OPINIÓN

Que cada palo aguante su vela

Nidia Céspedes Cisneros /Diputada/

Ejerciendo mi derecho de respuesta como ciudadana y como diputada de la República, al vídeo que difundió en redes sociales el señor Rigoberto Vega Alvarado, presidente de la Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC), con referencia a la entrada en vigencia del matrimonio igualitario, me permito aclarar:

El señor Vega intenta responsabilizar a los diputados cristianos de esta legislatura, y de toda la historia de este país, de las batallas perdidas por la Iglesia Cristiana Evangélica Costarricense.

“No hemos logrado una sola ley que defienda y proteja los derechos de la Iglesia Evangélica Cristiana”, afirma con imágenes del grupo de 14 diputados que llegaron a la Asamblea Legislativa.

La última derrota, según él, la entrada en vigencia del matrimonio igualitario, sin embargo, no asume responsabilidad sino que reparte culpas.

Afirma que la Alianza se ha opuesto a los temas que van en contra de los principios y valores establecidos por Dios en las Sagradas Escrituras, pero no dice cómo o qué acciones ha llevado a cabo, y lo más contradictorio, como lo cito más adelante, es el “acercamiento” con el gobierno más contrario a esos principios y valores, en toda la historia de Costa Rica.

Se trata de aseveraciones temerarias e irresponsables. ¿Cuáles derechos que requieren ley, o más específico de qué expedientes habla e impulsados por cuáles diputados a lo largo de la historia?

Sin entrar en un razonamiento claro, tampoco el representante de la Alianza, señala qué tiene que ver la salida de 7 diputados del partido representante del sector cristiano evangélico que obtuvo 14 curules en las pasadas elecciones. 

Lo más curioso es que justifica con ese hecho, que la Alianza ha tenido que asumir un papel protagónico de acercamiento con el gobierno para seguir teniendo una relación de comunicación con las entidades para el buen funcionamiento de la Iglesia en Costa Rica.

¿Depende la Iglesia Cristiana Evangélica del gobierno para su buen funcionamiento? Y quizás lo más preocupante es: ¿Qué negociaciones ha llevado adelante la Alianza Evangélica Costarricense con el gobierno PAC, el mismo que puso a toda su maquinaria para la aprobación de la Norma Técnica del Aborto, la entrada en vigencia del matrimonio igualitario y tiene una serie de acciones para seguir introduciendo la ideología de género en nuestras escuelas y colegios?

Tan temerario e irresponsable es generalizar, así como atribuirse acciones sin precisar cuáles han sido sus resultados, en pro de los intereses de la Iglesia. Es importante tener en cuenta que la Alianza Evangélica Costarricense no representa a la mayoría del sector cristiano.

Como lo hago recurrentemente en el plenario legislativo, tampoco en este caso me puedo quedar callada.

Seguiré en esta Asamblea Legislativa oponiéndome a todos aquellos temas que van en contra de los principios y los valores establecidos por Dios en las Sagradas Escrituras. Es una tarea encomendada por Dios y los miles de costarricenses que represento.

Fue así en mi lucha contra la firma de la Norma Técnica del Aborto Terapéutico, en la que durante 63 días ininterrumpidos permanecí en protesta de pie en las sesiones del plenario, contabilizando más de 91 horas.

También levanté la voz contra el proyecto que eliminó causa justa para divorciarse, así como contra el expediente para erradicar la violencia obstétrica en centros médicos, un portillo complementario para las prácticas permisivas de aborto en nuestro país, priorizando únicamente los intereses de la madre en detrimento del no nacido.

He liderado y continuaré luchando con todos los grupos representativos de la sociedad civil que de verdad intentan hacer algo visible y real contra la entrada en vigencia de la resolución de la Sala Constitucional que convalidó, a medias, el matrimonio igualitario.

Como diputada he ejercido una oposición más que responsable, sin distingos de credo o color político, sin embargo, no ha sido suficiente. Endureceré mi oposición y utilizaré todas las herramientas que pone a disposición el Reglamento Legislativo. Cuando termine mi gestión, deberé dar cuentas, a los ciudadanos que he venido a representar, a mí misma y sobre todo, a Dios.

Que cada palo aguante su vela. El resultado de esta etapa del matrimonio igualitario ya lo conocemos y también a los que luchamos y los que no lo hicieron. Este tema está lejos de haber quedado resuelto.

Seguiré trabajando en la extensión del Reino y en esa línea reitero: no negocio ni negociaré mis valores y principios cristianos, menos con un gobierno que se ha permitido mancillar la idiosincrasia, que con tanto esfuerzo construyeron nuestros abuelos y que han sido la base sólida de nuestro Estado Social de Derecho.

(Los comentarios y artículos de opinión, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

 

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