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Brasil se mueve a ciegas frente a la velocidad de la pandemia

Jorge Galindo / Najara Galarraga Cortázar/ El País /

Diecinueve de cada 20 contagios no son contabilizados en el país más poblado de América Latina según la estimación realizada por este diario a partir de datos oficiales.

Dos meses después de que las primeras cuarentenas fueran implantadas en Brasil, políticos, gestores sanitarios e investigadores se mueven en buena medida a ciegas. Las semanas de ventaja que América Latina llevaba a Asia y a Europa parecen malgastadas. Los test para detectar el coronavirus que, según decían a mediados de marzo autoridades, científicos y analistas serían cruciales para aislar a los enfermos y minimizar los daños a la salud y a la economía, nunca llegaron en las cantidades necesarias.

Los análisis que ha hecho el país más afectado —y el más poblado— de América Latina son tan pocos que desconoce cuál es la magnitud de la epidemia. Existe un balance oficial: casi 18.000 fallecidos entre los 270.000 casos registrados hasta este miércoles. Pero también hay un consenso de que es una cifra muy subestimada. E incluso así es el país más afectado del continente después de EEUU.

EL PAÍS ha hecho una estimación según la cual solo uno de cada 20 casos es notificado. Es decir, que los contagiados en Brasil son 3,7 millones de personas. Es la cifra que se obtiene al aplicar el método de un grupo de matemáticos y epidemiólogos de la London School of Hygiene and Tropical Medicine para calcular la subnotificación.

Los cálculos fueron realizados con el balance oficial del Ministerio de Salud de Brasil del sábado 16. Si dividimos las muertes confirmadas en Brasil ese día (15.633) entre los casos detectados (233.142), el resultado es que el 6,7% de los afectados mueren. Pero esta cifra queda muy por encima de los estudios más aceptados sobre la letalidad de la covid-19, que la sitúan alrededor del 1%.

Los investigadores de la Escuela de Londres explotan esa diferencia entre la mortalidad notificada y real para calcular la subnotificación. Es posible hacer una aproximación al número real de casos partiendo de la tasa real estimada de mortalidad (en torno al 1% según los estudios actuales), comparándola con la observada en Brasil (6,7%) y teniendo en cuenta el lapso de tiempo entre la infección y la muerte.

Como es probable que la enfermedad no sea igual de letal en todas las regiones o zonas del país (por factores como la edad media de los afectados, o el acceso a hospitales, UCi o respiradores) la estimación requiere de una banda ancha de incertidumbre. Es por eso que, aplicando el mencionado modelo a los datos oficiales de fallecimientos incluidos en el gráfico anterior, la horquilla iría desde 1,8 millones hasta 6,3 millones de afectados con 3.760.000 contagiados como número central de referencia.

Un estudio publicado hace pocos días por un equipo de expertos brasileños denominado Covid-19, empleando una metodología similar, consideraba probable que en torno a 9 de cada 10 contagios pasaran sin detección alguna. Las cifras aquí ofrecidas sugieren un subregistro mayor: de alrededor de 19 de cada 20 casos. Ello encajaría con la baja incidencia de las pruebas diagnósticas en Brasil. Según datos de la plataforma de la Universidad de Oxford Our World In Data, Brasil está entre los países de la región con menor crecimiento en tests per cápita.

Lo más seguro es que la inmensa mayoría de estas infecciones no detectadas se haya desarrollado con cuadros clínicos leves.

La pista de los certificados de defunción

Ante la dificultad para rastrear todos los contagiados mediante pruebas diagnósticas, autoridades y expertos intentan complementar las estimaciones de laboratorio con la información de los certificados de defunción. El Registro Civil brasileño difunde a diario en el Portal de la Transparencia los últimos datos disponibles sobre las muertes notificadas como consecuencia del coronavirus y las notificadas como sospechosas, por neumonía o insuficiencia respiratoria. Hasta el 16 de mayo, el Registro Civil nacional había contabilizado 16.396 muertes confirmadas o sospechosas de covid-19 en todo brasil.

Si la estimación de los casos totales se calcula con el citado método de la London School, pero a partir del Registro Civil, la cifra de casos probables es sensiblemente mayor, pero, en cualquier caso, bastante cercana a obtenida al usar el número oficial de fallecidos por la enfermedad.

