OPINIÓN

Una Iglesia no puede supeditarse al miedo ni a Casa Presidencial

Dr. Gerardo Soto Solano / Director del Movimiento Fe y Sociedad /

 La libertad religiosa es un derecho humano único e irreductible, particular entre otros derechos, se ejerce de manera individual o corporativo, tan fundamental como la libre expresión por tanto merece atención especial, respeto y protección para ejercerse en completa libertad.

 ¿Actúa la Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC), en este último año, en concordancia con Casa Presidencial en varios temas?

Es preocupante que el ejercicio de la libertad religiosa en Costa Rica se vea comprometido, por causa del manejo gris por parte de la FAEC, en cuanto a lo que deben ser las relaciones correctas con el gobierno de turno y en particular con el perfil ideológico (izquierda progresista) de este, poco tolerante hacia la religión.

Desde una perspectiva de independencia, como debe ser, es reprochable la acción de la FAEC y de su presidente por las constantes reuniones con ministros de gobierno, con el presidente de la República y por la facilidad con estas se dan, por no usar los canales adecuados, correctos y pertinentes entre instituciones u organizaciones de este calibre.

Estas reuniones, por sus alcances y logros pobres, han sido innecesarias. No se mal entienda, se reconoce el tesón, la pasión y la diligencia con que realizan su trabajo los señores de la FAEC, pero respecto a las relaciones con el Estado son complejas y las rigen estrategias bien hilvanadas y los protocolos correctos validados históricamente.

 Para poder hacer evidente la importancia de lo que sucede, no hay que olvidar el fundamento. La FAEC es en primer lugar una organización de alto nivel y prestancia que representa, en parte y sin exagerar a un interlocutor del gobierno de Dios, por cuanto es una voz oficial de la mayoría (no de todos) los ministros evangélicos de Costa Rica, y su presidente Rigoberto Vega Alvarado,  es sin duda uno, entre muchos, de los embajadores de más alto nivel en Costa Rica.

Representa él, a un gobierno independiente que no está bajo dominio del mundo ni de ningún otro Estado, en especial el de Costa Rica. La constitución política del gobierno al que representa la FAEC, valga la analogía, es la Biblia con todos sus mandamientos, preceptos, promesas, principios y valores. Inclusive la Biblia delinea y ejemplifica con facilidad la sabiduría y la forma de cómo relacionarnos con los gobiernos y administraciones del mundo. Dolorosamente también nos ejemplifica como tratar a los gobiernos enemigos de la Iglesia y los cuidados que debemos tener.

No son buenas señales ni puede darse el lujo la FAEC de ser tan abierta con este gobierno ni con otras organizaciones. Las relaciones tan abiertas provocan nefastas consecuencias y hacen que la organización quede comprometida, inmovilizada, paralizada, amarrada, limitada en su accionar, incapaz de la denuncia profética y lo peor con favores que pagar al Estado, en especial cuando se tiene que denunciar la injusticia gubernamental, la violación a la libertad religiosa o la violación a los principios y valores cristianos en contraposición a los que propone el gobierno actual.

Tanta exposición en reuniones con el presidente y la divulgación que le ha dado el mismo presidente y la FAEC en redes y medios, ha causado la validación del gobierno actual en su actuar, eso es sumamente grave.

Parece o da la sensación que el gobierno de la FAEC ha sido conquistado (término que se usa para dar a entender que está bajo el dominio de otro) por el gobierno de la República.  

Ejemplos para demostrar que la FAEC ha quedado neutralizada, limitada y conquistada por el gobierno son en primer lugar, la debilidad con que se opuso al matrimonio homosexual entre 2019 y 2020, tiempo que la FAEC demonizó todo lo referente a la política cuando era tiempo para denunciar y exigir, con argumentos válidos y robustos, a los señores diputados de todas las fracciones a legislar la unión civil de personas de mismo sexo, también influir en otros sectores y realizar la denuncia profética correspondiente.

