Trabajo en equipo : Los consejos sabios de Jetro
Por Mario Aguilar / Periodista
Las relaciones humanas, desde el punto de vista organizacional, deberán facilitar a otros miembros del equipo en la iglesia u organización, comodidad y seguridad. Los pastores y líderes se ven expuestos constantemente a la comunicación con servidores de diversos equipos ministeriales.
En Éxodo 18 se relata cómo Moisés recibe consejo de su suegro, Jetro, y las recomendaciones se tornan muy actuales para nuestras organizaciones. A partir de este pasaje bíblico desprendemos algunas lecciones para el trabajo con nuestros equipos.
Cuatro características de un líder sabio
Un primer elemento lo encontramos en el versículo 7, allí se detalla la profunda admiración y respeto que generaba Jetro. Ciertamente en el saludo de inclinarse y besar la mano incidían aspectos culturales, pero la Biblia deja evidencia de que Moisés estaba saludando a alguien muy especial para él.
En segundo término, los líderes exitosos generan una profunda confianza. El versículo 8 refiere que Moisés le contó a su suegro profundos detalles de su lucha en Egipto y las dificultades encontradas en el camino. Era algo así como un hombre deseoso de narrarle a un mentor todo lo que habían logrado con la ayuda de Dios.
En el verso 9 encontramos a un líder, Jetro, que se alegra cuando a los demás les va bien. Yo debo estar dispuesto a celebrar cada vez que alguien crece, se capacita, avanza. Es una disposición que nace de un corazón sin envidias y de una mente abierta a producir cambios en los demás.
Del verso 9 al 12 encontramos a un líder que reconoce que todo, absolutamente todo proviene de Dios, una persona dispuesta a alabar al Señor, que destaca su grandeza y saca tiempo para adorarle.
La estrategia de Jetro
Un primer elemento en cuanto a la estrategia la encontramos en el verso 14: detectar las debilidades en el trabajo en equipo. Jetro observó lo que estaba haciendo Moisés y descubrió debilidades en el trabajo de aquel gran hombre de Dios. “¡Qué es lo que haces con esta gente!” Cuando alguien con la sabiduría de Jetro nos llame la atención, debemos escuchar, porque lo que se viene son preguntas interesantes que debemos formularnos. Seguramente nos habremos hecho interrogantes como: “¿qué me está pasando con el equipo?”, “¿por qué no estamos teniendo resultados?”, “¿por qué nos cansamos tanto?”.
Veamos el detalle: el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la noche y durante todas esas horas el líder estuvo sentado. Por eso es que en el versículo 18 le da el diagnóstico: “no está bien, te cansas tú y cansas a la gente que te acompaña” Era obvio, todos los días, la misma rutina, no solo se agotaba él sino al equipo porque la tarea era demasiado difícil para asumirla solo y, entonces, se debía delegar.
El suegro ordena, el yerno, con todo y ser el gran líder, obedece. Jetro le dictó pautas de organización y distribución de funciones. Moisés debía saber escoger y ese es un primer elemento que debes considerar: si no hay resultados adecuados, si todo el tiempo hay problemas, si te desgastas en chismes y en pleitos, tienes que someter a revisión al equipo, esperemos que la falla no seamos nosotros pero y si así ocurriera, valdría la pena rectificar. Tu equipo debe tener estas cualidades: ser capaces, temerosos de Dios, honestos e íntegros. Si no hay conexión con el equipo es porque algo de esto puede estar fallando y, entonces, puedo brindarle las “500 reglas para ser un líder exitoso”, que ni la primera va a funcionar.
Recuerda que estamos hablando de trabajo en equipo y una vez que tienes a la gente, bueno ese era el consejo atinado de Jetro, les asignas funciones sin perder la responsabilidad de liderar. A Moisés le corresponderían los casos más difíciles, pero otros le limpiaban la agenda.
Moisés estuvo dispuesto a escuchar, realizó los ajustes en el equipo, y eso generó ganancias que se extienden hasta nuestros días: se aligera la carga del líder porque otros le ayudan a llevarla, se puede soportar más fácilmente la carga de trabajo y generamos mayor satisfacción en el equipo y en nuestra iglesia.