Sin embargo, incluso la estimación a partir del Registro Civil puede incurrir en un subregistro. La razón es que cada registro local recopila e introduce la información en la base de datos a su ritmo. Es por eso que el exceso de muertes de este año con la media registrada los años anteriores se ha convertido en uno de los datos de referencia para calibrar la incidencia de la epidemia en un lugar determinado.

El investigador André Ricardo Ribas Freitas, experto en mediciones de exceso de mortalidad y profesor de la facultad de Medicina São Leopoldo Mandic en Campinas (São Paulo), explica que la información sobre las urbes más pobladas sí es precisa porque es casi en tiempo real, los problemas de retrasos se pueden dar en municipios menores a un millón de habitantes.

Basándose en ello, ha elaborado junto a otros investigadores una estimación semanal del número de muertes en algunas de las ciudades más pobladas de Brasil: comparan los datos del Registro Civil desde el inicio de la pandemia con una cifra esperada de muertes para este periodo, basada en lo observado en años anteriores. Para la mayoría de estas ciudades, Ribas Freitas las cifras de este 2020 son sensiblemente superiores al conteo oficial.

Este diario ha analizado las cifras de Manaos, Fortaleza, São Paulo y Río de Janeiro, cuatro de los focos más activos de la pandemia en Brasil.

La diferencia entre el balance oficial y el exceso de fallecidos en estas cuatro ciudades suma 3.300 muertes desde el inicio de la pandemia hasta el final de la semana epidemiológica 19 (10 de mayo). Si la mayoría de ellas fuesen causadas por la covid-19, superaría con creces no solo las del Ministerio de Salud para cada una de las urbes, sino incluso la sobre-estimación que realiza el Registro Civil de casos sospechosos no contabilizados (en torno a 600-700 hasta el 16 de mayo) para todo el país.

Brasil es un país que dadas sus dimensiones podría contener en su territorio dos veces la Unión Europea. Por eso también en tiempos de pandemia las diferencias regionales importan. Los casos se concentran en el sudeste (en torno a São Paulo y Río de Janeiro), en el nordeste (sobre todo Recife, Fortaleza y São Luis) y en el norte (Manaos y su periferia).

Manaos, cuatro veces más muertos

La situación en Manaos, la capital amazónica, es particularmente grave. En las semanas finales de abril, los datos del Registro Civil indicaban una mortalidad agregada que se multiplicaba hasta por cuatro en comparación con la de años anteriores. La curva está ya en una trayectoria descendente.

El estado de Amazonas, con una extensión que triplica la de España, tiene 3,5 millones de habitantes, buena parte de ellos concentrados en Manaos. Los notarios han registrado una cifra de muertos muy superior, como muestra el gráfico, a los muertos confirmados por el coronavirus. La red sanitaria de Amazonas tiene 450 camas de UCI, según el Ministerio de Salud.

Fortaleza, un 189% más en una semana y curva en ascenso

Fortaleza es una ciudad ubicada en el empobrecido nordeste que tiene una de las mayores incidencias de muertes por la covid-19 sobre el conjunto de su población. El dato de exceso de muertes registradas en una semana de principios de mayo es del 189%, con el añadido de que la curva era ascendente. Ceará, cuya capital es Fortaleza, tiene 8,4 millones de habitantes y algo más de mil plazas de cuidados intensivos en hospitales.

Río de Janeiro, el doble en una semana

Río de Janeiro registra aumentos menores, pero en cualquier caso pronunciados: en la semana de transición de abril a mayo, la mortalidad se multiplicó por dos respecto a años pasados. El estado tiene unos 4.000 camas para 17 millones de habitantes

São Paulo, miles de fallecimientos adicionales

São Paulo presenta unos datos menos dramáticos. Sin embargo, la propia magnitud de la ciudad con el área metropolitana más poblada del país implica que incluso excesos de muertes de un 20%-30% suponen miles de fallecimientos adicionales respecto a lo que es habitual para esta época del año. Las UCI de la capital están al 90% y las del estado rondan el 70% de ocupación. El Estado, con 45 millones de habitantes, tiene más de 9.200 UCI, la mitad de ellas en la red pública.

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