OPINIÓN

¿La ciudad de 15 minutos una amenaza para la movilidad?

Bajo este esquema, ya no puedes congregarte en tu iglesia, solo en la que la ciudad de 15 minutos tenga disponible.

Arq. Mario Cortés/ Doctor en Teología, Divinidades y Ética cristiana /

Vivimos en una época post verdad, post cristiana, una época no solo deconstructivista sino destructiva, que busca deshacer todo lo establecido y crear desde lo ideológico una nueva cosmovisión, es decir una nueva visión del mundo.

En este sentido la ´´verdad ´´ es lo ideológico, no lo tangible como lo biológico o lo científico o lo Bíblico, sino lo que la ideología defina como “valido”, alcanzando todas las esferas del ser humano empezando por su “autopercepción”, la cual claramente impactará el medio ambiente en que pretende desarrollarse, por eso estamos inmersos en una constante guerra por la verdad verdadera, valga la redundancia, por ello tenemos ajustes en todas las áreas, lo jurídico, la educación, la salud, lo climático, lo energético y la urbano como el contenedor del quehacer humano, no es la excepción, por eso en esta ocasión hablaremos de la ciudad de 15 minutos y su impacto no solo en lo cotidiano sino en la Iglesia.

Este concepto ya se está aplicando en muchas ciudades del mundo.

¿Qué es y que propone la ciudad de 15 minutos?

Dentro del punto 11 de los objetivos de la agenda 2030, se enmarca esta propuesta.

El objetivo 11 es ciudades y comunidades sostenibles, este punto indica en lo que interesa lo siguiente:

“Las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60 % aproximadamente del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70 % de las emisiones de carbono mundiales y más del 60 % del uso de recursos.

La rápida urbanización está dando como resultado un número creciente de habitantes en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados (como la recogida de residuos y los sistemas de agua y saneamiento, carreteras y transporte), lo cual está empeorando la contaminación del aire y el crecimiento urbano incontrolado”.

La idea está ligada a la Agenda 2030 y ya solo eso produce sospechas.

Así que bajo este esquema de realidad urbana y climática se propone crear una ciudad cuya movilidad no sea superior a una distancia de 15 minutos en bicicleta o a pie, donde se encuentren todos los servicios de los que viven dentro de esa zona.

Por tanto, trabajarán, recrearán, comercializarán, educarán, etc, solo interactuando dentro de los límites de su ciudad de 15 minutos, lo cual supone una baja en automóviles, emisiones de carbono, espacios seguros y desplazamientos mínimos.

 El Foro Económico Mundial ya impone este modelo típicamente Orweniano que restringe la movilidad entre barrios, monitorea los movimientos de las personas y estas deben obtener permiso para salir de su zona para acceder a otra u otras zonas, algo así como lo visto en la película “Los juegos del hambre”.

Actualmente, hay cerca de 16 ciudades en todo el mundo que han adoptado este modelo o alguno parecido, o están en los preparativos para asumirlo.

Algunas contemplan distancias mínimas de 20 minutos, otras de 10. Hay ciudades que prefieren el desarrollo de distritos específicos mientras que otros conceptos abarcan toda la ciudad en su conjunto.

Una de las pioneras es París, en Inglaterra tenemos a Bristol, Canterbury, Oxford y otras.  Desde febrero del 2023 se discute su implementación en España específicamente en Madrid.

Muchos analistas afirman que las ciudades no están preparadas para abandonar los vehículos y usar las bicicletas. 

En estos lugares donde ya se implementa la propuesta, se multa a quienes se salten las medidas y se restringe a un número determinado de salidas al año a sus habitantes, también se sanciona a quienes usan el auto sin permiso y se aplica monitoreo continuo de los desplazamientos de todos los habitantes de la ciudad de 15 minutos.

La libertad ha sido restringida o, mejor dicho, la libertad no solo de desplazamiento ha sido restringida, sino también la libertad de libre albedrío ha sido tomadas y redefinida desde lo ideológico por la agenda de Davos que impone sus condiciones y parámetros dentro de estas ciudades de 15 minutos, para ello ejercen su influencia supra nacional en la creación de estas ciudades que ya están dejando ver las implicaciones individuales y colectivas ideológicas que pretende ser normalizada a lo largo y ancho del mundo.

