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Bloqueadores de pubertad

Su compuesto químico impide que ocurra la pubertad, bloqueando las hormonas sexuales como la testosterona y el estrógeno.

Róger Murillo-periodicomaranata.com /

Como sabemos el 22 de junio el Frente Amplio (partido de izquierda de Costa Rica), presentó a la Asamblea Legislativa, el proyecto que lleva por nombre Ley de reconocimiento de identidades trans, no binarias, de género diverso e intersex.

El mismo, entre otros aspectos, intenta que los niños y jóvenes tengan acceso a bloqueadores hormonales «conforme el principio de autonomía de los menores de edad», según afirman.

Dicen los proponentes que, «este proyecto de ley lo que viene a buscar es el reconocimiento de aquellas poblaciones que han sido invisibilizadas por muchísimos años y con las cuales el Estado tiene una fuerte deuda».

El texto afirma que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) debe garantizar además de medicamentos, las intervenciones médicas de afirmación de identidad y por supuesto los tratamientos de terapia de reemplazo hormonal, donde se cambian los niveles de hormonas para masculinizar o feminizar un cuerpo.

En la actualidad la legislación costarricense solo reconoce los géneros femenino y masculino, aunque después del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), aprobó el derecho de las personas trans a cambiar de nombre de acuerdo a la identidad de género con que se perciben

Orgullosos de ser niños trans, posan para la cámara antes de ir a un baile. (Foto cortesía de Kisha Bari).

La influencia de la comunidad gay en los niños es muy fuerte.

¿Qué son los bloqueadores puberales?

 No son algo nuevo, empezaron a usarse a partir de los años ochenta, después de descubrirse los mecanismos fisiológicos en los que interviene.

Son productos que se obtienen con receta médica, que originalmente se utilizaban para niños con patologías del crecimiento.

De un uso para problemas de Pubertad Precoz Central (PPC), diecisiete años después, en 1998, se comenzaron a aplicar en personas menores trans.

Su compuesto químico impide que ocurra la pubertad, bloqueando las hormonas sexuales como la testosterona y el estrógeno, que son las que generan cambios en el cuerpo de los niños, deteniendo los periodos menstruales, el crecimiento de los senos, el vello facial  y  el engrosamiento de la voz, según sea el caso.

Las drogas que se utilizan como bloqueadores de la pubertad, son similares a la hormona liberadora de gonodotropina (GnRHa).

Estos medicamentos se  recetan en muchos países del mundo, a aquellos que afirman sufrir disforia de género, que es el sentimiento de malestar o angustia que tiene una persona, respecto al género experimentado y el sexo asignado al nacer.

El tratamiento sigue siendo experimental, por lo que muchos psiquiatras sugieren dar tiempo cuando los niños presentan estos comportamientos, porque la disforia de género suele desaparecer después de la adolescencia en la mayoría de los casos y persiste luego de la pubertad solo dentro de un rango del 10 al 30% de los casos.

Desde la óptica de la psicología no existen tratamientos definidos, aunque se sabe que en algunos casos, los comportamientos del niño pueden cambiar como resultado de una psicoterapia.

El lobby gay de todo el  mundo ha manipulado a la sociedad para permitir la infancia trans, sin importarle las consecuencias posteriores.

Los padres apoyan a sus hijos y han logrado cambiar las leyes en muchas naciones.

Efectos secundarios

Uno de los efectos secundarios e irreversibles, es que disminuye la densidad de la masa ósea de los niños e inhiben su crecimiento en altura. Las consecuencias a largo plazo se desconocen, pero si se sabe que alteran el curso del desarrollo cerebral.

Un estudio realizado por el Servicio de Desarrollo de la Identidad de Género (GIDS) de Londres, demostró que algunos de los niños sanos que tomaron bloqueadores puberales, aumentaron sus pensamientos suicidas y de autolesión.

Por otra parte, la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH) -por sus siglas en inglés- recomendó no administrar bloqueadores a niños menores de 12 años, hasta que hubiesen terminado los cambios de su pubertad. Pese a eso, algunas clínicas que han visto el tema como todo un negocio, obviaron estas sugerencias.

Estos medicamentos pueden ser perjudiciales para la salud mental.

Al principio los padres ven la influencia gay como todo un juego de niños.

Interesante estudio

Pero la sorpresa la dio Lesbians United (Lesbianas Unidas) de los Estados Unidos, cuando presentaron un estudio de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, donde llaman la atención a los profesionales médicos (pediatras, psiquiatras, endocrinos, personal de enfermería, etc), a quienes exigieron hacer modificaciones para no exponer a los jóvenes a fármacos perjudiciales.

«Los bloqueadores de la pubertad que se están suministrando a menores con disforia, (real o supuesta), en las unidades de género de los hospitales, no son inocuos y sus graves efectos casi nunca son reversibles», afirma esta organización.

Esta es la principal conclusión del riguroso análisis de 300 estudios científicos sobre los llamados agonistas de la GnRHa, que han incluido muestras clínicas de adultos que tomaron esos medicamentos, que originalmente eran para tratar el cáncer de próstata, la endometriosis y otras afecciones.

La investigación demuestra que los bloqueadores de pubertad, detienen la producción de hormonas sexuales, afectan en forma negativa al esqueleto, al sistema cardiovascular, reproductivo, digestivo e inmunológico, asi como la tiroides, cerebro, genitales, tracto urinario, músculos y ojos, según la “Alianza Contra el Borrado de las Mujeres.

