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Apología por la burla al “Padre nuestro”

 

Juan Luis Calvo Calderón / para periodicomaranata.com/

Como algunos saben, hace varios años Leonardo Garnier, otrora ministro de Educación y quien recientemente le dio su adhesión al Partido Acción Ciudadana (PAC), hizo una parodia del Padre Nuestro de nuestro Señor Jesucristo, el cual resultó estéril y humanista, a la vez que una verdadera mofa y afrenta al cristianismo.

Por tal motivo traigo el tema a colación, haciendo un análisis minucioso de su contenido. Aclaramos que todo lo que aparece en cursiva y negrita son frases de Garnier.

Padre nuestro que estás en el cielo. ¿Padre? ¿Qué padre? ¿Padre de quién? Porque decir padre de todos, es como decir padre de nadie.

 La pregunta es de sobra importante, y solo el que ha experimentado su paternidad puede a su vez, saber la respuesta, pues ella no depende de academia o  intelecto, lo cual, muchas veces embobece y envanece la mente, cauteriza el corazón y lleva a niveles de altivez y soberbia, propios de aquel “Necio” que la Biblia señala como el que dice “No hay Dios…”  La respuesta satisface el alma, la vida, el corazón, la razón, el cuerpo y el espíritu, porque ha de entenderse espiritualmente:  Padre, de aquellos que le recibieron, de aquellos a los que por esa decisión, les dio la facultad de ser llamado hijos de Dios, y consecuentemente, Padre solo de aquellos que por el Espíritu Santo, han nacido de nuevo.  Para otros esto es locura, e incomprensible, pues se requiere de la humildad de postrarse ante su Majestad y hacer un acto de plena confesión de su Señorío y Divinidad, para lograr tal conocimiento y entendimiento.

 Y por lo que hace al cielo, será el de anoche, cuando llovía a cántaros y sin parar hasta que se inundó la calle de enfrente.

 El cielo habla de su morada, de su perfección, de su amor y del lugar que Él donde esté, convierte en eso, precisamente, en cielo.  Así podría ser su vida, si le abre su corazón a Él.  Y si la calle del frente se inundó no es por culpa de la lluvia con que nos bendice Dios, es por culpa de políticos incapaces, amadores de sí mismos, que ponen su mirada en las riquezas, en el servirse a sí mismos y sacrifican el interés colectivo y la obligación que les impone la función pública, la de gobernar para el bien de la colectividad, y lo hacen a favor de sí mismos y sus amigotes.  Si los “iluminados políticos” bajaran de su Olimpo, nuestras calles serían verdaderas autopistas y las alcantarillas estarían preparadas para soportar el paso de las aguas del presente milenio,  pero  cuando, impulsados por sus personalísimos deseos, se olvidan de Dios y del pueblo, entonces padecemos las carencias de un país subdesarrollado.  Pero para su información, el Dios bueno y justo, hace salir su sol y hace llover sobre justos e injustos, tal es su Misericordia, y producto de ese amor, usted mismo, puede gozar de alimentos cada día en su mesa.

Santificado sea tu nombre. Curiosa ofrenda: santificado sea tu nombre cuando no sabemos siquiera cuál es tu nombre. ¿Guillermo, Jorge… o tal vez Carmen?

 También se requiere revelación para entender y conocer su Nombre, pero sobre todo una alta dosis de humildad.  Él atiende al humilde, más al altivo mira de lejos.  “No sabemos” es una generalidad;  “no se” debió haber escrito usted y pedir, como lo hizo Moisés, el entendimiento para conocer su Nombre.  Es el Eterno, el que Es, el que Era y el que ha de Venir, el Todopoderoso, el Gran Yo Soy, articulación tetragrámica que ni siquiera los hebreos se atrevieron a pronunciar.  Para nosotros Jehová, pero su comprensión es algo profundo para la mente carnal, la que no ha recibido la iluminación de la luz del evangelio, si no que por el contrario permanece cauterizada. A su vez, no se preocupe por ninguna ofrenda, Él no la recibirá de alguien que no sepa reconocerle como Dios, Señor y Salvador, -ejemplo de Caín-, en todo caso, la ofrenda que Él ha perfeccionado emana de la boca de los niños y de los que maman, pero hay algunos que han “crecido tanto”, que jamás podrán darla, pues hay que ser como un niño, para poder heredar la revelación del Reino de los Cielos, como expresó Juan el Bautista, es necesario que yo mengüe, para que Él crezca.

