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Los 70 años de doña Cristina

Róger Murillo / periodicomaranata.com

Ella se llama Cristina Salazar, pero es más conocida dentro del campo cristiano como doña Cristina Camacho, en virtud del apellido de don German, su esposo, con quien tiene 48 años de casada.

 Ellos son padres de Greeyvin y David, quienes los han acompañado a lo largo de las cuatro décadas de ministerio.

Fueron precisamente sus hijos  -junto con sus esposas- quienes le organizaron una serie de festejos a doña Cristina, con motivo de celebrar sus 70 años de vida.

“Vigorosos 70”, decía el encabezado de la invitación a la última de las celebraciones, la cual se realizó el domingo 13 de enero en la tarde, en la casa de los esposos Camacho ubicada en Barba de Heredia.

Esa mañana en la “Comunidad Fuente de Vida”, que es parte del Ministerio Banquete Celestial, todo fue de manteles largos, por cuanto también se le festejó el cumpleaños. Algo que realmente había comenzado desde el miércoles nueve de enero, fecha exacta del aniversario.

 

 Los esposos German y Cristina Camacho con sus hijos y nietos.

Muy emocionada

Doña Cristina estaba muy emocionada “me siento muy feliz por haber llegado a los setenta años, llena de vida, alegría y sobre todo con el gozo del Señor, que a veces es lo que se pierde en el camino… y por todo eso estoy muy agradecida con Dios”, dijo.

Jovial, amena, siempre con una sonrisa, así la conocimos hace 40 años y así sigue siendo.

Ella se describe como una persona llena de vida, libre, realizada y espiritualmente muy feliz. Apasionada por la obra de Dios y por los ministerios que el Señor le ha encomendado, defensora de los adultos mayores y sobre todo, una mujer agradecida con el Espíritu Santo, por tanto respaldo en cada una de las decisiones que ha tenido que tomar a lo largo de su vida ministerial.

Doña Cristina Camacho con varios de sus primos.

“No hay marcha atrás”

Ocho años después de haberse casado con don German Camacho, ambos abrazaron el evangelio en la iglesia “Pueblo de Cristo”, pastoreada por José Palma, en Heredia.

Cinco años después, los dos fueron llamados al ministerio y ya han pasado cuatro largas décadas de ese momento.

“Aun recuerdo las palabras de mi esposo cuando me abrazó y me dijo, ‘tomamos una decisión, es un camino hermoso el que hemos descubierto, caminaremos juntos, pero no hay marcha atrás, seguramente no tendremos logros inmediatos, pero llegaremos hasta el final’. Esas palabras quedaron grabadas en mi mente y me enamoré de ese Dios que había pensado en mi desde antes de la fundación del mundo. Por eso todos los días desde que despierto y abro los ojos, lo primero que brota en mi es una profunda gratitud y eso me da paz emocional y espiritual”, expresó doña Cristina en una plática con periodicomaranata.com

 

 

 

 

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