Soldado mexicano en Israel: «Vi partes de cuerpos en bolsas…»
Le tocó llevar a periodistas al lugar donde los cuerpos estaban quemados o en descomposición.
Fuente: Enlace Judío / Agencias /
Dan Hirsch Fischer, es un mexicano que hizo Aliá en 2011. La Ley del Retorno de 1950, garantiza a cualquier judío del mundo su derecho a migrar a Israel, establecerse allí y obtener casi sin trabas la ciudadanía israelí, eso es en parte hacer Aliá.
Actualmente, este ex alumno del colegio Tarbut, se encuentra con uniforme, en el norte de Israel.
Su vida cambió debido a una tragedia que marcará por siempre el destino del pueblo judío, el terrible 7 de octubre, la masacre de Hamás a civiles de los poblados fronterizos de Gaza.
Le tocó a Hirsch llevar a periodistas y a las bases militares al Kibutz Beeri, donde vieron cuerpos en bolsas, quemados, deformados o decapitados. Luego los trasladaron para la respectiva identificación.
Su testimonio en breve
«Muchos me preguntan cómo estoy, mi respuesta es bien, vamos mejorando, pero creo que es importante que la gente sepa qué está pasando, realmente no estamos bien», afirmó.
Y dijo algo más, «gracias a Dios, logramos recuperarnos -dentro de lo que se puede- de ese sábado negro del 7 de octubre, pero no sé si la palabra estoy bien es la mejor. Puedo describir lo que es comprometerse un jueves y el sábado, cuando le quieres contar a la gente en el teléfono algo de Israel, solo puedes hablarle de una masacre de cientos de personas», comentó.
Soldado Dan Hirsh, mexicano-israelí.
Tu país está en guerra
«Ves que gente con la que trabajaste fue asesinada en la masacre, que todo lo que conociste está revuelto y en caos, eso fue terrible. Al llegar a Israel desde los Estados Unidos, uno quiere apoyar. Busqué cómo hacerlo, pero en ese momento el ejército estaba completo. No pude reforzar. Luego no se si llamarlo privilegio o desgracia por cuanto tuve que acompañar a un grupo de periodistas argentinos que entraron a lugares, donde los civiles no podían ingresar», advirtió en un video.
En ese lugar, en Kibutz Beeri, fue donde vio esa impresionante masacre, ahí tenían a los cuerpos sin identificación.
«Y sí fue difícil ver esa escena, lo fue más observar bolsas blancas y al verlas uno piensa que es basura, pero son partes de cuerpos. Por ejemplo sentir una bolsa pequeñita y darse cuenta que es un bebé sin cabeza. A eso hay que agregarle el olor a sangre, casas quemadas, un jardín de niños destruido y lleno de balas, mesas volteadas, en fin fue muy duro, enfatizó, Dan Hirsh.
Él insiste en que la situación no es tan fácil, por cuanto no se sabe cuanto durará la guerra, si regresaran vivos o no, o si les corresponderá ingresar por tierra, aire o mar.