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La transición de género no arregló su vida y estropeó su voz como cantante: «Son todo mentiras»

Cat lucha por recuperar su vida como mujer y destapar a los ideólogos trans.

Cat Cattinson es una exitosa profesional del jazz, pero vio truncada su carrera cuando la disforia de género entró en su vida.

J.M.C / Religión en Libertad /

Trastornos alimenticios, ansiedad, depresión y traumas durante la infancia: son los cuatro ingredientes principales para recibir un espontaneo diagnóstico de disforia y con él, la vía libre hacia la transición de género.

Un camino que llevó a esta joven a intentar suicidarse dos veces y a estar cerca de perder por completo su carrera profesional. Hoy, a sus 30 años, se define como «detrans» -un transgénero arrepentido- y alerta sobre el movimiento de género: «Está basado en mentiras».

Desde pequeña, a los trastornos de alimentación, ansiedad y depresión, Cat Cattinson pronto tuvo que añadir una experiencia traumática que alteraría su vida por completo.

Poco después le preguntó a su madre «si era posible que las personas cambiasen de sexo. Ella no sabía mucho sobre el tema», relata a The Epoch Times.

Tan solo le dijo que era «básicamente imposible» y Cat trató de desechar la idea: «Me sentía un niño, pero no pensé que pudiese hacer nada para ser una niña, así que lo dejé… hasta que tuve  13 años».

Una receta que se repite: trastornos, traumas… y disforia

Fue entonces, al inicio de la adolescencia, cuando su problema se agravó debido al bullying. «Se metían conmigo por estar gorda y desarrollé anorexia y bulimia, de repente mis pechos eran grandes y no podía hacer nada por evitarlo», relata.

Con el tiempo, los trastornos alimentarios y su disforia se agravaron y desarrolló una ansiedad y depresión que la llevaron, con 13 años, a cometer su primer intento de suicidio, del que fue rescatada.

Tras conocer a una primera comunidad trans en un internet por entonces primitivo, Cattinson decidió comunicárselo a su familia: «Se lo dije a mis padres, ambos me dijeron que no debería ni intentar llevar a cabo la transición porque no funcionaría».

El argumento no convenció a la joven, que aprovechó una consulta con un terapeuta para disipar las dudas sobre el origen de sus problemas.

Segundo ingrediente: afirmación de género, pero sin ayuda

«Era el jefe de la atención de género en Sacramento. Pensé que me ayudaría a profundizar en la explicación de mis problemas psicológicos, pero en lugar de eso afirmó que era un niño y empezó a llamarme con el pronombre `él´», recuerda.

En solo tres citas el doctor recomendó a sus padres afirmar su nueva identidad y que comenzase el tratamiento de hormonas cruzadas.

«Por un lado me pareció bien que afirmase mi identidad, pero sentí que casi ni me conocía. Tenía un trastorno alimentario grave, depresión y ansiedad, parecía que no me estaba escuchando», recuerda.  

Los problemas de Cat se agravaron sin control. Además de un segundo intento de suicidio, dejó la universidad en varias ocasiones nada más comenzar sus estudios, desarrolló el alcoholismo y empezó a consumir cocaína.

Pronto llegó a sus oídos el mantra del «suicidio trans», que en nada se parecía al que ella trató de poner en práctica.

«Si tienes disforia y no haces la transición, es probable que te suicides», le decían. Por experiencia, Cat sabía que no era ese el motivo que inoculaba las tendencias suicidas, pero decidió intentar llevar a cabo la transición como último recurso.

Durante meses, Cattinson recibió testosterona sin ningún tipo de terapia ni conocimiento médico, con consecuencias devastadoras. Entre ellas, el fin de su carrera y talento musical.

Y tercero, diagnóstico y hormonas sin terapia previa

Con tan solo 18 años, acumulaba en su haber una adicción a las drogas, alcoholismo, dos intentos de suicidio y media docena de problemas mentales que nadie se preocupaba de solventar.

«Cuando hablé con Planned Parenthood -una de las mayores multinacionales abortistas que también ofrece tratamientos de género- mencioné que tenía otros problemas, pero el médico me recetó testosterona en tan solo 30 minutos, sin si quiera terapia. El mismo día fui a por las hormonas. Fue increíble hasta para mí», relata.

El tratamiento pronto se cebó con Cat, especialmente en su carrera como músico de jazz: «Durante los primeros tres meses mi voz todavía estuvo bien, pero poco a poco se fue volviendo más grave y comencé a tener problemas de salud, palpitaciones en el corazón, cuando tomaba alimentos con grasa o alcohol me sentía realmente enferma y vomitaba y cuando hablaba durante un rato, me dolía al cantar» (en el siguiente vídeo, la evolución de su voz).

Casi de inmediato, detuvo su tratamiento y se lo jugó todo a una cirugía que le extirparía los dos pechos.

«Un médico [de Planned Parenthood] con el que hablé durante media hora me escribió diciéndome que ya podía ir».

En el último momento, la joven se arrepintió y canceló la cita, consciente de que la transición estaba arruinando su vida.

Cada vez más cerca de ser una «detrans» y de que se derrumbasen todas las mentiras que había escuchado, como que un hijo trans sin cambiar de género se suicidaría irremediablemente.

Luchando contra una ideología «basada en mentiras»

Para Cattinson, esta ideología no solo «se basa en mentiras», sino que incluye la persecución imparable a todo el que discrepe: «Me cerraron la cuenta en TikTok, la gente dice que los niños trans van a suicidarse por mi culpa y piensan que tienen un motivo para enviarme amenazas de muerte».

También duda y alertasobre las operaciones de reasignación quirúrgica. «Estas intervenciones no están respaldadas por la ciencia. Son peligrosas.

Los efectos a largo plazo son en gran parte desconocidos. Creo que está dañando por completo a las personas, especialmente a los niños y a las personas con enfermedades mentales graves como la que tuve yo. Es absolutamente peligroso para ellos”, advierte.

Cattinson considera crucial compartir su historia como «detransitioner«, ya que es consciente de las grandes mentiras que difunde este movimiento.

«Algunas personas creen que tienes una cosa llamada identidad de género», cuando lo que realmente tienen es «una doctrina trans como parte de la educación sexual de las escuelas», cuestiona.

«Las trans son mujeres, y los trans, hombres»

«Se enseña como si fuese un hecho, como si todos tuvieran una identidad de género cis, trans o no binario», explica Cattinson, si bien su advertencia más importante alerta de los «individuos que tienen una agenda específica para convertir y adoctrinar niños». 

Actualmente, Cat reniega por completo de la transición y se muestra arrepentida de la operación y los efectos de la testosterona de los que nadie le avisó.

«Estoy mucho mejor de lo que he estado en mucho tiempo. Tuve que volver a aprender a cantar y aún echo de menos mi voz, pero también siento que he aprendido mucho sobre mi a través de este proceso.

Al contar mi historia, tal vez pueda ayudar a alguien que esté pasando por lo mismo», menciona.

«Soy una detrans», concluye: «Me identifique como trans cuando era una niña, pero ahora acepto mi sexo biológico y no creo que las mujeres trans sean mujeres, ni que los hombres trans sean hombres«.

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