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Leyes que convierten a los médicos en verdugos: trans, eutanasia, aborto… atacan a la ética médica

Vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, habla de la extraña situación de los médicos en España respecto a 3 leyes hostiles a la buena ética médica.

Religión en Libertad / Foto: Guillermo Navarro / ABC Sociedad /

Ha comentado con Pilar Ruipérez, del programa «De par en par», que se puede ver en CreoTV, las leyes contrarias a la ética médica hipocrática que impulsan el actual Gobierno de PSOE-Podemos y sus aliados parlamentarios nacionalistas e independentistas.

La entrevista se centra en la Ley Trans, la de Eutanasia y la que agiliza y facilita aún más el aborto. Lo que cuenta vale para España y para otros países.

Las tres normas, avisa, dañan a los pacientes, a sus familias y parientes y a los médicos y sanitarios.

Las tres atacan «al inicio de la vida, o a los adolescentes, la población más vulnerable» y a los que se encuentran ante graves enfermedades y sufrimientos.

ninguna de estas tres leyes alivia, cuida ni cura, denuncia la anestesista.

Contra la buena ética médica

Son leyes contrarias «al código ético básico que hemos sostenido los médicos a lo largo de la Historia, a través de miles de años», refiriéndose al Juramento Hipocrático, referido al médico griego Hipócrates, del s.V a.C., contrario al aborto y la eutanasia.

Luisa González detalla que el código ético renovado ahora por la Organización Médica Colegial en España «mantiene que el médico no debe nunca causar la muerte a un paciente ni de forma directa ni indirecta, aunque se lo pida». Esto es así independientemente de lo que digan las leyes eutanasiadoras.

La Ley trans: dañar y mutilar a menores

Denuncia que en Madrid ya hay un protocolo que permite bloquear hormonalmente la pubertad a niños y niñas a partir de 11 años, impidiendo su desarrollo sexual, «lo que contribuye a aumentar la disforia».

Luego a los 16 años se aplica la «hormonación cruzada»: no sólo se bloquea su sexo real, sino que se le aplican las hormonas que desarrollen aspectos externos del otro sexo (pechos, barba, etc…).

Luis González considera que hoy muchos adolescentes piden el «cambio de sexo» por contagio social, algo que les llega «por las redes sociales».

Ignorar a los arrepentidos y detransicionadores

«La ley española no dice ni una palabra ni de los desistidores ni de los destransicionadores, que de manera penosa y dura intentan volver atrás en lo posible», lamenta.

Anima a todos a ver vídeos de detransicionadores. «Es superduro, me duele como médico, pero se graba en la mente. La mayoría son chicas, que dicen: ‘la ideología fue más fuerte que mi voz cuando yo planteaba dudas a mi terapeuta'». Cada vez que expresaban dudas, todos en su entorno las rechazaban: «no, ¡sigue con la transición!«.

Luis González está en contacto «casi diario» con la Asociación Amanda, madres que tienen hijos (sobre todo hijas) que un día se despiertan diciendo «mamá, soy trans«… y ven que la Administración no ayuda a un diagnóstico certero.

Señala que en países que «van quince años por delante» de España tienen ya una acción importante de personas dañadas por el cambio de sexo y son «detransicionadores», arrepentidos, vuelven a su sexo real, aunque a menudo con cuerpos ya dañados y mutilados.

Recuerda también que los estudios muestran que 7 u 8 de cada 10 adolescentes que hace unos años declaraban querer cambiar de sexo, al pasar unos años y consolidarse con su cuerpo adulto, abandonaban ese deseo, aceptando su cuerpo real.

En Internet, webs muy trabajadas inducen al cambio de sexo

A la doctora Luisa González le asombran los contenidos que animan a cambiar de sexo en redes sociales. «Son muy elaborados, con series con muchos capítulos, con comunidad de fans por Internet, donde el cisgénero, heterosexual y de raza blanca queda denostado. Hay adolescentes que dedican horas a eso».

También comenta que hasta 4 de cada 10 personas que piden el cambio de sexo parecen estar relacionadas con trastornos de personalidad de espectro autista, especialmente entre las mujeres. Muchas han sufrido abusos o maltratos, en redes crean comunidades de «fans» y allí se presionan para ponerse una etiqueta… y decir «soy trans» les parece una salida.

