OPINIÓN

¿Cómo se redactó Roe vs Wade?

 El juez, el letrado, el periodista, el pastor... y un misterioso poema.

Carmelo López-Arias /ReL /

Argumentos contra el aborto

Si finalmente el Tribunal Supremo estadounidense tumba la sentencia Roe vs Wade, la mayor victoria legal provida del último siglo se deberá exclusivamente a una persona: Donald Trump, el único presidente en medio siglo que ha asistido físicamente a una Marcha por la Vida y cuyos tres nombramientos judiciales habrán hecho posible el hito.

Por eso resulta tan sorprendente -con criterios de nuestros días- la composición del Tribunal Supremo que en 1973 legalizó el aborto, formado por 6 jueces nombrados por presidentes republicanos y 3 nombrados por presidentes demócratas. La sentencia Roe vs Wade recibió 7 votos a favor (5 republicanos y 2 demócratas) y 2 en contra (1 republicano y 1 demócrata).

Un resultado chocante

Además, cuatro de esos jueces republicanos habían sido nombrados por Richard Nixon en su primer mandato, abierto en 1968, una época de cambios sociales y culturales profundos en la que el aborto estaba sobre la mesa. Y acababa de ser reelegido en 1972 con una mayoría aplastante específicamente conservadora (60,7% frente al 37,5% del radical George McGovern), esa célebre “mayoría silenciosa” que aborrecía el rumbo que imprimían al país unas élites dirigentes progresistas poco representativas pero muy poderosas.

Aunque en aquella época, en los partidos norteamericanos, la cuestión del aborto era más transversal que ahora (el Partido Demócrata se ha convertido en un mero lobby al servicio de Planned Parenthood, y Planned Parenthood en un millonario donante de los candidatos demócratas), no deja de chocar el gran apoyo recibido por el aborto en el seno de un Tribunal Supremo con esa composición.

Y, sobre todo, choca la personalidad del ponente de la sentencia, Harry Blackmun (1908-1999), designado en 1970 por Nixon con la confirmación unánime del Senado. Estaba considerado un juez conservador y todo su registro de votos hasta Roe vs Wade había seguido ese patrón.

Procedente de una familia modesta y trabajadora, formado en Harvard con una beca, era un buen marido y padre de familia, casado desde 1941 y con tres hijas, y devoto metodista que colaboraba económicamente con su comunidad e incluso pronunciaba en ella algún sermón. Nada que hiciera pensar cuál iba a ser su papel en esta historia.

¿Qué sucedió entonces?

El encargo

Lo cuenta, en un reciente artículo en el National Catholic RegisterSue Ellen Browder, quien para escribir su libro Subverted sobre la historia del feminismo (Cómo contribuí a que la revolución sexual secuestrase el movimiento de las mujeres es el subtítulo) cruzó el país desde California hasta la Librería del Congreso en Washington, D.C. y buceó en las 1600 cajas de la documentación personal que dejó el juez Blackmun tras un cuarto de siglo en el cargo (renunció en 1994).

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