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El mesianismo andino de Frepap fue la segunda fuerza más votada en Perú

RIES, BBC Mundo, El Correo/ Evangélico Digital /

Una gran sorpresa de las elecciones parlamentarias peruanas fue el ascenso de Frepap, un partido que mezcla cristianismo y religiones incas. No es evangélico.

Las elecciones parlamentarias del domingo en Perú dieron como resultado un Parlamento fragmentado en el que ningún partido tiene la mayoría.

Las elecciones extraordinarias que fueron celebradas porque el presidente, Martín Vizcarra, disolvió el Congreso, concluyeron con el desplome del fujimorismo y una sorpresa muy llamativa, el regreso después de 20 años de un partido milenarista y mesiánico.

El Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap) se volvió la segunda fuerza más votada y obtuvo 16 de los 130 escaños del Parlamento.

Para la gran mayoría, incluso para los propios líderes del partido, el ascenso del brazo político de la ultraconservadora congregación religiosa Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu) fue completamente inesperada.

Carlos Ernesto Ráez, un antropólogo peruano que ha estudiado a esta organización política y a su congregación religiosa en profundidad, dijo que «los israelitas», como los conocen en Perú, tenían la esperanza de superar la valla electoral, el umbral mínimo para entrar en el recuento. «Pero no pensaban conseguir el segundo o tercer puesto a nivel nacional», afirma Ráez.

Aunque siguen siendo una fuerza minoritaria, el analista cree que la presencia de estos parlamentarios en el Congreso se hará notar. «16 no es un número nada desdeñable, si tenemos en cuenta que todas las bancadas están en números no muy lejanos», señala Ráez.

«Siendo la segunda o tercera fuerza, será importante contar con sus votos. Ellos han dicho que no harán alianzas formales con ningún partido político, pero si consideran que hay una propuesta que concuerda con su agenda, dicen que no tendrán inconveniente en votar por ella».

¿De dónde salió y qué es Frepap?

No es posible entender al Frepap separado del movimiento religioso, explica el antropólogo Juan Ossio. Ambos fueron fundados por Ezequiel Ataucusi Gamonal. Tanto los religiosos de este movimiento como los simpatizantes del Frepap creían que Ataucusi era la representación de Cristo en la Tierra (pese a que no resucitó tras su muerte, como estuvieron esperando que ocurriera).

Para crear su religión se apoyaron legalmente creando la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU), que a pesar del nombre nada tiene que ver con la iglesia evangélica. Ataucusi se había unido primero en Lima a una iglesia adventista, pero luego la abandonó para formar su propia iglesia en 1968. Finalmente cambiaron su nombre como entidad religiosa al de Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu)

El partido político fue fundado en 1989, también por Ataucusi, para hacer más efectiva la prédica de los llamados “israelitas”, aunque nada tienen que ver con Israel, siendo llamados así por su su nombre (Misión Israelita), su fervor por la literalidad de la Biblia y sus vestidos con largas túnicas y cabellos y barbas abundantes. Pero también surgió con la esperanza de darles visibilidad, legislar en favor de sus proyectos y hacer que dejaran de estar en los márgenes de la sociedad.

La ideología sobre la que está ubicada el Frepap –organización de corte religioso y mesiánico andino– conjuga elementos distorsionados del cristianismo y del cooperativismo incaico, según Ossio. Pero el corazón de su doctrina está en el culto a la imagen del ya fallecido líder Ezequiel Ataucusi Gamonal.

El antropólogo explica que detrás de este culto ferviente al líder fundador está lo que él llama el “mesianismo andino”, una característica común en las sociedades del ande peruano que se puede rastrear hasta los levantamientos de líderes como Túpac Amaru. Es también, según explicó en una entrevista al portal Ojo Público, una de las razones por las que el crecimiento de Ataucusi se interpuso en el camino del de Sendero Luminoso.

“Era gente que buscaba adherirse a verdades que le permitieran superar su sentimiento de crisis. Y la alternativa estaba entre un movimiento que les ofrecía la posibilidad de ser los dueños de la riqueza quitándosela a los propietarios […]; o encontrar el orden a través de un profeta que les ofrecía llegar a la tierra prometida siempre y cuando aceptaran las reglas de su religión. Si no hubiese existido esta vertiente pacífica, digamos que los senderistas hubiesen campeonado”, explicó a Ojo Público.

Todo en el movimiento se mezcla con motivos incas. “Han utilizado en las colonias el sistema cooperativista, como el del ayllu, y su modelo político es una reinterpretación de los incas. Los consideran los antiguos profetas. Utilizan para su modelo político tradiciones que se dan en los andes, como la minka [trabajo comunitario para beneficio social]”, aclara Ossio.

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