¿Debe un cristiano celebrar Halloween?
Tiempocristiano.com/
Una cantidad inmensa de personas celebrarán mañana la noche de Halloween, incluidos muchos cristianos. Esta «celebración» es la fiesta comercial más grande en Estados Unidos, recaudando alrededor de $ 8 mil millones en ventas.
Una cantidad inmensa de personas celebrarán el próximo Halloween, incluyendo muchos cristianos. Esta “celebración” es la fiesta comercial más grande en Estados Unidos, recaudando alrededor de $ 8 mil millones en ventas.
La mayoría de los padres disfrazarán a sus hijos e irán a pedir dulces. No obstante, muchos no se dan cuenta de que hay una realidad más satánica en esta celebración y está impregnada de brujería.
La noche de Halloween, o la víspera de Todos los Santos, inició en el antiguo festival celta Samhain, su significado quiere decir “fin de verano”.
Conforme al informe elaborado por la Enciclopedia Británica, se comentaba que las almas iban a visitar sus casas y la mayoría de las personas pensaban que los fantasmas, las brujas, los duendes, los gatos negros y demonios vagaban por el mundo.
En aquel tiempo, la gente pensaba que para proteger a sus familias en épocas de invierno, los celtas invocaron la ayuda de sus dioses realizando sacrificios de animales.
Las cosas cambiaron cuando el cristianismo llegó a la escena y comenzó a celebrar el Día de Todos los Santos, en la práctica cristiana occidental, la celebración comenzó en un servicio de oración la noche del 31 de octubre y terminó el 1 de noviembre.
En el transcurso de estos días, los pobres visitaban a las familias ricas para recibir pequeñas ofrendas llamadas “tortas del alma” a cambio de una oración.
Charlene Aaron, periodista del reconocido centro de noticias, CBN News, entrevistó al ex satanista John Ramirez, quien advirtió que los cristianos evangélicos no deberían practicar de las costumbres paganas.
El ex-satanista explicó que los cristianos no deben ser engañados para celebrar las alternativas de Halloween.
“Halloween es la fiesta demoníaca más diabólica”, concluyó.