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Qatar 2022: después del Mundial, derechos negados a los trabajadores migrantes e investigaciones encubiertas

Amnistía Internacional denuncia esta situación en un documento que publicó recientemente.

Asia News / Fotos: Amnistía Internacional /

Meses después de la final del campeonato de fútbol, la FIFA y Qatar siguen sin ofrecer «un régimen efectivo y accesible» para obtener indemnizaciones. Queda excluida la posibilidad de recurso para quienes regresaron a sus países de origen.

Denegada la justicia para centenares de trabajadores migrantes, contratados como personal de seguridad para la Copa del Mundo de Qatar en noviembre y diciembre de 2022, víctimas de abusos, maltratos y violación de derechos.

Un clima de impunidad para no «empañar» el aura de éxito que caracterizó la narrativa en torno al primer evento futbolístico iridiscente del mundo árabe y de Medio Oriente, a pesar de las proclamas de la FIFA (el organismo que regula el fútbol mundial) y de Doha, que habían prometido claridad.

La denuncia está contenida en un estudio publicado  por Amnistía Internacional (AI), que a través de documentos y entrevistas con las víctimas, descubre un velo no solo sobre el sufrimiento y las privaciones que padecieron los migrantes, sino también sobre la voluntad de encubrir la búsqueda de la verdad y la protección de los derechos. 

Ya en abril del año pasado, muchos meses antes del partido inicial, la ONG activista había descrito en un informe de 70 páginas, abusos que en su mayoría se pasaban en silencio y que había resonado como una llamada de atención sobre las violaciones «sistemáticas y estructurales» en lo privado.

«Los organizadores del Mundial», afirmó el responsable de Justicia Económica y Social de AI, Steve Cockburn, «eran muy conscientes de los problemas, pero no aplicaron las medidas adecuadas para proteger a los trabajadores y evitar los abusos» en las sedes que acogieron la competición, desde estadios, a otras instalaciones. Han pasado seis meses desde la final, pero la FIFA y Qatar todavía deben ofrecer un «régimen eficaz y accesible» para que los trabajadores obtengan «justicia e indemnización», continuó.

La Fifa o Qatar deberían indemnizar a los trabajadores que se les adeuda dinero.

La investigación demuestra que los empleados y guardias de seguridad que trabajaron en las instalaciones del Mundial, contratados por la empresa catarí Teyseer Security Services, sufrieron múltiples abusos laborales.

Entre ellos, comisiones y pagos por la contratación, gastos relacionados con el trabajo y declaraciones engañosas sobre las condiciones de empleo.

Además, al finalizar sus contratos temporales, a los trabajadores no les quedaba más opción que regresar a sus países de origen, negándoseles de hecho la posibilidad de recurrir a la justicia para hacer valer sus derechos.

En los últimos meses, Amnistía Internacional encuestó a 22 trabajadores de Nepal, Kenia y Ghana, entre los miles empleados por Teyseer.

La mayoría llegó a Qatar a mediados de octubre de 2022 con contratos de tres meses y todos ellos tuvieron gastos relacionados con el reclutamiento: al menos 16 dijeron que pagaron más de 200 dólares estadounidenses, incluidos cuatro que pagaron más de 600 dólares, es decir, alrededor de un tercio de sus ingresos totales.

Para algunos, los gastos incluían hasta 300 USD en honorarios de la agencia de contratación, así como evaluaciones médicas antes del viaje a Qatar, pruebas Covid-19 y controles de antecedentes penales. 

Marcus (el nombre es ficticio), ghanés de 33 años, trabaja para mantener a sus hermanos y pagó casi 400 dólares en gastos: «Tuve que pedir un préstamo para pagar el viaje. Todavía lo estoy pagando», explicó, porque «lo que ganaba no era suficiente».

Richard, un compatriota de 24 años, trabajó en el campo de entrenamiento de uno de los equipos que acudieron a la competición: «Al final salí perdiendo», denunció, «porque pagué casi 700 dólares antes de irme. Solo recibí unos 1.500 dólares», lo que supone un ingreso de solo 780 dólares.

«Hubiera ganado más si me quedo en Ghana, perdí mi trabajo por culpa del viaje, así que volví con poco dinero y desempleado», concluyó.

Más de un tercio de los encuestados afirmaron que trabajaban 12 horas diarias, hasta 38 días consecutivos, sin descanso ni remuneración adecuada por el tiempo extra, lo cual supone una violación de las leyes locales qataríes e internacionales.

Las tareas exigían en muchos casos permanecer de pie durante horas sin un mínimo de descanso, gestionando grandes aglomeraciones sin la formación ni el apoyo adecuados.

Kiran, nepalí de 26 años, que trabajó como asistente del metro en Souk Waqif, declaró: «Era un trabajo difícil porque solo había una estación de metro en la zona y siempre estaba demasiado llena. Tenía que estar de pie diez o doce horas al día… apoyando la espalda en las barricadas», recordó. «A veces sentíamos miedo porque había demasiada gente y empujaban en medio de la aglomeración».

A pesar de los informes y las denuncias, que demuestran que Teyseer y la FIFA son conscientes del problema y de los repetidos abusos, por el momento ninguna de las organizaciones o gobiernos implicados parece haberse movido ni  tomar medidas eficaces para abordar la cuestión.

Al contrario, los derechos de los trabajadores y sus legítimas reivindicaciones siguen pendientes y no hay perspectivas de que se haga justicia y se reconozcan los derechos a corto plazo.

Entre otras cosas porque, aunque Doha haya establecido medios para reclamar, los trabajadores tienen que estar en Qatar para acceder a los tribunales laborales y al sistema de indemnizaciones, mientras que las denuncias y demandas a distancia quedan excluidas.

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