OPINIÓN

¡Alta Traición!

Pastor Víctor Hugo Quirós Acuña-Presidente de Sinergia Liderazgo y Desarrollo/ 

Atrincherado en algún recoveco de la Asamblea Legislativa, junto a otros hermanos, a ratos intercediendo y a ratos gestionando todo lo que venía a nuestra mano para hacer avanzar la moción de orden que ampliaría el plazo para la implementación del matrimonio homosexual, pude constatar que el  sector cristiano evangélico y los sectores conservadores que apoyaron a los partidos confesionales con su voto, una vez más, hemos sido vilmente traicionados por Restauración Nacional, en la persona del recién electo presidente del directorio legislativo don Eduardo Cruickshank.

Por la “honra debida” esperé para oír alguna declaración del señor Cruickshank o de su partido, antes de escribir esta nota. Sinceramente esperaba ser persuadido de que había de mi parte una mala lectura respecto a su proceder.

No obstante, la aclaración del señor Cruickshank resultó para mí, e imagino que, para el buen entendedor, más que una justificante o aclaración, una confesión pública.

Don Eduardo indica esencialmente, que justifica su proceder, en su apego a los procedimientos. Lo que no dice, es que ese “legalismo” no le era ni impositivo, ni necesario. Por cuanto todos sabemos que las recomendaciones del departamento de asuntos técnicos, no son vinculantes. En la práctica legislativa una y otra vez los presidentes del directorio estiman o desestiman dichas recomendaciones según su criterio.

En el uso de sus prerrogativas como presidente del Directorio Legislativo, don Eduardo pudo sin complicación alguna, someter a votación la moción, si en verdad tenía la intención de respaldarla no solamente de manera política con su firma. 

Es precisamente en una apelación a reglamentación innecesaria, que encontró la salida, para no proceder en la primera parte de la sesión presentando la moción de orden.

Pasará a ser parte de la historia de nuestro país que Eduardo Cruickshank, quien además es pastor cristiano evangélico, pudiendo convertirse en facilitador, obstaculizó a más no poder, que la citada moción fuese presentada al Plenario Legislativo, esto, muy a pesar de ser votada afirmativamente su presentación, por los jefes de fracción por mayoría de cuatro a tres. 

El 12 de mayo fue el día en que era potable ganar la moción de orden. La asistencia suscitada en el plenario y una dosis de estratégica negociación de los diputados comprometidos con la causa, presagiaba que se contaba con los votos necesarios para ser aprobada, lo cual sin duda no escapaba de la percepción de don Eduardo. Responsable último de la administración de la agenda del día.

Cuando tirios y troyanos hubiésemos pensado que era el momento histórico para que don Eduardo “se hiciera grande”, y para que los políticos y partidos evangélicos y conservadores brillaran logrando tan significativa misiva, don Eduardo opta por olvidar sus raíces y ante la mayoría de los costarricenses y concretamente ante los 30,000 firmantes que acompañaban la gestión de Sinergia Liderazgo y Desarrollo y otros grupos civiles proponentes de la moción. 

Pero, sobre todo, ante el sector evangélico, al que junto con su partido pidió el voto, haciéndose representante de los valores de la vida y familia, como estandarte de sus luchas proselitistas, desnuda su ser, dejando ver que su prioridad política no es el gobierno de Dios sobre Costa Rica.

No dudo que, en caso de votarse, el partido Restauración votará en bloque afirmativamente la moción y que el señor Cruickshank no será la excepción, pero ya basta de que pretendan los políticos cristianos darnos “atolillo con el dedo”.

Todos los conservadores de este país y en particular los creyentes evangélicos, debemos saber que, algún día cuando voten la moción, lo harán con diáfano entendimiento político de que el “Kairos” para esta iniciativa popular ya había pasado, que la oportunidad que ofrecía a esta moción, el factor sorpresa, ya no estará, la tuvimos en punto penal y le dio miedo lanzarlo a don Eduardo.

Esto sin mencionar que el sector opositor ya montó su show político a nombre de la “homofobia”, y las presiones y negociaciones del oficialismo no se hicieron esperar logrando que legisladores pusilánimes de Liberación Nacional que originalmente firmaron la moción, ahora ya hayan retirado su firma.

