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Danilo Montero: «Pastorear en Lakewood es una gran responsabilidad»

Róger Murillo / periodicomaranata.com / Fotos: Adina Hernández/

A Danilo Montero lo recordamos desde sus inicios en la otrora Gran Campaña de Sanidad Divina en Moravia, Costa Rica, posteriormente como la voz principal del Grupo Sígueme que se dio a conocer en toda América Latina.

Años después este salmista costarricense “emprendió vuelo”, como una “ave” que busca nuevos horizontes y su ministerio se volvió internacional, residiendo más adelante en los Estados Unidos.

Jovial, simpático, transparente, sincero, así es Danilo Montero. Fácil de entrevistar, fluido en su verbo y de respuesta rápida a cada pregunta…pero sobre todo hay algo que siempre nos ha impresionado cada vez que lo hemos abordado y es que Danilo sigue siendo el mismo, no se percibe ni por asomo, los aires de grandeza que a veces proyectan otros ministerios y que en su caso podría tenerlos,  si quisiera, al ser pastor general de la versión en español de una iglesia tan famosa como lo es  Lakewood.

Con Danilo, el periodicomaranata.com  platicó en breve en Costa Rica, durante la presentación oficial del disco de Guiselle Montero, su hermana.

Danilo Montero entrevistado por Maranata.

-¿Sentimientos encontrados al volver a grabar 27 años después?

– No es para menos y estoy muy agradecido con Dios por esta oportunidad, Guiselle es una hermana muy especial, tengo un profundo amor y respeto por ella. Su búsqueda de Dios e integridad, son características admirables. Siempre  me preguntaba ¿por qué ella no había grabado su propia producción? y también deseaba que volviéramos a grabar juntos, como lo hicimos  hace 27 años con el Grupo Sígueme…y bueno, ahora Dios nos concedió esta maravillosa oportunidad y yo quería estar aquí con ella para disfrutar de este momento.

-Este proyecto era como un sueño frustrado, pero Dios los sorprendió.

–  Yo tengo claro el mensaje de Dios para esta noche, es que los sueños nunca debemos de enterrarlos, no importa la edad.

-Hoy se mencionó a doña Cristina, una persona que influyó mucho en la vida de ustedes, pero el público ignora esto.

-Ella fue mi madre, era una excelente consejera, mujer luchadora y valiente que creó cinco hijos sola. Con sus firmes convicciones espirituales, se convirtió en la persona que más influyó en mi vida. Se nos fue hace unos 20 años, muy temprano.

– Pocos saben que fue una mujer nicaragüense la que los llevó a ustedes a los “pies” del Señor.

-Así es, por eso yo amo a Nicaragua. Ella era en ese tiempo una jovencita, recuerdo su nombre, Babelite. Después de eso solo una vez me la encontré y nunca más la volví a ver. Me habló de Dios en el parque de Moravia, yo tenía nueve años, luego lo hizo con mi hermana Guiselle quien tenía seis. Ambos recibimos al Señor y esa misma tarde le habló de Jesús a mi madre, los tres nos convertimos. Tiempo después comenzamos a congregarnos en la Gran Campaña, fue maravilloso haber encontrado una comunidad cristiana donde crecer espiritualmente y un privilegio haber conocido unos referentes como don Raúl y doña Dinorah Vargas, quienes fueron como unos padres para nosotros.

Danilo Montero de visita en Costa Rica.

-Recordando la historia, esta noche no pudo obviarse hablar del grupo Sígueme, ¿le emociona esta etapa de su vida?

– Mi amado grupo, este año he recordado mucho a todos esos muchachos, fue una linda época donde se trabajó muy duro. Rigo Montero, mi cuñado, fue una persona clave en el éxito del grupo y en el profesionalismo del mismo.

La visión continúa, Sígueme está más vivo que nunca. Muy pronto lanzaremos mi nueva producción llamada “Mi viaje en vivo”, la cual grabamos en Lakewood y saldrá bajo  Sígueme Internacional que es nuestro propio sello, yo estuve 10 años con Integrity Music y me acabo de salir.

-Hablemos de Lakewood, ¿le sorprendió el llamado pastoral?

– Bueno, desde que llegué a los Estados Unidos hace 17 años, Dios comenzó a tratar conmigo y a mostrarme que yo iba rumbo a una pastoral. Por cuatro años consecutivos el Señor ministró mi corazón en ese sentido, aunque no sabía dónde.

Una vez estando de gira en Estados Unidos, Marcos Witt -quien era el pastor-  invitó a nuestra banda a Lakewood. Años después me pidió que fuera a predicar. Esto se repitió varias veces, especialmente cuando él tenía que salir a atender algún compromiso ministerial. En una ocasión me solicitó que fuera a predicar, pero para mi sorpresa se quedó a escucharme y luego estuvimos platicando un poco. Recuerdo que me preguntó ¿qué tenía en mi corazón? y yo le confesé que Dios me estaba preparando para una responsabilidad pastoral. Seis meses más adelante me invitó por cuatro semanas consecutivas, sin que yo supiera que era para que el liderazgo me escuchara y a la vez percibir la aceptación del pueblo, o sea me estaban probando y yo no sabía. Un corto tiempo después Marcos me llamó y me dijo que la iglesia me solicitaba como pastor en forma oficial.

