Salud

El diagnóstico sigue siendo una gran barrera en el abordaje de la depresión

Según la OMS la depresión afecta el 5 % de los adultos, sobre todo mujeres.

La Gaceta Médica /

El 13 de enero se celebró el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, un trastorno mental común que, según recuerda la Organización Mundial de la Salud, afecta al cinco por ciento de los adultos, con mayor peso entre las mujeres.

A escala mundial, alrededor de 280 millones de personas presentan esta enfermedad, que constituye, tal y como recuerdan desde esta entidad, la principal causa mundial de discapacidad.

Además, es bien conocido que en esta patología existe una diferencia de género bien marcada.

Se calcula que una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres tendrá depresión a lo largo de su vida.

Una diferencia que, según explica a GACETA MÉDICA Manuel Martín Carrasco, nuevo presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm) se observa tanto en la prevalencia tratada como en los estudios epidemiológicos.

El especialista subraya que es importante diferenciar la prevalencia real de la tratada.

“Puede haber en el varón un mayor rechazo a pedir ayuda por problemas de tipo emocional, eso haría que esa diferencia en lo que toca a la prevalencia tratada podría haber más casos. Sin embargo, los estudios epidemiológicos también reflejan la diferencia de género”, incide.

Según su análisis, el principal problema para el tratamiento de la depresión sigue siendo el diagnóstico.

“Los estudios indican que a pesar de la sensibilización creciente de los problemas de salud mental hay demasiados casos de depresión que se diagnostican tarde o mal. Muchas veces el problema no es tanto que no se pida ayuda, sino que se produce un diagnóstico erróneo”, remarca.

Confusión con problemas de tipo ansioso

Martín Carrasco, que es también director médico de Hermanas Hospitalarias en Navarra y País Vasco, aclara que, sobre todo, hay una confusión con problemas de tipo ansioso.

“Es habitual porque en la depresión hay una gran frecuencia de síntomas de tipo ansioso”, añade. “Una persona puede pedir ayuda por un problema de insomnio o por una crisis de angustia, que se pueden tratar como tales cuando detrás hay un problema depresivo”, advierte.

Otro problema que suele enmascarar mucho el diagnóstico son los síntomas somáticos.

“Muchas veces, sobre todo en personas mayores, la demanda de ayuda no es por tristeza, o por falta de pérdida de ilusión o de placer en las cosas, sino porque la persona se queja de molestias somáticas, que son muy diversas”, explica.

El problema del diagnóstico inicial guarda relación con el abordaje que se hace desde atención primaria.

En su opinión, y para mejorarlo, es preciso que el médico de familia tenga una mayor formación y preparación en la materia, pero también que pueda disponer de tiempo para profundizar en ello en la consulta, así como contar con el respaldo de los especialistas a través de una mejor coordinación entre niveles asistenciales.

La comunicación ágil con la red de salud mental resulta fundamental, insiste, especialmente en aquellos casos en los que existe una mayor complejidad para realizar el diagnóstico.

Los mayores, un colectivo de riesgo en salud mental

El nuevo presidente de la Sepsm dedica su vida profesional a la salud mental de los mayores. No hay que olvidar, remarca, que “es un colectivo de riesgo en salud mental y el segmento de población que más crece en nuestro país”.

A la hora de diagnosticar la depresión en este colectivo, profundizando en la idea avanzada al principio, una de las dificultades tiene que ver con la manifestación de síntomas somáticos (cansancio, falta de energía, etc., por delante de otras quejas como la tristeza, más frecuente en pacientes jóvenes).

Además, una traba fundamental tiene que ver con la visión social del proceso de envejecimiento.

“La mayoría de las personas piensan que partir de de cierta edad, y con las limitaciones que van surgiendo, es ‘normal’ estar deprimido o un poco triste. Se trata de un estereotipo negativo hacia las personas mayores compartido por el propio paciente, su entorno familiar e incluso el personal sanitario que les atiende”.

Novedades en el tratamiento de la depresión

El nuevo presidente de la Sepsm tomó las riendas de esta sociedad científica en el pasado Congreso Nacional de Psiquiatría, un encuentro en el que, por primera vez en mucho tiempo, se presentaban innovaciones importantes en este terreno.

Una de ellas era la financiación de una indicación de esketamina en depresión mayor grave a moderada recurrente a tratamientos.

A partir de ahí, este fármaco, que supone una alternativa especialmente relevante en pacientes graves, ya está disponible en el sistema sanitario. Martín Carrasco aclara, en cualquier caso, que depende del ritmo de incorporación en los diferentes hospitales y centros sanitarios y recuerda que se puede utilizar en centros de salud mental y consultas privadas, bajo la supervisión de profesionales sanitarios.

“Estamos ilusionados, porque puede ser de una gran ayuda para un porcentaje importante de la de las depresiones, no la mayoría de los casos, ni mucho menos, que mejoran con los tratamientos convencionales. Estamos esperanzados y vamos a ver lo que da de sí en el día a día”, concluye el especialista.

 

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