Lanzan encuesta para conocer el impacto de la pornografía en las iglesias
Protestante Digital /
Liures de debò y la Alianza Evangélica Española colaboran para diseñar recursos de apoyo a las iglesias adaptados a las necesidades que se detecten.
Un estudio publicado en septiembre de 2020 de la Universitat de Illes Baleares concluyó que al menos uno de cada cuatro varones se inició en el consumo de pornografía antes de los trece años.
Aunque se han realizado pocos estudios a nivel general, el impacto que la pornografía tiene en las relaciones personales es uno de los asuntos que preocupa de forma creciente en las familias.
David Pérez Aragó es el coordinador de la plataforma ‘Lliures de debò’ (Libres de verdad), que desde hace cinco años trabaja para “liberar a cautivos a los dos lados de la pantalla”. Ahora, junto a la Alianza Evangélica Española, han lanzado una iniciativa para estudiar la situación del consumo de pornografía en las iglesias, y para ello han elaborado una encuesta anónima para recabar información.
“La encuesta -expone David P. Aragó- nos va a ayudar a obtener un panorama del uso de pornografía dentro de la Iglesia en España y a elaborar y diseñar recursos de apoyo adaptados a las necesidades que se presenten”.
Asunto pendiente
Explica el impulsor de esta iniciativa que en España no hay todavía muchos estudios sobre cómo la pornografía afecta a las relaciones personales aunque “lo que se viene observando es que la pornografía aisla a las personas, aumenta la violencia y las prácticas sexuales de riesgo en los más jóvenes, causa disfunciones sexuales, provoca divorcios, reduce la natalidad, aumenta las probabilidades de infidelidad en el caso de una relación estable, cosifica e hipersexualiza los seres humanos… No hay indicios de que produzca nada bueno en las relaciones interpersonales”, expone Aragó a preguntas de Protestante Digital.
“El porno lleva al extremo el hedonismo y la experiencia sexual egoísta, y eso no puede ser positivo para las parejas o familias”, explica.
Falta de recursos
En el ámbito evangélico no son demasiadas las ocasiones en las que se aborda el tema de la pornografía desde una perspectiva concreta. “Casi en la totalidad de las iglesias donde hemos dado una charla era la primera vez que se trataba el tema. Cada vez hay más sensibilidad, y se está empezando a hablar en más foros, pero puede tomar un tiempo hasta que sea un asunto del día a día”, expresa David Pérez.
Pero lo cierto es que el acceso a la pornografía nunca había sido tan sencillo. “La pornografía en Internet es un fenómeno reciente, es una industria que no tiene nada que ver con la de hace 20 o 30 años. Nunca antes había sido tan accesible, asequible, anónima y aceptada como en estos días. Hemos encontrado muchos líderes y padres que no tienen herramientas para tratar el tema. Hay la sensación de que es un monstruo invencible con tentáculos que llegan a todos los rincones, que no se sabe por dónde hay que empezar a atacar”, añade Pérez.
Medidas para actuar
Siendo un asunto que preocupa a muchos padres y líderes evangélicos, desde Lliures de debò plantean tres líneas de actuación ante la pornografía. “En primer lugar, la prevención. Damos charlas en iglesias para hablar del tema, romper tabúes y empezar a remover las conciencias sobre el porno y su relación con la trata de seres humanos. En segundo lugar, la formación. Estamos preparando un curso para líderes para ayudarles a responder ante la situación. Y en último lugar, la intervención, que viene a ser la atención a las personas que se atreven a dar el paso y a dejar atrás la pornografía y reiniciar su relación con Dios”.
Encuesta
El objetivo de la encuesta, explica David P. Aragó, es “obtener un panorama aproximado de los hábitos de consumo de porno en toda España, específicamente entre los que profesan seguir a Jesús. De este modo podremos orientar las formaciones, charlas, etc teniendo conocimiento de causa. No hay que dar nada por sentado, y sí hacer hincapié en los asuntos más relevantes para ser efectivos. La Iglesia necesita ser capaz de dar respuesta y salida a este problema, y ya vamos tarde. Cuantas más personas respondan a la encuesta anónima de forma sincera, mejor podremos actuar”.