OPINIÓN

Costa Rica da golpe mortal a la libertad religiosa

M.Div. Guillermo Green /Secretario Ejecutivo de la Editorial CLIR /

Ya nadie se traga el cuento de que los “derechos humanos” no tienen nada que ver con la religión, a pesar de que se siga pregonando. El mundo entero está dividido en dos religiones: Una religión acepta el relato bíblico de un Dios Creador que se revela en las Escrituras, y la otra religión rechaza este relato y los sustituye por un concepto vago, irracional, de que el hombre ‘apareció’ sobre la tierra y ahora puede definir su propia existencia como quiera: El Hombre Autónomo. Los autonomistas intentan vanamente decir que los “derechos” del hombre incluyen ‘casarse’ dos homosexuales, abortar bebés, y matar ancianos, además de otras aberraciones que vienen atrás como la pedofilia, la poligamia o ‘poliamor’, etc, etc.

El problema es que ambas religiones tienen una “doctrina del hombre”. La religión bíblica afirma que Dios nos creó a su imagen, varón y hembra (solamente), estableció el matrimonio heterosexual monogámico como la norma (solamente), y que la vida (incluyendo a los infantes en el vientre) es sagrada. La otra religión del Hombre Autónomo rechaza todo lo que acabo de decir, y prácticamente afirma todo lo contrario.

“¿Derechos” humanos? ¡Son posturas religiosas que fluyen de una ‘fe’! La fe de los cristianos se fundamenta en la Palabra de Dios antiguísima. ¿Y la ‘fe’ de los no-cristianos? ¿En qué se fundamenta? ¿En ‘decretos’ ejecutivos? ¿En declaraciones jurídicas cambiantes?

Nuestro gobierno de Costa Rica ha avanzado la religión del Hombre Autónomo, utilizando la engañosa mantra de “derechos humanos”, no sólo para establecer el matrimonio homosexual, sino para obligar a futuros jueces a aceptarlo. Aprendiendo de la experiencia de otros países, ya se debatió y se definió que todo juez que asuma su trabajo, de facto acepta “voluntariamente” la ley del matrimonio homosexual, de modo que por fuerza tendrá que solemnizar tales uniones. Todo juez cristiano futuro estará en la obligación de violar la Palabra de Dios abiertamente.

Enterrado en 62 páginas del documento EXP-19013680-007-CO, Res. #2020-001690 (animo al lector buscarlo y leerlo), el Supremo Concilio intenta armonizar la libertad de conciencia (un valor costarricense muy antiguo, profundo y hasta hoy guardado como inviolable) con las nuevas leyes novedosas que contradicen tanto el Catolicismo como la fe Evangélica. Lamentablemente no logran hacerlo. Si bien sostienen un recurso de amparo para los jueces actuales, permitiendo una pequeñísima área de libertad de conciencia, cierran la puerta una vez por todas a futuros posibles conflictuados de conciencia.

El Estado (en la figura de sus cortes), por medio de decretos (ni siquiera por voto democrático), ha re-definido la relación más íntima y más antigua de la humanidad – el matrimonio. Y usan 62 páginas conteniendo argumentos legales, algo de latín, casos de Europa, Escandinavia, Inglaterra y Estados Unidos para fingir una decisión ‘legal’, acorde con la Constitución Costarricense, y que salvaguarde los valores históricos y culturas del país.

Me les quito el sombrero por el esfuerzo, porque hay que reconocerlo – hacen un trabajo ‘elegante’. Sin duda se evidencia mucha erudición, historia, y conocimiento de las leyes costarricenses. Además, es una gran lástima que estas personas utilicen sus conocimientos para finalmente defender y promover una religión contraria a la que ha sido la religión tradicional de Costa Rica, y no un proceso legal.

Nueva religión

Pero la nueva religión la tendremos – a la fuerza. Nueva religión que define al hombre: Un ser NO sujeto al Dios Creador revelado en la biblia, sino un ser autónomo, capaz de definirse a si mismo. Un ser NO sujeto a las normas sociales que Dios define en la biblia (matrimonio), sino autónomo, capaz de definir sus propias categorías sociales.

Querido lector. Usted y yo podemos comprender muy fácilmente que este camino seguirá, casi por necesidad, hacia otras conclusiones. Zafados de la biblia, navegando mares subjetivos, relativistas, que obedecen grupos de poder e influencia, caminamos hacia lo que otros países ya enfrentan: el asesinato de nuestros infantes en el vientre (aborto), el abuso sexual legalizado de menores de edad (pedofilia), y el asesinato despiadado de los viejos porque ya nos estorban (‘eutanasia’).

¿Alguien puede defender que una sociedad tan diferente no tenga una base religiosa? Nada tiene que ver con “derechos” ni “discriminación”. El punto muy sencillo es: ¿quién define al hombre, y quién define las relaciones sociales? Y sólo existen dos posibles respuestas: Dios o el Hombre Autónomo. Y esta decisión es una decisión netamente religiosa. Hay que despejar la neblina que oculta las realidades más importantes de una sociedad. No se puede permitir que el discurso enrede lo real. Toda filosofía de la sociedad parte de un fundamento religioso, de compromisos anteriores al debate. Las ‘leyes’ y ‘posturas’ son simplemente las conclusiones lógicas de su religión. Es por eso que aquí he afirmado que nos cambiaron la religión de Costa Rica con un plumazo del ejecutivo. Ahora tenemos a un nuevo dios y legislador, uno criado con nosotros, que come gallo pinto y plátanos. ¿Realmente?

Me da mucha tristeza la impotencia de los cristianos en Costa Rica. Por un Catolicismo diluído, y una iglesia evangélica perdida en el espacio (para no mencionar a los diputados ‘cristianos’), los cristianos (que supuestamente son la gran mayoría del país) permitieron que cambiaran totalmente la religión de la sociedad. Es más, algunos contribuyeron en su ignorancia, porque no entendieron que son cuestiones de religión y no de “discriminación”. Otros contribuyeron por negligencia.

Hoy son los jueces que deberán violar las Escrituras. ¿Y mañana? ¿Maestros, jefes, funcionarios diversos, panaderos, padres de familia? Hay países como Canadá que ya exigen total conformidad so pena de quitarles a los propios hijos. Todos colaboramos con la sociedad – o activamente, o por negligencia, permitiendo que otros definan las reglas.

Nunca es tarde. Lo que se requiere son valientes que miran las cosas como son. Hasta el momento han estado dormidos. ¡Que Dios los despierte a tiempo!

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(Los comentarios y artículos de opinión son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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