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El papel de las Sagradas Escrituras en estas elecciones

Róger Murillo /periodicomaranata.com/

Ahora que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha emitido una medida cautelar que regula el uso del púlpito para fines electorales y hasta delimita el uso de palabras «Dios» y «conciencia», los pastores y ministerios en forma general, tendrán que tener mucho más cuidado  de participar en toda actividad pública, en virtud de que cualquier frase o concepto bíblico puede  utilizarse  en su contra  por diversos  partidarios políticos y definirse como insinuaciones con fines proselitistas. La Biblia entonces, aunque no se quiera está inmersa en esta contienda electoral.

Un texto bíblico en las redes sociales o en una valla publicitaria, que anteriormente solo era un sencillo mensaje de la Palabra de Dios, en la actualidad puede ser interpretado como algo subliminal a favor del candidato cristiano y quizá hasta un buen argumento para un eventual recurso de amparo ante el T.S.E.

Pero aquí es imperativo recordarle a la sociedad y a los enemigos del cristianismo, que siglos antes  de estas elecciones, ya las iglesias, los creyentes y organizaciones, habían usado los mensajes bíblicos para ayudar a su fe, animar a otros y dar consejo, fortaleza y apoyo a los semejantes. Igual lo han hecho por las redes sociales desde que estas se inventaron años atrás.

 La Palabra de Dios  data de mucho tiempo de historia, es el libro más vendido del mundo y el que mayormente se ha traducido a infinidad de lenguas, no se inventó para estas votaciones y duele que un mensaje tan sano y pulcro, se vea cuestionado por la política, en virtud de que un candidato que va a la segunda ronda, profesa su fe cristiana y se ve atacado por todo tipo de epítetos, que cuestionan sus principios y valores cimentados precisamente en la Escritura Sagrada.

Es interesante acotar, la forma peyorativa en que algún sector recalcitrante de la sociedad, quiere ver a los creyentes, tildándolos de ignorantes, sin formación académica y tan de poca educación que han escogido un viejo libro para buscar consejo, unas  añejas Escrituras  que para ellos son algo obsoleto.

Parte de ese comportamiento social, es carburado  por sectores políticos y gubernamentales,  que en su afán de sacar a Dios de la Constitución Política, de las escuelas y colegios,  han abrazado estas corrientes ateístas, pro aborto, en contra de la familia y a favor del Estado laico. Todo por supuesto, apoyados por los grandes medios de comunicación.

Para ese sector, mencionarles la Biblia, es  sinónimo de algo arcaico, pre histórico y descontinuado. Si pudieran, impedirían su uso en los Tribunales de Justicia cuando se jura decir la verdad, en el traspaso del poder presidencial y en la Asamblea Legislativa.

La opinión de la Sala Constitucional

Aquí cabe recordar que en  el año 2003, cuando se le impidió a la Sociedad Bíblica de Costa Rica leer la Escritura en forma corrida (sin comentarios, ni actividades musicales) en la explanada de la Plaza de la Cultura, los administradores de este lugar -Fundación Museos del Banco Central de Costa Rica- argumentaron que  no se podía permitir su uso para tales fines, por cuanto el artículo 2 y numeral 20 de las regulaciones  y normas generales , impedían la utilización de la infraestructura para actividades religiosas.

La Sociedad Bíblica expuso en ese momento  que eso era algo cultural, pero  la Fundación insistió en lo religioso, por lo tanto  se llevó el caso a la Sala Constitucional y lo ganó la institución cristiana.

Este máximo Tribunal al emitir su voto (N 3667-03), puntualizó, que aunque la lectura de la Biblia podía interpretarse como una actividad religiosa, el acto era de tipo cultural. Pero además explicó, que las Sagradas Escrituras  son también un libro histórico, de interés universal y en razón de eso, no resultaba razonable prohibir su lectura, “pues ello supone hacer una interpretación restrictiva, que discrimina a sus lectores y les limita, sin justificación alguna, la manifestación cultural que de ello puede derivarse”, dice parte de las conclusiones.

