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Las consecuencias irreversibles de la “Ley Trans” en los niños y adolescentes de Uruguay

ACI Prensa /

Consecuencias irreversibles y una infancia problematizada serían los efectos de la “Ley Integral para Personas Trans”, advirtió una experta sobre la legislación aprobada el 19 de octubre en Uruguay y que, entre otras cosas, establece que menores de edad puedan cambiar su nombre y sexo registral y recibir tratamiento hormonal.

La llamada “Ley Trans”, presentada en junio de 2017 por el Frente Amplio, establece como un derecho, entre otras medidas, las intervenciones quirúrgicas para personas transexuales y les permite cambiarse de nombre y sexo en el registro civil con la sola voluntad individual. Al binomio masculino/femenino de los formularios públicos se agregarán a las categorías “mujer o varón trans”.

Además, el Estado deberá dar el 1% de las vacantes en la administración pública a esta población, mientras que las entidades privadas que les den empleo recibirán beneficios fiscales.

Asimismo, el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional tendrá que entregar un cupo no inferior al 1% de sus programas de capacitación a las personas trans.

En cuanto a intervenciones quirúrgicas, los prestadores de salud públicos y privados no harán cambios estéticos, pero controlarán el tratamiento hormonal y practicarán cirugías a las personas trans. Los menores de edad no podrán acceder a la operación de cambio de sexo, pero sí a tratamientos hormonales bajo la autorización de los padres. De no tener permiso, el centro de salud podría solicitar el inicio del proceso en la justicia.

Frente a esto, la doctora Patricia Bozzo, endocrinóloga y docente de la Universidad Católica del Uruguay, advirtió que “condicionar a un niño, a un adolescente, a creer que es normal y saludable sustituirse químicamente con hormonas del sexo opuesto por el resto de la vida, es abusar de su inmadurez”.

En entrevista a ACI Prensa, la médico y madre de siete hijos explicó que la “Ley Trans” abusa del niño y de “su incapacidad de proyectarse 30-40 años para adelante; exigiéndole que tome una decisión que no tiene marcha atrás y con consecuencias irreversibles”.

Explicó que “científicamente está comprobado que la identidad sexual de un persona se determina genéticamente en el momento de la concepción: varón o mujer. Y a partir de allí se define del punto de vista gonadal, hormonal, anatómico, fisiológico, psicológico, social y espiritual”.

En ese sentido, la endocrinóloga advirtió que “la ideología de género ignora la naturaleza biológica del ser humano y sostiene que la identidad sexual es una mera construcción cultural, social”.

Por lo tanto, “un menor, justamente por ser menor, está en etapa de crecimiento y cambios permanentes del punto de vista físico y psicológico. Y no está en las mejores condiciones para tomar una decisión que le cambiará la vida para siempre”.

Añadió que hay estudios científicos que avalan que estos niños, “una vez pasada la pubertad, vuelven a identificarse de acuerdo a su sexo biológico”.

Además, advirtió que “si a un niño/niña desde los 3, 4 , 5 años se le comienza a cuestionar su identidad sexual diciéndole que si bien tiene nombre de varón y lo tratan como varón puede ser niña si quiere y viceversa, lo que se está logrando es problematizar la infancia de esos niños, provocando planteos y cuestionamientos donde muy posiblemente en forma natural no se hubieran planteado”.

Bozzo indicó que en países europeos donde la ideología de género está más avanzada, “se ha comprobado un aumento exponencial de niños/niñas que se autoperciben del sexo opuesto al que son. Fruto de esta educación desde el preescolar y la influencia de redes sociales”.

Para esta médico, la “Ley Trans” permite ver las presiones internacionales de ONGs y organizaciones privadas, además de la ONU, que van “canjeando grandes beneficios económicos a cambio de imponer ‘la agenda de género’ en la educación inicial y primaria de los niños, en la salud y en las distintas políticas públicas del país”.

“Hay que tener mucho cuidado y ser prudentes porque se está trabajando con niños. No se puede manipular la vida humana e ir contra lo científico, al desconocer e ignorar la naturaleza biológica femenina o masculina. ¡Y menos con menores!”, expresó la docente.

En lugar de una ley como esta, Bozzo propuso que “la mejor manera de combatir la discriminación de toda persona es enfatizando la educación, la formación en valores y virtudes humanas desde la más tierna infancia”.

“Sólo la educación integral puede garantizar el respeto a la dignidad del otro y a su libertad”, concluyó.

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