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Nacida por gestación subrogada, lucha contra su legalización

Christian Network Europe por Lennart Nijenhuis, CNE.news / Religión en Libertad /

Olivia Maurel, de 31 años y madre de tres hijos, descubrió bastante tarde que había nacido mediante gestación subrogada. (Vientre de alquiler)

Una práctica que denuncia en particular a través de su cuenta de TikTok, en la que comparte con sus más de 30.000 seguidores su búsqueda de identidad, las consecuencias cotidianas de la maternidad subrogada y su lucha contra su legalización.

El «sentimiento desagradable» de un pasado desconocido

Fue el comportamiento reservado de su madre lo que la alertó. «No había fotos de mi madre embarazada y las primeras fotos mías muestran que tengo cinco días», afirma. 

También hubo diferencias físicas notables ya que su madre es baja, de cabello oscuro y ella es alta y rubia.

Desde muy joven, Olivia Maurel supo que algo era diferente en su familia.

«Es una sensación un poco desagradable que sientes dentro de ti. No sabemos dónde buscar, pero sabemos que está ahí», explica.

Había notado que su madre ocultaba su edad. Fue al mirar su cédula de identidad que descubrió que tenía 50 años en el momento de su nacimiento. Una edad muy alta para concebir un hijo.

Una prueba de ADN para descubrir sus orígenes

El año pasado, Olivia Maurel se hizo una prueba de ADN utilizando MyHeritage, que confirmó sus hipótesis. No tenía ascendencia francesa, aunque su madre sí, pero era 33% lituana y 33% noruega. 

También descubrió que tenía familia en Estados Unidos. De hecho, su madre biológica, con quien pudo entrar en contacto, es originaria de Kentucky.

«Ella estaba feliz de hablar conmigo y muy sorprendida. No pensó que algún día me conocería», dice.

Durante estas conversaciones, Olivia Maurel pudo plantear las preguntas que siempre se había hecho sobre su nacimiento o los motivos de su abandono. 

También la interrogó sobre otras cuestiones. Ahora sabe que su color favorito es también el de su madre biológica, el morado.

Varias razones podrían haber motivado a esta última a ser madre sustituta, en particular la necesidad de dinero para criar a sus cuatro hijos, pero también el deseo de «devolver la vida» después de haber perdido un hijo en un accidente.

A pesar de la prueba de ADN y el reconocimiento de su madre biológica, Maurel es oficialmente hija de los padres con los que creció

Inmediatamente después de su nacimiento, se selló su certificado de nacimiento y se le entregó uno nuevo. Allí, sus futuros padres figuran como padres biológicos, lo que les permite llevarse a la pequeña Olivia a Francia.

«Si lo piensas bien, el intercambio de certificados de nacimiento debería ser completamente ilegal», dice ella.

Actas de nacimiento selladas

Los certificados de nacimiento sellados surgieron a mediados del siglo XX , para proteger a los niños adoptados de la vergüenza de la ilegitimidad.

Aunque las leyes sobre la gestación subrogada en los EE. UU. varían de un Estado a otro, se puede volver a emitir un certificado de nacimiento con los nombres de los futuros padres.

El certificado de nacimiento original que contiene a la madre biológica, queda entonces sellado y el niño no puede acceder a él. 

En Kentucky por ejemplo, se requiere una orden judicial. Después de una solicitud de inspección, el Tribunal Primero deberá pedir el permiso de los padres biológicos. Si estos han fallecido, un juez resolverá. Además, una lectura del documento implica costos de hasta $250.

«Descuidamos los efectos de la gestación subrogada en los niños. Estamos ignorando las consecuencias de la maternidad subrogada en ellos», protesta Olivia Maurel. Hija única, que creció en una familia adinerada con una buena educación. 

Pero «me costó mucho crecer en una familia donde hablábamos poco sobre emociones y sentimientos», explica.

Todas sus preguntas sobre su historia también le provocaron problemas psicológicos, incluido el miedo al rechazo y dificultades en las relaciones con mujeres mayores, dice.

También sufre un trastorno bipolar relacionado con la enfermedad que padece su madre biológica. «La agencia de gestación subrogada debería haberla rechazado por este motivo, pero no lo hicieron», lamenta.

«Tener hijos no es un derecho»

Olivia Maurel lucha en Francia firmemente contra la maternidad subrogada. A pesar de que Emmanuel Macron ha calificado esta práctica como «una línea roja» que no debe cruzarse, teme las elecciones de 2027 teniendo en cuenta la posición del ministro de Transportes, Clément Beaune, que está a favor de su legalización.

Esta cuestión concierne a otras naciones como Bélgica y los Países Bajos que avanzan hacia una supervisión de la práctica, mientras que Rusia e Italia y aun el estado de Georgia, están tomando una dirección opuesta.

La ciencia dividida sobre los efectos psicológicos

¿Hay consecuencias psicológicas para un niño a través de la gestación subrogada? Un estudio reciente sugiere que no es así. Pero los críticos no están demasiado seguros.

«Los niños de reproducción asistida crecen bien», afirma un titular en el sitio web de la Universidad de Cambridge. 

Una investigación a largo plazo dirigida por la Prof. Susan Golombok siguió a 65 familias del Reino Unido durante veinte años, para ver cómo se desarrollaban psicológicamente los niños nacidos de diversas formas. 

Concluyen que no hay diferencia entre un niño nacido mediante gestación subrogada, por ejemplo y uno de forma tradicional.

Sin embargo, los investigadores encontraron que las madres que comenzaron a contarles a sus hijos sobre sus orígenes biológicos en sus años preescolares, tenían relaciones más positivas con ellos. 

«Esta investigación significa que tener hijos de maneras diferentes o nuevas en realidad no interfiere con el funcionamiento de las familias. Realmente querer tener hijos parece estar por encima de todo: eso es lo que realmente importa», dice Golombok.

Según la psicoterapeuta belga Anne Schaub, esta investigación no excluye consecuencias psicológicas para el niño. 

Schaub escribió un libro sobre el vínculo entre el niño y su madre durante el embarazo y poco después.

«Durante los nueve meses de vida prenatal, el niño desarrolla un fuerte apego con su madre que lo carga, refiriéndose a estudios de expertos en la materia como Winnicott Bowlby

Allí está la base de su identidad

Después de 25 años de observar el sufrimiento de los niños, el psicólogo es categórico: «Ningún niño permanece indiferente ante una ruptura definitiva con la madre que lo vio nacer y ante la privación de su linaje biológico. La ansiedad por abandono es una consecuencia muy común. La búsqueda de identidad es la segunda cuestión frecuente. Los efectos psicológicos de tal separación después del nacimiento necesitan un análisis más profundo».

Detengamos la subrogación

En una nota publicadam por Religión en Libertad, expertos como Jennifer Lahl, enfermera pediátrica y presidenta de la asociación internacional Stop Surrogacy Now, (Detengamos la subrogación ahora), contempla la ruptura del vínculo maternofilial como uno de los principales daños para los hijos nacidos por vientres de alquiler.

Entre otros aspectos, Lahl también observa que la primera foto de los niños «es de cuando su madre de alquiler la entrega a los padres en la oficina de un abogado donde se finaliza el contrato y se le entregan 10.000 dólares».

Al ver la foto, esta persona se considera un producto por encargo. Además, agrega Lahl, el niño al crecer se preguntará: ¿Quién fue la mujer que me entregó? ¿Cuántos niños más como yo gestó? ¿Quizá murió en un encargo posterior? ¿Tal vez es muy pobre y vive en  país muy difícil?». Etc.

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