Formación

Leña para el fuego (Entrega 33)

Apóstol: Rony Chaves /

Dios puede quitar de su posición al gobernante soberbio 

 Texto bíblico en estudio: Daniel 4 :1-3

“ Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.   Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. !Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación».

 I – Motivación

Ya lo dicen las Sagradas Escrituras (Santiago 4:6), que Dios da de su gracia a los humildes y resiste a los soberbios.

Es muy bueno saber que Jehová puede quitar de la posición de privilegio y de gobierno a quienes son orgullosos y soberbios.

II – Dios engrandeció mucho a Nabucodonosor, Rey de Babilonia. 

-Dios tiene todo el poder y toda la autoridad del Universo en su mano y los da a quien Él quiere, algo que muchas veces a Él le place revelarlo a través de sus profetas.

 » Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.    Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.   Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro «. Daniel 2:36-38.

III – El gobernante se ensoberbeció con tanto poder. 

» El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.  

Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.  

Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.  

Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,   que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado;   y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

  Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado «.Daniel 3:1-7.

IV – Dios tuvo que tratar fuertemente con el rey. 

-Por la misma vía de los sueños, Dios le hablo a Nabucodonosor  y usó al mismo profeta Daniel para darle la interpretación del mismo.

» Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.   

Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación.

Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren.   

El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra,    cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,   tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.   

Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y de mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos;   esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey:   

Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.   

Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu re firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna «. Daniel 4: 18-26.

V – También Dios levanta de su postración al que se humilla ante Él.

» Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,    habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?    Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor:

El reino ha sido quitado de ti;    y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.   

En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.   

Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.

   Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? «  Daniel 4:29-35.

VI – Dios restaura y reestablece en su posición a quien se humilla ante Él y lo reconoce como el único y sabio Dios.

  » En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.   

Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia «. ( Versículos 36-37 ).

VI – Moraleja para todos.

El levantamiento de quien honra a Dios, siempre será para glorificarlo a solo a Él.

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