 El voto de don Eduardo, en caso de que extemporáneamente decida presentar la moción, y no darle largas para que agonice hasta el 26 de mayo, al mejor estilo del “beso de Judas” la noche en que Jesús fue entregado, será políticamente correcto, pero evidencia de la alta traición ya consumada.

¿Cuál es la lección a aprender? Jesús dijo en Mateo 7:6. No echéis lo que es santo a los perros, ni echéis las perlas a los cerdos.

 Lo dijo en el sermón del monte cuyo tono es estrictamente ético, después de invitarnos a no juzgarnos los unos a los otros. Debo decir, que considero una mala lectura de la exhortación a no juzgarnos, la idea de que nos es prohibido emitir juicios.

Tan es así, que la biblia afirma que: el que es espiritual, juzga todas las cosas. 1Co 2:15. El problema al juzgar, es hacerlo aparte de los hechos y considerando tan solo las apariencias. Juan 7:24.

En mi criterio, es hora de que el sector conservador juzgue con justo juicio los hechos y califique a los nefastos partidos políticos que nos han engañado, gritando a voz en cuello, que se harían garantes de representar nuestros valores.

Situaciones como la ocurrida esta semana advierten que: “EN POLITICA, NO ES SUFICIENTE QUE ALGUIEN NOS DIGA QUE ES CRISTIANO PARA HACERSE MERECEDOR DE NUESTRA CONFIANZA.”

La exhortación a no echar las perlas a los cerdos en este contexto, es un llamado a distinguir entre juzgar sin criterio y discernir observando el fruto. Es hora de que los creyentes consideremos cada voto una perla y podamos decidir no dársela a cualquiera.

Es hora de discernir no por los discursos, ni por nuestras afinidades, sino por las acciones de los políticos y sus partidos. Es hora de preguntarnos ¿qué han hecho? y si no hay fruto detrás de sus palabras: valientemente debemos descartarlos muy a pesar de sus creencias y de que sean nuestros hermanos.

Es hora de cerrar los oídos a los discursos y exigir la evidencia de su servicio a sus comunidades, quien no sirve a otros, no desde la palestra y posiciones de poder, sino desde el acompañamiento a los más necesitados y vulnerables antes de ser político, solo se servirá a si mismo, disfrutando de las mieles que les confiere el honor de ser representantes de la patria.

Yo no olvidaré y espero que el sector conservador tampoco olvide en tiempo electoral, que la moción para posponer el matrimonio homosexual, el cual cambiará radicalmente la idiosincrasia costarricense, no procedió porque democráticamente el plenario así lo decidiera, sino, por la estrategia política desplegada desde el poder de gobernar sobre la Asamblea del pastor Cruickshank.  Hechos no palabras.

 El señor Cruickshank no prestó oído a la voz de quienes le advirtieron que no era cierto como él afirmaba con anticipación, que las suertes del matrimonio homosexual ya estaban echadas, y se convirtió en el sepulturero de la última y brillante iniciativa que extendería la reflexión del tema en nuestro país, para luego gestionar en la Asamblea Legislativa alternativas serias de reflexión sobre lo dicho en Código de Familia y nuestra Constitución Política, más allá de la imposición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Es una tragedia, 14 diputados confesionales, de ellos dos en el Directorio Legislativo, y además pastores de amplia trayectoria, otros más “creyentes de la secreta” distribuidos en otros partidos, quienes sumados a otros que, guiados por su fe católica, sus valores, y por la idiosincrasia costarricense; lejos de ser guiados y liderados por Cruickshank,  fueron obstaculizados por él, para no obtener una victoria que en medio de la crisis pandémica, sería un bálsamo para nuestro país y un duro golpe al nuevo orden mundial que desestima en todo, a aquel a quien llamamos Dios.

Hablando de Dios, sea el juez justo, ante quien mis consiervos den cuentas de sus actos y sus motivaciones. Si mi lectura de los hechos observados no es veraz, Dios sea también mi juez.

(Los comentarios y opiniones, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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