Y agrega, “la Biblia, debe asemejarse a la lectura de cualquier otro libro, con independencia de su orientación religiosa o que sirva de base a la fe de un determinado grupo humano”.

Aquí es interesante revisar la valoración que un ente de la magnitud de la Sala Constitucional hace de la Biblia, en contraposición de lo que en forma ligera algunas personas opinan de ella, seguramente porque  nunca  han leído este extraordinario libro o en su defecto no lo comprenden.

Pero lo  que si resulta muy injusto, es que haya quienes censuren  a aquellos que tienen a la Escritura como su fuente de consejo, orientación y fortaleza,  y que  sean criticados por  andar con una Biblia en la mano  participando en política.

Está claro  que  si alguien quiere   apoyar a un determinado candidato y no se averguenza de sus principios cristianos, tampoco tiene que esconder su Biblia, aunque seguramente recibirá fuertes críticas por esa intolerancia que se está viviendo en nuestro país en este momento político.

 Recordando frases célebres  respecto a la Sagrada Escritura

«Es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin la Biblia.»(George Washington, primer presidente de los Estados Unidos)

“Siempre he dicho, y siempre diré que la lectura cuidadosa y diligente del Libro Sagrado produce mejores ciudadanos […] La Biblia produce las mejores personas del mundo.” (Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos)

«La Biblia es el ancla mayor de nuestras libertades». (Ulysses S. Grant, décimo octavo presidente de los Estados Unidos)

«Ese libro, caballero, es la roca en que descansa nuestra República». (Andrew Jackson, séptimo presidente de los Estados Unidos)

«Creo que la Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres.» (Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos).

«La esperanza entera del progreso humano pende de la influencia siempre creciente de la Biblia». (W. II. Seward, Secretario de Estado de Estados Unidos)

«Lea en la Sacra Escritura…, allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes…». (Miguel de Cervantes, literato español)

“Si por casualidad hay [charlatanes] que, aun siendo ignorantes de todas las matemáticas, presumiendo de un juicio sobre ellas por algún pasaje de las Escrituras, malignamente distorsionado de su sentido, se atrevieran a rechazar y atacar esta estructuración mía, no hago en absoluto caso de ellos, hasta el punto de que condenaré su juicio como temerario.”(Nicolás Copérnico, astrónomo)
«Ninguna ciencia está mejor autenticada que la Biblia. Encuentro más señas de autenticidad en la Biblia que en cualquier otra historia profana».(Isaac Newton, científico)

«Cuando el país suyo y el mío obren a una en conformidad con las enseñanzas que Cristo estableció en este Sermón del Monte, habremos resuelto no solo los problemas de nuestros países, sino los del mundo entero». (Mahatma Gandhi, pensador y líder del nacionalismo de la India).

«La Biblia no es un mero libro, sino una creación viviente, con un poder que vence a todo cuanto se le opone». (Napoleón Bonaparte, militar y gobernante francés).

“Es la creencia en la Biblia, el fruto de profunda meditación, lo que me ha servido de guía de mi vida moral y literaria. . . . Ha sido para mí un capital invertido con seguridad, y que me ha producido abundante interés.” (Goethe, escritor alemán).

«La Biblia es para mí El Libro. No entiendo cómo alguien pueda vivir sin ella, sin que se empobrezca, ni cómo uno pueda ser fuerte sin esa sustancia, ni dulce, sin esa miel.» (Gabriela Mistral, poetisa chilena).

«Aquí le dejo la Biblia, que la he leído todas las mañanas para revestirme de paciencia y de virtudes cristianas». (Galo Plaza Lasso, ex presidente de Ecuador)

«La lectura de la Biblia echó los cimientos de la educación popular que ha cambiado la faz de las naciones que la poseen»(Domingo Faustino Sarmiento, político y filósofo argentino)

«… el comercio por sí, no puede hacer que una nación sea grande y feliz como lo es la nación inglesa. Inglaterra ha llegado a ser grande y feliz por el conocimiento del Dios verdadero y de Cristo Jesús. Este Libro es el secreto (La Biblia)…»(La Reina Victoria, Reina del Reino Unido y de Irlanda).

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