La salida de Piza
Fernando Berrocal / abogado y periodista / Foto: El Mundocr/
La renuncia de Rodolfo Piza como ministro de la Presidencia era inevitable y necesaria. Ahora sí estamos con el piso político afincado en la extraña y fluida realidad electoral que reflejaron las elecciones en el 2018.
Después de la primera vuelta, lo que el PAC y el PUSC firmaron no fue una alianza política, sino un sinsentido personalista de dos dirigentes unidos por la casualidad y no por sus ideas, ni por su relacionamiento ideológico y el entorno social y político de sus partidos políticos. Todo este sinsentido ha sido como unir el agua con el aceite, porque el PAC se desnaturalizó y, antes de construir sobre la agenda del PUSC, ésta igualmente se minimizó y ambas fuerzas políticas perdieron, se desdibujaron y dejaron de ser, ante los ojos del país, el PAC y el PUSC. Total, un arroz con mango inmanejable e inviable políticamente.
Igual hubiera sucedido con una alianza de gobierno entre los pentecostales evangélicos y el PLN, si Fabricio Alvarado y Álvarez Desanti hubieran firmado un acuerdo temático general, similar al que firmaron el PAC y el PUSC.
Esa es la realidad política y no es que no se necesiten alianzas democráticas. Es que el sistema presidencialista costarricense está obsoleto y la Constitución Política de 1949 no prevé ni deja espacio para estos menjurjes y estos enredos personalistas de las cúpulas partidarias y sus dirigentes de ocasión. Y el que más se equivocó fue Rodolfo Piza y el PUSC, porque el PAC y el presidente Carlos Alvarado seguirán gobernando hasta el 8 de mayo del 2022, mientras el PUSC ha quedado terriblemente debilitado y golpeado como opción electoral.
Y lo veremos: seguirá la renuncia de Rocío Aguilar del Ministerio de Hacienda, mientras la Casa Presidencial reformula sus alianzas internas dentro del PAC. No les queda otro camino, ni a doña Rocío ni al presidente Alvarado y ese reacomodo, en la cúpula gubernamental, lleva inevitablemente hacia Otón Solís y el equipo económico del expresidente Solís que son los únicos con experiencia real de gobierno. No importa si el clavo recíproco y la guerra fratricida entre estos Solís del PAC sea un tema de telenovela sobre los odios jarochos y arrechos de nuestra política criolla. El poder es siempre el poder.
Este ha sido un año y piquito de mal gobierno. Ni el PAC ha sacado adelante plenamente su agenda cosmética progre, ni el PUSC su agenda fiscalista neoliberal. Con este reacomodo, sí sabremos el rumbo de los próximos años.
Nuestro sistema cerrado presidencialista debe evolucionar hacia un sistema mixto moderno y eficiente de gobierno semipresidencialista, con instituciones propias de un sistema parlamentario y entonces sí, en un nuevo contexto constitucional e institucional, reformado y evolucionado el actual, las alianzas políticas serán una necesidad indispensable e intrínseca de la democracia y la vida republicana.
Pero… ¿Alguien de estas cúpulas partidarias y políticas está proponiendo esa reforma? Me temo que no. Solo piensan en la chamba y en medio administrar.