Daniel Ortega desata su furia asesina en Masaya
Cinthya Tórrez García , Noel Amílcar Gallegos / La Prensa / Nicaragua /
El brutal ataque perpetrado por fuerzas regulares y paramilitares contra la ciudad de Masaya dejó este martes al menos seis muertos, tres de ellos identificados como Dayner Useda, Marvin López López y Marcelo Mayorga, los otros tres se mantienen bajo monitoreo, según datos preliminares de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
Además de los caídos, se reporta a unos 35 heridos, varios de ellos por impacto de bala.
Uno de los hechos más trágicos durante la represión fue lo que evidenció un video capturado por la población, donde se observa a Marcelo Mayorga muerto sobre el pavimento con una tiradora en su mano, junto a este dos mujeres lloran y gritan por ayuda para retirar al fallecido de la zona de los enfrentamientos, mientras los oficiales que estaban apostados en el lugar solo observan.
Según la misma población, el cuerpo del fallecido fue trasladado hacia su casa por medio de una hamaca improvisada con una sábana y sostenida por palos. La hamaca fue cargada sobre los hombros de otros jóvenes que se mantenían en la resistencia cívica.
Este nuevo ataque contra Masaya inició en la entrada a Ticuantepe, en el kilómetro 14 de la Carretera a Masaya, cerca de las cinco de la mañana cuando las fuerzas orteguistas a punta de balas replegaron a los jóvenes que hacían posta en el tranque de ese sector. Luego avanzaron hasta las cercanías de la fortaleza El Coyotepe y llegaron a la rotonda San Jerónimo, ubicada a la entrada de la ciudad.
“Tiraban a matar”
Enseguida los grupos de choques gubernamentales se enrumbaron, a pie, sobre la calle principal de Masaya que conduce hacia la estación policial, mientras “tiraban a matar” contra los jóvenes que se mantenían atrincherados en las barricadas. Nuevamente, las campanas de algunas iglesias sonaron para alertar a la población.
Los enfrentamientos se desarrollaron en los barrios Fox, San Carlos, 19 de Julio, San Jerónimo, San Miguel y en el sector del parque central de Masaya, donde los oficiales que estaban sitiados en el cuartel desde hace 18 días, salieron y descargaron sus magazines sin ningún tipo de discriminación.
Ante el ataque, la población de Monimbó reforzó las barricadas con el objetivo de mantener la resistencia y evitar que los paramilitares y oficiales entraran al histórico barrio, tal como sucedió hace dos meses, el 19 de abril. Hasta el cierre de esta edición, los oficiales no habían entrado a Monimbó.
Álvaro Leiva Sánchez, secretario general de la ANPDH, comentó que “Masaya se mantiene firme, pero frente a este ataque desmedido y no comparable en fuerzas, los ciudadanos están haciendo resistencia física dentro de sus posibilidades porque tienen que resguardar sus vidas”.
Barricadas
Detrás de los antimotines, una pala mecánica quitaba las barricadas que el pueblo había construido para defenderse de ataques de este tipo y evitar más derramamiento de sangre en este pueblo —incluyendo los asesinatos de ayer, han muerto 24 personas desde que iniciaron las protestas—. La mayoría de las barricadas se mantienen en Masaya; sin embargo, las de las calles centrales de la ciudad fueron removidas durante la refriega.
Los enfrentamientos tuvieron una tregua cerca de las tres de la tarde, mientras los policías se mantenían en su cuartel, junto a camionetas. En tanto, la población reforzaba y aumentaba la construcción de las barricadas, en espera de una embestida policial durante las horas de la noche.
Obispo lamenta
Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, señaló que pese a que la mañana de este martes hizo lo que pudo “por evitar más dolor y muerte a mi querida Masaya. Todo fue inútil. No me quedó más que rezar y llorar”.
Asimismo, el párroco de la Iglesia San Miguel, Edwin Román, tuvo que resguardarse en otro sitio que no fuera la iglesia ni la casa cural, debido a las constantes amenazas en contra de su persona y la infraestructura religiosa, la cual durante enfrentamientos anteriores ha recibido disparos.
“Balas explosivas”
Un joven de Masaya que estuvo durante el ataque relató a LA PRENSA que la Policía entró disparando al municipio y que principalmente andaban armados con AK-47. Asimismo denunció el uso de francotiradores y señaló que el tipo de balas utilizadas eran explosivas.
“La bala que andan ellos es explosiva, que donde te agarra te revienta. En lo que son las trincheras ustedes pueden ver, que como desbarata las trincheras”, dijo el poblador de Masaya. Este ataque ocurrió un día después que la residencia cívica declarara la ciudad territorio libre.
Almagro condena ataque
Mientras la ciudad de Masaya era brutalmente atacada por paramilitares que obedecen al régimen orteguista, Rosario Murillo, vicepresidenta designada por el poder electoral, aseguró que existe el “compromiso” de “frenar” la violencia.
Murillo insiste en culpar a “grupos delincuenciales” y no reconoce que son ciudadanos autoconvocados que demandan un cambio de gobierno.
“Nuestro comandante Daniel está comprometido en frenar esa ola terrorista, de crímenes de odio, secuestros, de quema de viviendas… atrocidades sin límites… todo lo que atenta repudiamos y tenemos que trabajar para frenarlas”, dijo Murillo, en su acostumbrado reporte de mediodía en medios oficialistas.
Mientras Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresó este martes desde su cuenta de Twitter que condena “cualquier tipo de ataque que atente contra la vida y la seguridad de los habitantes de Ticuantepe, Nindirí, Masaya y los Pueblos Blancos”.