como dios”.
Para lograr esto es necesario una sedición ya que el diseño original pide obediencia, la implantación del nuevo orden sería así:
- Desobediencia-cambio de autoridad.
- Cambio de autoridad-cambio de función
- Cambio de función, cambio de propósito.
Determinar quién es la autoridad legítima, es el Génesis de este proceso que busca sustituir lo original por lo falso.
Al a ver de nuevo Gálatas 4:19, a la luz del contexto contemporáneo y guardando el diseño original en su propósito y función, podemos decir que la pasión del apóstol Pablo no era que él fuera el predicador más reconocido, el más prominente, que tuviera la red más grande o el edificio más inmenso y concurrido, la pasión de él era hasta que Cristo sea formado en el corazón de vosotros y la importancia de esto, se muestra en la intensidad superlativa de cómo lo dice y lo procura al decir “por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto”´.
Gálatas 4:19, en su contexto nos deja entender que la estrategia y la guerra descrita líneas arriba, es la misma.
Pablo invierte un gran esfuerzo por ratificar quien es la autoridad legítima y como su propósito y función, no solo alcanzó a los Gálatas, sino como ha actuado en ellos en los capítulos 1 al 3 de manera general y en el 4 de manera más específica y personal.
El evangelio de la gracia es la verdad, lo autoritativo y Pablo se los dio a conocer a los gálatas no como cosa de hombre, sino celestial (Gal 1:11-12).
Y les recuerda la legitimidad del pacto en el capítulo 3 y el beneficio alcanzado a través de él (Gal 3:26-29).
Al hacer esto, Pablo busca reenfocarlos en los propósitos y función originales, al afirmar la autoridad del Evangelio de la gracia En Cristo.
La sustitución de lo espiritual por lo carnal, es una batalla continua porque la carne es religiosa y es frecuente ver como esta se acomodada a formas y sistemas religiosos cuyo origen claramente antropocéntrico, de ahí que sus propuestas también lo sean, usando a Cristo como excusa, pero no como razón de ser.
El legalismo de los gálatas solo es una manifestación, pero no la única, Dios cuida el diseño original con su propósito y función, no lo pasa desapercibido nunca, de ahí el trabajo de Pablo con dolores de parto por los gálatas.
Pero también vemos como los demás apóstoles buscan mantener a la iglesia enfocada en el diseño original de Dios, un ejemplo de ello son las cartas a las iglesias en Apocalipsis.
Dios está comprometido consigo mismo en formar el carácter de Cristo en sus redimidos, de ahí que nadie debería compartir o predicar solo lo que sabe, sino predicar y enseñar lo que es.
Y nadie debería ser otra cosa que una manifestación del carácter de Cristo, así es como llegamos a ser conocidos y llamados como “cristianos”, según Hechos11:26, cristianos, ¡pequeños cristos!
Estos fueron llamados cristianos no por profesar alguna posición teológica antropocéntrica perteneciente a alguna organización religiosa, o a un evangelio temático o terapéutico, fueron llamados cristianos por vivir la doctrina, no solo saberla.
Fue la formación y manifestación de Cristo en sus vidas lo que les ganó el apelativo de cristianos, por eso estuvieron dispuestos no solo a vivir, sino a morir por Cristo. No predicaron, ni enseñaron religión, sino experiencia de vida En Cristo, no Con Cristo.
Esto es lo que Cristo enseñó y los apóstoles remarcaron, un cambio de naturaleza y carácter, un cambio de propósito existencial que es trascendente, un cambio que es de adentro para afuera y no de afuera para adentro.
Tener claro esto nos mantiene enfocados en la meta a alcanzar por todo redimido, que Cristo sea formado en cada uno de nosotros.
Cuando hablamos de carácter ¿de qué estamos hablando? Lo primero que tenemos que decir es que el carácter es algo que necesito cultivar y lo hago de manera intencional, el carácter es lo que brinda confiablidad, el carácter no es lo mismo que reputación.
Tampoco es talento, ya que este es un don, un regalo de Dios, que si no se cuida puede ser confundido con carácter sobre todo si cae en caudillismo.
El carácter se prueba y forma en las dificultades, estas nos ayudan a tener una mente bíblica, peero también a aplastar el orgullo. Además nos ayuda a buscar a Dios en entrega absoluta, convirtiéndonos en discípulos y líderes maduros.
La búsqueda intencional pasa no por algún método humano desarrollado en un sistema, sino por la entrega absoluta a la acción del Espíritu Santo que lo implementa en nuestras vidas ( 2 P:3-12).
El carácter de Cristo se evidencia en actos y convicciones concretas, de naturaleza doctrinal.
Pablo lo dejó muy claro en Gálatas 4:19, al sufrir dolores de parto, para que Cristo sea formado (morfóo) en cada uno de los redimidos y lo remarca en Hechos 20:18-21, al indicar que tiene un testimonio sólido y consecuente, que es humilde, compasivo.
Por eso es identificativo al punto de poder llorar con y por ellos, todo esto sin dejar de enseñar, amonestar y alertar, como parte de su llamado y el nuestro (Hechos20:28-31).
Al reflexionar en lo dicho, debemos preguntarnos si en lo personal y en lo ministerial, el norte, el objetivo, la razón de todo lo hacemos y decimos, está basado en que Cristo sea formado en cada uno de nosotros, guardando el diseño original en su propósito y función.
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