Proponen que la Inteligencia Artificial escriba una nueva Biblia

Róger Murillo-periodicomaranata.com / Fuentes: The Western Journal / Slay News / Charisma News / Times of Israel / Foto: Entrevista en vivo /

 El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), se ha enfrentado una vez más a la reacción violenta de los conservadores y cristianos, por cuanto Yuval Noah Harari, su asesor principal ha pedido que las Escrituras religiosas sean «reescritas» por la Inteligencia Artificial (IA), para crear una «nueva Biblia» globalizada, afirmando que la AI es «la primera tecnología que puede crear nuevas ideas».

Esta propuesta es respaldada por Klaus Schwab, presidente de la organización, quien argumentó por aparte, que el uso de IA para reemplazar las Escrituras, creará «religiones unificadas que en realidad son correctas».

Las afirmaciones de Harari las hizo mientras impartía en Portugal, una charla sobre el “Futuro de la humanidad”.

Se aprovechó su presencia en este país en el mes de mayo, para ser entrevistado por el reconocido periodista Pedro Pinto, en Lisboa, en un programa con presencia de público de élite, producido por la Fundação Francisco Manuel Dos Santos (FFMS), en lo que marca la primera grabación en vivo del espectáculo: «No es tan simple».

Respecto a lo que expresó este profesor israelí del Foro Económico Mundial considerado por miles de personas como uno de los intelectuales más influyentes en el mundo, se sabe que sus declaraciones de «corregir» la Biblia, serán tomadas muy en serio por millones de personas.

Este escritor lleva ya más de 45 millones de copias de la venta de sus libros y sus títulos han sido recomendados por líderes como Barack Obama y Bill Gates, entre otros. 

«Sabes, [Johannes] Gutenberg imprimió la Biblia a mediados del siglo XV, la imprenta imprimió tantas copias de la Biblia como le indicó Gutenberg, pero no creó una sola página nueva», continuó Harari.

Y dice: «No tenía ideas propias sobre la Biblia: ¿Es buena? ¿Es mala? ¿Cómo interpretar esto?  La IA puede crear nuevas ideas; [puede] incluso escribir una nueva Biblia», declaró Harari.

E insiste que  «a lo largo de la historia, las religiones soñaron con tener un libro escrito por una inteligencia sobrehumana, por una entidad no humana», afirmó.

Y agrega que el poder de la IA se puede aprovechar  para cambiar la espiritualidad en la visión globalista de «equidad» e inclusión del WEF.

«En poco tiempo, puede haber religiones que sean realmente correctas… solo piense en una religión cuyo libro sagrado esté escrito por una IA. Eso podría ser una realidad en unos años», comentó.

Yuval Noah Harari, durante la entrevista.

Harari señaló en otra reunión reciente que el software como ChatGPT ha dominado los lenguajes humanos y puede aprovechar esa función para influir en la cultura, según dijo al Times of Israel.

«Durante miles de años, los profetas,  poetas y  políticos han utilizado el lenguaje y la narración de historias para manipular y controlar a las personas y remodelar la sociedad», comentó a este periódico.

Muchos cristianos le han argumentado que ya poseen un libro escrito por una entidad no humana con inteligencia superior. El autor declarado de la Biblia es el Creador del Universo, por lo tanto, no necesitan ningún otro.

Estos críticos cristianos,  enfatizan en la autoría divina de la Biblia y la conexión personal entre los individuos y su fe, argumentando que la Biblia ha resistido la prueba del tiempo y contiene siglos de sabiduría acumulada y solidez espiritual.

Los cristianos advierten contra la reducción de las enseñanzas religiosas a mera información que puede ser manipulada por IA, creyendo firmemente que la Biblia está inspirada por el Creador del Universo y no puede ser reescrita por nadie, ni replicada por ninguna Inteligencia Artificial.

A medida que el mundo se enfrenta al rápido avance de la tecnología, los creyentes instan a la cautela y al discernimiento a la hora de integrar la IA en asuntos de fe, abogando por preservar la integridad de los textos y tradiciones religiosas.

Simultáneamente, los globalistas en el WEF, representados por figuras como Harari, supuestamente de orientación homosexual, buscan desmantelar lo que perciben como tradiciones anticuadas a favor de ideas más progresistas e inclusivas.