Leña para el fuego (Entrega 35)
Apóstol : Rony Chaves /
Sí, aún hay reyes que apoyan la obra de Dios
Texto bíblico en estudio: Nehemías 1:1-11
Oración de Nehemías sobre Jerusalén
» Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.
Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa.
Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey «.
I- Motivación
Cuán motivante es descubrir en las páginas de la Biblia, que sí hubo gobernantes en el pasado que apoyaron a los » hombres de Dios » y su trabajo en favor de la obra del Eterno.
Esto nos anima a pensar que sí lo hubo ayer, los hay también hoy y los habrá mañana.
¡ Amén !
II – Dios responde nuestra oración por la restauración de nuestras ciudades
-Nehemías oyó estando en el cautiverio, que su nación y especialmente la ciudad santa de Jerusalén, estaba arruinada y en gran afrenta. Esto lo conmovió hasta sus entrañas y lo movió a interceder por la restauración de su pueblo y de su capital.
» Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos «. (Versículos 3-4)
-Nehemías derramó su corazón de intercesor delante de Jehová, pidiendo su intervención y su misericordia a favor de su pueblo y de su ciudad amada.
» Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.
Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?
Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo.
Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí «. Nehemías 2: 1- 8
III – Siempre habrán opositores contra los trabajan para la obra de Dios, más el Eterno hará prosperar nuestro camino y lo que hacemos para Él
-El diablo es un adversario de Dios y de su pueblo.
Siempre que decidamos trabajar para cumplir los propósitos de Dios en la tierra, él levantará a los suyos para estorbar el camino de los siervos de Dios.
-Muchas veces Satanás usará gobernantes perversos para atacar la obra de Dios y a quienes laboran para la edificación de los proyectos del reino del Eterno, mas el final de ellos nunca fue bueno, según nos enseña la Biblia.
» Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.
Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita,les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel “ (Versículos 9-10).
-Dios siempre prosperará a los suyos, Él es nuestro refugio y nuestro ayudador
» Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.
Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.
Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?
Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén. (Versículos 17-20 ).
IV – Con el apoyo de buenos gobernantes, cumpliremos mejor nuestro llamado
-El llamado del Altísimo es muchas veces difícil y con mucha oposición, más cuando hay gobernantes sensibles al buen testimonio de los hijos de Dios, ellos ayudarán a que la tarea nos sea más fácil.
-En el caso de la restauración de Jerusalén, de la Casa de Dios y el culto a Jehová, el profeta tuvo el respaldo maravilloso del rey Artajerjes, lo cual nos indica que en todo tiempo y lugar, Dios tendrá preparados a aquellos gobernantes, hombres y mujeres, ya sea estos presidentes, gobernadores, jueces o senadores, que son sensibles al mover del Espíritu y que estarán siempre dispuestos a honrar a Dios y a apoyar a quienes trabajan edificando la Casa del Señor y su poderoso Reino.
» Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.
Y fueron reunidos los hijos de los cantores, así de la región alrededor de Jerusalén como de las aldeas de los netofatitas;
y de la casa de Gilgal, y de los campos de Geba y de Azmavet; porque los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén.
Y se purificaron los sacerdotes y los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro «. (Versículos 27-30).
-La tarea fue terminada con éxito y la fiesta de celebración a Jehová fue grande
» Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos «. (Versículo 43 )
V – Moraleja para todos
En su debido tiempo y lugar, Dios siempre tendrá buenos gobernantes, con mucha sensibilidad para apoyar a los servidores de Jehová con lo que sea necesario para que puedan cumplir cabalmente las encomiendas que les sea ordenadas por el Altísimo y Eterno Dios.