Dolorosamente, la reacción de la FAEC se dio después de la aprobación del matrimonio igualitario y su respuesta fue muy débil, imperceptible y casi a regañadientes, su propia trampa fue su discurso: “con una mala lectura y argumentación, creyeron que la lucha se concentraba únicamente en la Asamblea Legislativa de la República y que los únicos responsables eran los diputados de la República”.

No entendieron en qué consistía el Estado profundo y cómo este actúa. Repito, un pequeño comunicado en redes sociales del presidente de la FAEC, sin una argumentación profunda, fue todo lo que se escuchó.

Mientras tanto, otras organizaciones valientes, firmes, coherentes como Sinergia liderazgo y desarrollo, Fe y Sociedad, Coherencia Cívica Costarricense, Matrimonios en Victoria, Crece por mi país además de muchas fraternidades de ministerios con sus presidentes y un valioso grupo de diputados de varias fracciones, se pusieron en la brecha y dieron la lucha hasta el final con argumentos robustos, ricos, profundos y muy valiosos.

Ejerciendo presión y realizando la debida denuncia profética. Ellos fueron los que nos sacaron a la guerra.

Otra área donde la FAEC debió ser totalmente independiente de Casa Presidencial y del gobierno, fue en el cierre total impuesto a los templos durante esta pandemia.

Claro que se debe coordinar con las autoridades los protocolos y las medidas higiénicas necesarias para abrir los templos, claro que debemos aplicar las medidas de protección y cuidar la grey de Dios: en esto la eficiencia de la FAEC ha sido sobresaliente.

Pero nunca se debió permitir el cierre total de las Iglesias o templos, ni el cierre del culto (pero si limitarlo), ni el cierre de la atención individual para atender las necesidades profundas espirituales de los feligreses en época de crisis y enfermedad, ni el cierre de programas de ayuda y atención social del que dependen miles de costarricenses, ni las reuniones de líderes en el templo, ni la atención de feligreses que han perdido a un ser querido o el uso del templo para honras fúnebres  (con los debidos protocolos preventivos). Duele mucho ver miles de templos completamente cerrados con candados al frente.

La libertad religiosa es un derecho humano fundamental como el derecho a la vida o la libre expresión, irreductible, indiscutible por tanto no se puede restringir de ninguna manera y por ninguna razón (protegido por todas las convenciones internacionales).

La Iglesia nunca deja de trabajar y lo tiene por mandato divino, por voluntaria sujeción, por solidaridad extrema y por amor y misericordia eterna. Por ninguna razón puede ninguna institución que pertenece al gobierno de Dios depender de un Estado terrenal.

La Iglesia nunca cierra y son las herramientas del derecho las que deben privar, y si el Estado es dictatorial será necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Otro asunto que compromete a la FAEC en su dependencia de Casa Presidencial, es no denunciar las violaciones al derecho al trabajo de los feligreses a quienes representa.

La permanencia y salvación de las empresas y la no pérdida de empleos está en juego, esto puede causar mucho más muertes y dolor que la propia pandemia.

Las medidas contra la pandemia son draconianas, inobjetables, no razonables y sus violaciones pronto serán denunciadas. Para sobrevivir y subsistir los hombres hacen negocios unos con otros y consumen servicios.

También menoscaban la capacidad de sobrevivir y enfrentar la crisis las altas tasas tributarias en Costa Rica (que es otro tema que debe ser denunciado), que con esta pandemia se hacen más evidentes.

Se debe levantar la voz a favor de los feligreses que necesitan subsistir, trabajar y hacer negocios. 

Muchas veces tendremos que hacer un alto o rectificar, espero que la FAEC lo haga.

Cada día las organizaciones cristianas necesitan saber que las relaciones significativas con otras organizaciones y el Estado se vuelven cada vez más complejas.

No podemos desechar la importancia de las reglas de convivencia y los protocolos que las organizaciones cristianas deben seguir en una sociedad cada vez más intolerante, muchas de ellas expuestas sabiamente en el canon bíblico.

(Los comentarios y artículos de opinión, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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