Nacionales

La Nación «le jala el rabo a la ternera»

 
Licda. Gloria Navas 
 
Ayer domingo  el día amaneció asoleado.  Amaneció cantando el astro resplandeciente aquí en las montañas de Naranjo, hasta que ese medio desinformativo invadió mi buen desayuno con cafecito de la zona, queso palmito  de la Soda El Llano y huevos fritos adquiridos en la pulpe de Henry y Carmen.  
 
Increíble la desfachatez de ese medio que no es formador de opinión pública, sino manipulador de la verdad.  No conocen esos periodistas  lo que es la lealtad en la información.  Lo anterior, con la finalidad dolosa  para intentar quemar  las manos limpias de mi candidato Fabricio Alvarado. Y todo ello porque cree como cristiano practicante,  en los eternos y constantes valores del amor al prójimo, la honradez en la función pública, la colaboración de muchos, la unidad nacional y un futuro mejor para los habitantes de esta hermosa nación, la que ha querido ser arrebatada por la sinvergüenzada, la mentira y una pésima administración de la cosa pública. 
 
Los clavos de Jesucristo, la corona de espinas que le sangró y la espada en el costado no son para ser objeto de burla tampoco, ni de verdades a medias con un propósito electoral lesivo.  El país está en manos de los creyentes cristianos principalmente, sin detrimento de otras creencias en un país de libertad de culto.  Pero esa es la realidad social de Costa Rica. 
Así lo confirman:  la Constitución Política en su artículo 75, el juramento constitucional en su artículo 194, el artículo 1 del Código de Trabajo, la Catedral en el Parque Central, la Basílica de los Ángeles de Cartago, la Romería, el histórico Templo Bíblico y las sinagogas , además de la reacción nacional en pro de la familia, que  así lo evidenció. 
 
No es discriminar, sino ubicarnos en una verdad nacional.  No es atacar a las minorías, es respetarlas como debió respetarse a las mayorías y a la voluntad popular burlada con procedimientos manipulados por este gobierno del PAC. 
No podemos desmemorizarnos de lo que sufrimos en estos cuatro años, ni tampoco dejar en el camino los ideales de ser mejores y preocuparnos por el descalabro ecónomico, el horror de prebendas en detrimento de los más pobres o cerrar los ojos ante las tasas agigantadas del crimen, de las organizaciones para defraudar al país o de los femicidios. 
 
Ese medio ha metido las manos sucias donde no debe con la crítica a un pastor de iglesia que a todas luces no nos va a gobernar, para intentar minimizar la voluntad popular que se refleja en las encuestas.  Pretende ese medio  que nadie vaya a la iglesia ni cuente con cobertura sacerdotal, que todos nos hagamos ateos y que andemos por la libre sin dirección espiritual alguna.  Ya pretendieron quitarnos a Dios  y a la misa de los domingos por medio del Canal del Estado (Sinart) y buscan por todas formas obligarnos a las  guías sexuales confusas  e inapropiadas redactadas de forma subliminal, en ocasiones.   Ese medio es cómplice de políticas que buscan ocultar la ofensa nacional del PAC a la ciudadanía.  
¡Aunque  me llueva el ataque, el Señor sigue siendo mi pastor!

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