-¿Se asustó con la noticia?

-Sí muchísimo. Pero a la vez yo había comenzado a percibir ese clic entre la iglesia y yo, lo mismo me había pasado con los jóvenes con quienes compartí en el pasado. La realidad es que el amor  por ellos era más grande que mis temores.

-¿Y con el desafío de ser el pastor general, como reaccionó?

-Oh no, eso fue demasiado fuerte, era mucha responsabilidad. Me asusté tanto con ese nombramiento que duré varias semanas con dolor de cabeza. Es que son 3.500 personas promedio, por lo tanto, es un reto muy grande, es un púlpito de mucha influencia, entonces es cuando uno dice, Señor si no estás conmigo yo no quiero estar aquí.

-¿Y cuál fue el secreto para acostumbrarse a bregar con esa inmensa responsabilidad?

– Primero la amistad con Dios en su secreto, si uno está con Él tiempos prolongados, la tarea se hace más sencilla, a pesar de la presión humana. Segundo, aprender a tener compasión por la gente. Si procuramos percibir lo que la gente siente, automáticamente nos liberamos  nosotros mismos como ministros y entenderemos que vamos a dar lo mejor  por amor a los demás. El miedo escénico, la presión social y nuestras inseguridades ceden cuando comprendemos que es Él el que hace la obra… lo que nos corresponde es actuar con compasión, como lo hacía Jesús.

-¿Sería el mismo consejo para un salmista?

-Exacto, es lo mismo.

-Hablando de salmistas, ¿cuál es la diferencia entre aquellos que cantan muy bonito, (tienen excelente música) y otros que quizá no cuentan con una linda voz, pero algo ocurre en el ambiente cuando ellos ministran?

– El secreto es aprender a ser un adorador.  En mis inicios en Costa Rica, yo estuve en la iglesia y luego me alejé un tiempo, pasé momentos muy duros, verdaderos desiertos. Cuando volví, comencé a tener una estrecha relación con Dios. Ahí entendí que mi compañerismo con el Señor en privado es más importante que lo que yo pudiera hacer en público y para mi sorpresa  pasaba algo que yo no podía explicar, cuando estaba cantando, la gente se quebrantaba,  recibía sanidad y sentía la presencia de Dios. Por lo cual yo decía, ¿por qué me pasa esto, si tan solo estoy cantando, no estoy haciendo nada más? El secreto es estar a solas con Dios, la unción se proyectará, sin que tengamos que hacer mayor esfuerzo.

-Entonces todo desierto personal  provocará una mayor madurez?

– Así es. Los desiertos son necesarios, pero hay que aprender de ellos. El que pasa un proceso y entiende que Dios tiene propósitos, comienza a tener mayor dependencia de Él y será una persona más sensible hacia el Señor y hacia los demás.


Danilo Montero en síntesis

Es un cantautor, compositor, escritor, conferencista y pastor, de origen costarricense, radicado en Houston, EE.UU.

Está casado con la colombiana Gloriana Diaz, con quien tiene una hija.
Durante sus 30 años de ministerio cuenta con 20 producciones de música cristiana y dos libros.  Con uno de ellos, “El abrazo del Padre”, fue nominado al Medallón de Oro, máximo reconocimiento a la literatura cristiana. 

Ha ganado cinco Premios Arpa y un Premio Billboard. Tiene varias nominaciones a diversos premios, incluyendo los Grammy Latino y ha sido condecorado en los Premios Arpa y Premios Billboard de la Música Latina.

En 1986 produjo su primer disco compacto con el Grupo Sígueme, denominado «Mi Adoración Suprema», en el 87  sale «Tu Eres Digno» y en el 9o; «Cara a Cara«.

El primer disco como solista con las voces de Sígueme fue : «Las Naciones Cantarán«, producido por Editorial Vida.

Luego le sigue «Celebra al Señor», con Hosanna Music y posteriormente viene el disco que lo da a conocer en una forma más amplia, que es «Admirable», que fue por el año 1997, con CanZion Producciones.

En los años siguientes, el salmista Montero participó en varias producciones, conjuntamente con Jaime Murrel, Marcos Witt, Luis Enrique Espinoza, Marco Barrientos y Jorge Lozano.

En el 2000 fundó su propio sello disquero, de nombre  Sígueme Internacional, con el cual sacó al mercado «Sígueme», «Fortaleza» y «Tu Amor», con el cual ganó el Premio Billboard, al mejor disco cristiano del año.

Con «La Carta Perfecta» lanzado con Integrity Music, ganó el Grammy Latino.

Para este premio hubo una nominación como tres años antes, con «Devoción».

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