OPINIÓN

Cuatro claves para eliminar muletillas en tu mensaje político

Isaac Hernández /Consultor Político/ Experto en Comunicación & Marketing Político/

¿Qué son las muletillas?

Eliminar muletillas en la comunicación política es una asignatura pendiente por parte de muchos oradores y cargos públicos. Son aquellas palabras que se van colando a lo largo de nuestro discurso de manera involuntaria. Palabras o voces que se repiten con más frecuencia de lo que sería óptimo y recomendable en un discurso, comparecencia pública, rueda de prensa, vídeo y otros actos de comunicación política.

El uso de muletillas es molesto para el receptor del mensaje y no aportan nada en la mayoría de los casos en que se usan. Por norma, no somos conscientes de que las utilizamos. Es más, las MULETILLAS SE CONTAGIAN. Si pasamos mucho tiempo con quien las utiliza, acabamos haciéndonos acaparadores de ellas y la incorporamos a nuestro vocabulario.

Decimos una media de 5 muletillas en un minuto de intervención. Eliminarlas requiere destreza, tiempo y dedicación.

Algunos ejemplos de muletillas son ¿vale? ¿sabes? ¿me explico? ¿verdad? ¿No? Suelen aparecer al final de nuestras frases y párrafos. Hay muchas más, además, contamos con el conocido Ehhhh que viene a ser la prolongación de la última sílaba y al que tanto invitamos a nuestra conversación o mensaje. Eliminar las muletillas en nuestras comparecencias hace que nuestra oratoria tenga un carácter mucho más natural, sea más fácil de seguir.

Sé consciente de tus hábitos en la expresión oral y descubre cuáles son tus palabras de relleno, las tienes y las usas de manera inconsciente. Forman parte del día a día de tu mensaje político. Además, solemos utilizarlas cuando estamos nerviosos, emocionados o al dar malas noticias.

El público puede conectar y atender mejor a nuestra intervención cuando no abusamos de ellas y, sobre todo, consigue que demos más confianza y credibilidad a la audiencia ante nuestra persona. Una de las principales causas de porque usamos las muletillas, es el miedo al silencio, a la pausa. Nuestro subconsciente entiende al silencio como desconocimiento. 

El cerebro odia aparentar no saber, por eso hace uso del recurso de la muletilla.

Es importante empezar a usar de manera más frecuente el silencio en tu discurso político. Todo aquello que se pronuncie tras un silencio tiene una capacidad de conexión mayor con quienes nos escuchan. Los silencios crean expectativa e interés, también ofrecen descanso al orador y a quién nos presta atención.

Si detectamos que vamos a decir una muletilla, hagamos un silencio.

Cuatro claves para eliminar las muletillas de nuestro mensaje político

CONOCERTE: Intenta grabar en vídeo una intervención, conversación informal de amigos, exposición o rueda de prensa. No tiene porque ser de una duración muy larga, con algunos minutos de grabación es suficiente.

Es importante conocerte un poco más, si no lo quieres hacer tu mismo, pide que alguien de tu confianza pueda ayudarte y decirte que muletillas ha detectado en tu discurso.

APUNTAR: Revisa el vídeo o las grabaciones que hayas realizado y anota todas aquellas muletillas que puedas detectar y que has utilizado.

Haz la revisión con tranquilidad y concentración, seguro que detectas algunas con mayor grado de intervención, fíjate porque la has usado, en que lugar las sueles colocar.

CAMBIAR: Disponemos de una grabación y hemos anotado aquellas palabras o frases que repetimos inconscientemente, ahora, sustituye las muletillas por silencios/pausas. 

Grábate y repite la intervención. Puedes hacerlo en un vídeo muy corto de no más de uno o dos minutos. Una buena técnica es identificar claramente donde vas a colocar el silencio, tenerlo incluso previsto.

CONTROLAR: Si bien es cierto que los silencios pueden ayudar, y mucho, a eliminar las muletillas hay que usarlos bien. 

Las pausas no deben exceder los cinco segundos, hacerlas por más tiempo produce el efecto contrario, inseguridad, desconfianza, aburrimiento.

(Los comentarios y artículos de opinión, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

 

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