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Iglesia de Esparza da una mano amiga a venezolanos migrantes

Al proyecto denominado “Operación Samaritano” consistió en preparar alimentación para aproximadamente 500 personas.

Róger Murillo-periodicomaranata.com /

La iglesia Catedral del Espíritu Santo, de Esparza, movilizó este lunes 24 de octubre a una delegación para visitar la capital y mitigar un poco la necesidad de los migrantes venezolanos.

La inquietud nació en el pastor Jorge Luis Soto, luego de pasar por algunas zonas de San José y ver la gran cantidad de suramericanos que están segregados pidiendo ayuda, ya que no tienen los recursos económicos para continuar y tampoco para devolverse a Venezuela.

Y aunque este escenario se repite en todo el territorio nacional, se concentra mucho en la ciudad capital.

Desde muy temprano un grupo de mujeres comenzaron a preparar los alimentos.

Parte del equipo organizando la forma de entrega.

Operación Samaritano

Al proyecto denominado «Operación Samaritano»  consistió en preparar alimentación para aproximadamente 500 personas, llevando toallas femeninas, pañales para niños, galletas, jugos, cepillos y pasta dental, entre otros.

El apóstol Jorge Luis dijo a periodicomaranata.com que la idea es darles una mano amiga y mitigar un poco el momento triste que viven y no tratar de erradicar el problema social, por cuanto ni los gobiernos pueden hacerlo.

Agregó que la faena dio inicio desde las cinco de la mañana, concluyendo a eso de las dos de la tarde.

Dijo también que algunas congregaciones más cercanas a la capital, podrían hacer algo parecido, aunque sea a grupos pequeños o a unas cuantas familias.

Comentó que la experiencia fue tan hermosa, que la piensan volver a repetir más adelante , así como incursionar en otros proyectos sociales.

El pastor Jorge Luis (a la derecha) fue quien organizó el proyecto.

Se hicieron largas filas de migrantes venezolanos.

Algo conmovedor

Para don Jorge Luis lo vivido fue más que dramático, por cuanto en el momento en que supieron que había alimentación se hicieron largas filas, algunos pasaban llorando, al tiempo que narraron las peripecias del trayecto y la dificultad de conseguir el dinero que les pide el gobierno de Nicaragua para dejarlos pasar.

Otros contaban como se sienten atrapados en nuestro país, sin tener recursos para regresarse o continuar.

Ya una vez en San  José, comenzó la distribución.

Crisis migratoria

Históricamente, los venezolanos no tenían una tradición de emigrar, pero la profunda crisis que ha vivido Venezuela en los últimos siete años, cambió completamente esa dinámica y el país se convirtió en un emisor masivo de migrantes.

Unos 7,1 millones de venezolanos (en torno a un 20% del total) viven actualmente como migrantes o refugiados en distintas partes del mundo, de acuerdo con datos de la ONU correspondientes a septiembre de 2022.

Se estima que hay casi 2,5 millones de venezolanos en Colombia, 1,5 millones en Perú, 500 mil en Ecuador y 450 mil en Chile.

En agosto de este año, el número de venezolanos que intentaron cruzar la frontera desde México hacia Estados Unidos fue mayor que el de guatemaltecos y hondureños. Solamente fueron superados por los mexicanos.

Se aprovechó para orar por ellos y compartirles la Palabra.

Solo con patrocinador

Hasta ahora los venezolanos que llegaban a suelo estadounidense gozaban de libertad condicional humanitaria, lo que les permitía quedarse para tramitar una solicitud de asilo en el país.

Pero la administración Biden, cambió esto al llegar a un acuerdo con el gobierno de México.

Asi que a partir del miércoles 13 de octubre, Estados Unidos expulsará a los migrantes venezolanos que crucen ilegalmente al país a través de la frontera con México.

Así lo anunció el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés), como parte de una serie de medidas para controlar la migración desde Venezuela.

Disfrutando de la alimentación que les donó la Catedral del Espíritu Santo.

Entre las medidas anunciadas, se destaca que permitirán a 24.000 venezolanos, emigrar «de manera legal y segura» al país norteamericano.

Pero ellos tendrán que hacerlo con un permiso humanitario y  cumplir con una serie de requisitos.

Por ejemplo, deben demostrar que tienen un patrocinador en EE.UU. capaz de brindarles «apoyo financiero y de otro tipo».

Tras examinar caso por caso, las autoridades estadounidenses autorizarán a los elegidos a viajar por avión al país, donde podrán solicitar un permiso de trabajo.

Quedarán excluidos del programa aquellos que hayan sido deportados de EE.UU. en los últimos cinco años, que ingresaron a Panamá o México de manera irregular o que traten de cruzar la frontera con EE.UU. ilegalmente.

Los gobiernos de Estados Unidos y México afirman que esta política está diseñada para disuadir a las personas de realizar el peligroso viaje desde Sudamérica hasta México.

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