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El Carnaval: Momo, Reinas y Carrozas

Dr. Héctor Márquez / Psicólogo clínico y Teólogo /

 Valentina fue elegida varias veces como reina del desfile de carnaval de su barrio. A sus apenas 9 años de edad Valentina no entiende el propósito de esta “tradición”, pero se siente entretenida y adulada.

Cinco años después, teniendo 14 años de edad y fama de ser más inteligente que bonita, Valentina increpó a su mamá diciéndole: “No me pidas más que asista a esas fiestas locas, me dan rabia las impertinencias de los borrachos y los lujuriosos que abundan… Definitivamente no me gusta caminar semidesnuda por las calles de la ciudad provocando la mirada de gente ociosa… No quiero competir más por ser poseedora de los ornamentos y bailes más llamativos porque me parece ridículo gastar tiempo, energía y dinero en algo tan banal como eso”.

La actitud de Valentina es sensata, e invita  a pensar que un padre y una madre responsable e inteligente deben sopesar sus acciones conforme a esta pregunta: ¿De qué manera lo que hacemos o permitimos contribuye positivamente en la formación de nuestros hijos?

El carnaval nace como una creación del Papa Gregorio el Grande con su Dominica ad carnes levandas, cuando la cuaresma (40 días de abstención a comer carne y tener sexo) se observaba con rigor.

Antes de la cuaresma se celebraban fiestas desenfrenadas, borracheras, orgias, comportamientos no típicamente aceptados en la sociedad medieval como la homosexualidad y la prostitución; la gente se sentía con el permiso “religioso” de hacer todo lo que les daba la gana, pues el propósito del carnaval era enfrentarse al periodo de penitencia habiéndose satisfecho los deseos del cuerpo y así “quitárselos” de la mente y dedicarse al “espíritu”.

Después de dar rienda suelta a los impulsos carnales la gente participaba en lo que la iglesia católica romana denomina miércoles de ceniza y que da inicio a la llamada cuaresma. Por eso carnaval significa “adiós carne”.

¿Qué decir de la tradición de elegir reina o rey? Viene de las saturnales, fiesta de la antigua Roma en la que los soldados elegían como rey al más “bello” de entre sus compañeros. Durante 30 días este tenía poder absoluto sobre ellos, y en el último día lo obligaban a suicidarse en el altar de Saturno.

Por otro lado, las carrozas (currus navalis) usadas en carnaval vienen de una fiesta primaveral que se celebraba en Roma, Grecia, países teutónicos y celtas, donde paseaban al dios respectivo y ante él bailaban danzas promiscuas y se entonaban canciones satíricas y obscenas.

La figura del “dios momo”, rey espiritual del carnaval, aparece posteriormente. A este ídolo se le consideraba hijo del sueño y de la noche, quien dirigía la fiesta de las burlas y de los juegos despiadados. Lo convirtieron sus seguidores en el presunto protector de los que se entregaban a los vicios y a los excesos del carnaval. 

En conclusión, cada elemento del carnaval tiene un significado y una significancia absolutamente pagana y demoníaca. Por eso te invito a meditar en estas palabras del Libro Inspirado de Arriba: “!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Stgo. 4:4).

Con gusto atenderé a tus preguntas o comentarios: hectormarquez.convicciones@gmail

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