 Porque Dios son todos los dioses; Yahvé, es sólo el dios de los judíos y Jesús, es tu hijo (buen padre serás, que en vez de un par de nalgadas lo clavaste en esos palos a pagar pecados ajenos ¡qué bruto!).

 ¡Que bruto el que escribe así!  Qué bruto el que se atreve a ofender a Dios de tal manera. Acaso podrá decir la vasija de barro al alfarero: por qué me has hecho así, podrá altercar el ser humano con su Creador?  Es lo típico de la persona sin conocimiento:  Dios solo UNO, por que hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo!  Los demás son creaciones de mentes humanas, envanecidas y “enyoyadas”, asiduos de las cámaras y micrófonos, de los aplausos y reconocimientos humanos, pero desconocidos por el cielo.  Nunca os conocí, sentenció el Señor Jesús!  Y por cierto Dios no lo clavó, Jesús puso su vida por sí mismo, voluntariamente, nadie lo obligó, y con su acto de obediencia, Dios cargó en Jesús en aquel madero, las enfermedades y los pecados de todos, incluyendo los suyos.  Fue un sacrificio sustitutivo, fue su plan perfecto, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.  Pero al tercer día, Él mismo derrotó a la muerte y resucitó para dar vida abundante a todo aquel que así lo quiera.

 Venga a nosotros tu Reino. Será solo así que lo veamos, porque ir nosotros a él está difícil… si no sabemos ni dónde queda, ni si valdrá la pena.

 Pregúntele a todos cuántos lo hemos experimentado, lo hemos vivido.  Vale totalmente, no la pena, vale totalmente la vida.  En algo si está cierto, en que por sus méritos jamás podrá llegar al Reino de Dios, pero si con humildad lo acepta como su Salvador y Señor, ipso facto, ahí mismo entrará en su Reino, el de Dios, y cuánto daría por que le conociera, para que así aprendiera el arte de gobernar en temor de Dios, en justicia y en rectitud. También, cuando nazca de nuevo, sabrá, conocerá, y entenderá cabalmente, dónde queda; antes imposible, ya que su Reino, no es para mentes de este siglo.

 Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo. Pues por eso digo lo del cielo, porque si juzgamos por los últimos dos o tres tristes milenios, lo que es la tierra ha sido un desastre tras otro; así que si por la víspera se saca el día, ni me imagino el despelote celestial que nos espera.

  El  hombre natural no comprende las cosas que son del Espíritu, pues para Él son locura, y no las entiende, por que se han de discernir espiritualmente.  Solo por la operación del Espíritu Santo podrá asimilarlo, ninguno de sus grados académicos, ni sus amigos de alta alcurnia, podrán darle ese conocimiento, solo como dije, el Espíritu Santo, pero para ello, todavía parece muy lejos, aunque los brazos de Jesús siguen extendidos para usted, se lo aseguro, si a tiempo, se vuelve a Él; y le sugiero, con todo respeto, corra a Dios antes que sea demasiado tarde.  Lo que sucede en la tierra en los últimos dos milenios y fracción, para su información, no es provocado por Dios, es provocado por nuestra propia envidia, por nuestra propia codicia, por nuestros propios celos y por la fatídica decisión de sacar a Dios de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestras Escuelas y Colegios y de nuestros gobiernos.  Las guerras y los pleitos vienen de las bajas pasiones de las mentes alejadas de Dios; las codicias, las muertes, las envidias también.  Pero le aseguro que en el cielo no hay política, y por ello no existe el despelote que usted imagina.  En el cielo gobierna Dios, orden, principio y fin de todas las cosas.  Por eso, su Hijo Jesús, que bien lo conocía, le rogó a su Padre, que esta tierra tuviera esa dicha de su gobierno y no el del hombre, para que todo caminara bien.