Luisa González, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, analiza las leyes que impulsan una mala ética médica en conversación con Pilar Ruipérez, en Creo TV, desde la venerable Biblioteca del ICOMEM. 

Prácticas mutiladoras e irreversibles

Las prácticas de cambio de sexo no le parecen «terapia médica» porque son «mutilantes». Señala que cuando se inicia ese camino «un paso lleva al siguiente». Quien empieza con las hormonas es conducido hacia la mutilación.

Se trata de tratamientos irreversibles y pide que se repita una y otra vez esta palabra: irreversible. El daño hecho ya no se puede restaurar, y los detransicionadores lo denuncian y avisan. Hay cambios corporales, infertilidad, falta de satisfacción sexual, daños cardiovasculares, mayor riesgo de trombosis y tumores

La ley Trans amenazada además a una población adolescente especialmente dañada por la pandemia, «una población que ha multiplicado por 5 los intentos de suicidio», tras los confinamientos. La sociedad, dice, debería prestar atención especial a los jóvenes de 12 a 28 años, edades donde se están multiplicando los intentos de autolesionarse.

«Los psiquiatras tienen las agendas llenas como nunca: el psiquiatra ha pasado a ser el médico de cabecera«, advierte.

Leyes contra los buenos médicos, y sin consultarles

En este contexto, los médicos, dice, «tenemos la sensación de que se están haciendo leyes contra nosotros. La figura del médico está muy atacada por estas leyes. Nos lleva a recurrir a la objeción de conciencia más de lo que nos gustaría».

Luisa González recuerda una época en el pasado que España tenía médicos premios Nobel (Santiago Ramón y Cajal fue incluso senador; Severo Ochoa también fue muy respetado) «que eran escuchados, cuando se hacía política sanitaria escuchando a los médicos, cuando la Administración no hacía leyes sin consultar a los expertos, a los que han de ejecutar los protocolos».

Efectivamente, estas 3 leyes se han hecho sin consultar a médicos ni al Consejo de Bioética de España (creado por el presidente socialista Rodríguez Zapatero para este tipo de asuntos) ni pasar por informes previos.

«El Estado hace una ley para que el médico sea el verdugo de un no nacido, el verdugo de un enfermo terminal, o el que lleve al adolescente a un camino de no retorno», lamenta.

La Ley Trans, de hecho, castiga con multas grandes cualquier intento de profesionales sanitarios de explorar en el joven otras causas o alternativas que no sean encarrilarlo al cambio de sexo.

El médico debe ser fiel al Código ético

Ante esto, «el médico debe actuar médicamente, es decir, desde la confianza del paciente, no ha de dejar ningún rincón sin explorar; los pacientes, adolescentes, tienen derecho a la salud integral, a un abordaje integral de los signos físicos y psicológicos».

El Código Ético de los médicos en España permite hacer eso, más allá de lo que digan las leyes actuales. «Nos debemos a nuestros pacientes y hemos de rendir cuentas a nuestro Código, es la manera de valorar la actuación médica».

Sobre los registros de objeción de conciencia dice que son discriminatorios desde el punto de vista laboral y que incluso puede inducir al sanitario a abandonar al paciente.

Tras las leyes dañinas, un negocio y mucho dinero

Tras estas leyes contrarias a la salud y la naturaleza, «hay un negocio detrás», admite. «Siempre habrá algún médico que por intereses se deje llevar por estas leyes y tendencias ideológicas. Y en el aborto hay un negocio clarísimo. Si yo fuera anestesióloga en una clínica abortista, ganaría mucho dinero».

También hay interés económico en mantener de por vida medicados y hormonados a las personas que han cambiado de sexo.

Para la embarazada asustada ante su embarazo pide alternativas y ayudas. Las ecografías para embarazadas también son útiles por muchas razones médicas. «¿Cómo voy a poner una venda en los ojos de mi paciente? El conocimiento dará más libertad», afirma.

Cree que el Código deontológico actualizado de los médicos españoles ayudará a muchos a reflexionar sobre la realidad ética del oficio médico y la necesidad de ayudar de verdad al paciente.

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