Los agonistas de la GnRH pueden ser perjudiciales para la salud mental y  aumentan el riesgo de suicidio, agrega el estudio.

Hay constancia de que instituciones médicas, farmacéuticas y psicológicas de Estados Unidos, así como de otros países del mundo, están sometiendo activamente a niños y adolescentes a los efectos de estos bloqueadores, ignorando en forma delibera las abrumadoras evidencias contra el uso de estos medicamentos para tratar una condición que no representa una amenaza para la vida.

La Alianza contra el Borrado de las Mujeres tradujo esos datos de Lesbians United.

Lo que ocurre en otros países

Mientras el gobierno español sigue defendiendo a capa y espada su polémica ley trans, los países en los que se inspiró la normativa ideada, ya han comenzado a revertir sus propias leyes, convencidos del gran error que cometieron al aprobarlas sin contar con el aval de los expertos.

El ejemplo más comentado es el de Suecia, que frenó en seco la administración de ciertos fármacos por las devastadoras consecuencias en los pacientes, que incluyen daños cerebrales.

Suiza que se convirtió en el primer país en legislar sobre la determinación de género, actualmente prohíbe los bloqueadores de la pubertad en menores y alerta sobre las terribles consecuencias del tratamiento hormonal.

Con todos estos datos sobre la mesa, en 2021, el Servicio Nacional de Salud de Suecia decidió finalmente prohibir los tratamientos hormonales en menores.

En estos momentos, están permitidos en el marco de ensayos clínicos, siempre y cuando la Autoridad Sueca de Revisión Ética haya dado el visto bueno, tras haber analizado el nivel de madurez del menor y rectifique que el joven entiende todos los riesgos a los que se expone.

En la misma línea se mueve Finlandia, que también cambió sus protocolos, dando prioridad a la terapia psicológica para tratar casos de disforia de género, al considerar que esta, incluso en los casos más extremos, desaparece normalmente durante la pubertad.

De esta forma, no se dan hormonas a un menor hasta que un profesional sanitario constate su madurez emocional.

Por su parte Francia también ha frenado el uso de bloqueadores de la pubertad por consejo de la Academia de Medicina.

En un informe publicado en febrero, llama la atención sobre los graves riesgos para la salud en los niños sometidos a estos tratamientos.

Entre otros, se ha observado que presentan una fragilidad ósea similar a la de una persona de 70 años.

La Academia advertía  que la administración de estos fármacos «debe considerarse cuidadosamente y en el marco de consultas multidisciplinarias».

El estudio Gender dysphoria in childhood, del Centro Médico Universitario de Amsterdam y el Hospital Universitario de Careggi ( Italia), publicado en 2016, ya concluía que en los 10 estudios de seguimiento de los que disponía, cerca del 80% de los niños, luego se retractaban en la adolescencia de su incomodidad con su género.

Holanda también es un país pionero en este asunto. La primera ley Trans es del año 1985.

La experimentación farmacológica de la Clínica de Amsterdam marcó las pautas médicas internacionales. Hace 25 años propusieron los bloqueadores de la pubertad con la administración de la hormona GnRHa a los «transexuales juveniles» porque no tenía efectos secundarios.

A este protocolo se ha sometido a miles de personas de todo el mundo. Algunos niños empezaron los tratamientos a los 8 años. La conclusión actual es la contraria y han tenido que rectificar lo dicho.

En Alemania se va a renovar la ley Trans del año 1980 por la llamada «Ley de Autodeterminación», ahora no se quieren involucrar en las medidas de reasignación de sexo que se seguirán aplicando mediante «la normativa médica», explicó la ministra de Familia.

En este país, la opinión pública y el diario más vendido, Bild, han alertado sobre los peligros de negar el sexo biológico. El debate está abierto.

En el Reino Unido, está  el caso de una joven que ha removido los cimientos de la ley Trans.

Se trata de Keira Bell, una trans arrepentida que logró que la justicia británica condenase al Servicio Nacional de Salud por suministrarle el tratamiento hormonal cuando tenía 16 años, sin hacerle una evaluación psicológica.

A raíz de la sentencia, el Reino Unido optó por prohibir cualquier tipo de tratamiento irreversible en menores.

En algunos países las campañas publicitarias decían que los «niños trans eran niños sexy».

Hubo clínicas como esta, que vieron en el tema un gran negocio. Al final fue cerrada por el Reino Unido.

Una famosa clínica

Además de tomar esta determinación,  el sistema británico de salud pública cerró la Clínica Tavistock, la única con Unidad de Identidad de Género en el país y referencia mundial en el tratamiento de menores.

Posteriormente un aproximado de 1.000 familias, prepararon demandas en conjunto por negligencia médica, al diagnosticar de forma errónea y repentina «como trans», a niños vulnerables, a quienes animaban a tomar los retardadores de la pubertad, con consecuencias irreversibles y dañinas.

Con todos estos antecedentes, ¿todavía el Frente Amplio quiere que los diputados aprueben esta ley para aplicar bloqueadores de pubertad a nuestros niños?

Fuentes: El Debate / Libertad Digital / El Mundo / El Español / Florida Voice / City Journal / The Daily Signal / Bild / Red Hispana / Christian Post / Journal of the American Medical Association / Lesbians United /Jama Pediatrics / 

 

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