 Danos hoy nuestro pan de cada día. Bonita cosa: ¡pan! A estas alturas del siglo veinte ¿veintiuno? sí, pero la fuerza de la costumbre es fuerte, aunque ya sólo el mal recuerdo nos queda del finado siglo veinte, a estas alturas y nos venís con ‘pan’… ni siquiera pan con mantequilla, o un poco de queso tierno… y lo peor es que ni el pan ha alcanzado nunca para todos… si para tacaños no hacía falta ir tan largo.

 Una pizca de Espíritu Santo le hubiera abierto su mente para entender:  El pan hace aquí de figura o símbolo de todo tipo de alimento, el que usted  imagine y el que sea necesario para el sustento del ser humano y aun de las bestias del campo, de las aves de los cielos, de los peces en el mar y todas las criaturas marinas, aun para toda planta del campo, pues, por si no lo sabe, Dios le provee a todos ellos su vestido y sustento y por supuesto lo hará para todos sus hijos, es su promesa y si Él lo prometió, tenga por seguro que Él lo cumple, ya que nuestro Dios no sufre de la amnesia post electoral que padecen los políticos.  Más respeto, más educación,  no se burle de lo sagrado, no se haga el gracioso con cosas que parece no entender en toda su expresión.  

 No nos dejes caer en la tentación. ¿Y entonces? ¿Para qué las tentaciones? ¿Para hacernos sufrir de la cólera? ¿Para que los que caen en ellas se sientan mal por su falta de voluntad, por su debilidad frente a los buenos, por el miedo de la condenación eterna? ¿O más bien para que los buenos se sientan mal al resistir tus tentaciones, podridos de envidia frente al goce de los malos, temiendo ser víctimas de una de tus malas pasadas cada vez que recuerdan aquel viejo chiste, el de ‘no era pecado’?

 Es exagerado su desconocimiento de la persona de Dios. Dios no puede ser tentado por el mal, ni el tienda a nadie, es un principio bíblico de perogrullo. La tentación la provoca el enemigo común de nuestras almas, y en este caso, dicho sea de paso, no son los políticos, es Satanás, y tienta, para sacar lo peor del ser humano.  Pero Dios prometió para el que ora y ayuna y busca de Él en su presencia, que saldrá victorioso de todo tipo de ataque de ese enemigo.  Por eso Jesús, reconociendo el poder de la oración, le recomienda, en esta  oración modelo, a sus discípulos, que han de pedir a Dios fortaleza, para no caer en la tentación.  El que piensa estar firme, debe asegurarse de no caer.

 Y líbranos del mal. ¿Líbranos del mal? Pero es que si algo nunca hiciste fue eso, librarnos del mal. ¿Y… si antes sólo era la nada… quién creó el mal? ¿No? Y amén.

 Resulta que a todos la vida nos juega bromas y a veces nos hace muecas de muy mal gusto.  Cuando esto le suceda, le recomiendo, recuerde esta frase del Padre nuestro, “líbranos del mal”.  Él tiene el poder para hacerlo, NO lo dudo, lo he experimentado, por más de tres décadas y media.  Aunque afligido yo y menesteroso, Dios pensará en mí.  Los pensamientos que Dios tiene para nosotros son de paz y no de mal.  El que habita al abrigo del Altísimo Dios, morará baja su sombra, por que Él es omnipotente.  Permita que Él le libre de todo mal que le rodea.  Y aquí digo Amén con conocimiento, que significa “Así sea” y le hago conocer que no es el punto, para terminar una oración gramatical.

 Por honor propio, por respeto a Dios, a la patria, a sus conciudadanos y compatriotas, le sugiero respetuosamente:  Salga de la función pública, con estas manifestaciones retrató su ya conocido ateísmo, y eso no lo aceptamos el noventa y tres por ciento de los costarricenses que somos creyentes en Dios.  Esta camisa, caballero, le quedó muy grande.

 Un perro defiende a su amo, cuando este es atacado, Yo sería un cobarde, si es atacada la verdad de la Palabra de Dios y me quedo callado.

 

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