Esta nueva manera de redefinir “libertad” y su impacto en la movilidad, afecta de manera más directa la metodología que hemos usado para evangelizar por décadas, usando campañas, o festivales, tocando puerta a puerta o predicando en plazas o autobuses.

Ya hemos tenido un primer ajuste durante la pandemia donde todos fuimos “movidos” a lo virtual, lo cual es susceptible de ser monitoreado y controlado por autoridades e intereses fuera de la Iglesia.

El aislamiento que sufrimos en pandemia ya no será un ensayo sino una implementación para restringir la libertad de las personas, ya no por causa de una epidemia sino por una “redención urbanística y climática” donde el tema medio ambiental es la excusa de cobertura ideológica y argumentativa.

Si bien, alguien podría decir a primera vista que esto no es un peligro para el evangelio sino una oportunidad, ya que obligaría a los cristianos de cada zona a enfocarse en su región y quizá con ello  lograr un evangelismo más homogéneo, no es tan simple como esto, porque la destrucción de la libertad trae aparejado la persecución a la libertad de pensamiento, de expresión y claro de conciencia, por lo que estos guetos son zonas de control absolutos propios de estados totalitarios y ante esto la realidad de la iglesia subterránea puede dejar de ser la excepción para convertirse en la norma.

No somos alarmistas, ni ilusos, ser cristiano en occidente y propiamente en Costa Rica es realmente fácil, donde las preocupaciones son si estoy de acuerdo con la teología de tal o cual o si me gusta la prédica de uno o de otro, donde el mayor peligro es el chisme y quizá el descredito dentro del barrio evangélico por rivalidades personales, pero la realidad indica que la persecución y la prueba están cada vez más de nuestro país y es cuestión de tiempo para que esta propuesta urbana se establezca en nuestra realidad cotidiana.

Para muestra un botón reza el proverbio popular. Google ya manda cada cierto tiempo a nuestros e-mails el desplazamiento que hacemos en el mes.

 La nube +5G + la movilidad de todas las cosas está en todo lado y nos controlan y supervisan en todo momento.

Puede que pasemos por alto este detalle por ver solo una parte de la utilidad de esto, pero esta “trinidad” es la herramienta que se usa para normalizar la nueva normalización bajo cosmovisión ideológica y sustitución de Dios como se vio en el artículo sobre la Iglesia y la Big Data.

Si el covid-19 vació las iglesias, ¿qué hará una persecución que tiene como excusa la “nueva libertad” de las ciudades de 15 minutos? ¿Cuántos de nosotros como en el tiempo de Nerón, Calígula o la inquisición estamos dispuestos profesar abiertamente nuestra fe ante la persecución a la manera de los llamados “héroes de la fe” de hebreos 11? ¿Dónde te controlan el desplazamiento fisico y virtual?

El evangelio siempre nos ha invitado a tomarlo con toda seriedad, pero los tiempos nos urgen a dejar de jugar a la iglesita y poner aceite en la lámpara, de volver a la senda antigua, de saber discernir que es importante y que es superfluo, aunque lo llamemos cristiano.

Supuestamente busca tener todo que lo que necesitamos a 15 minutos de casa, caminando o en bicicleta.

Porque está escrito:

Mateo10: 22 “Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo”.

Mateo24: 9
“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre”.

Santiago 1:12: “Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman”.

Apocalipsis 2:7,10,17,26: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios…”

Los acontecimientos que se están dando actualmente, indican claramente que estamos en un lapso propio de los últimos tiempos indicados en Mateo 24:7 y Lucas 21:11. [guerras, hambre, grandes terremotos, enfermedades,], delincuencia [Mt24:12[ y grandes daños al planeta [Ap. 11:18]

La Iglesia está confrontada no solo con estas cosas externas, sino con las internas como falsos maestros, apostasía, enfriamiento de la fe, doctrina de demonios hoy enseñada no solo en la Iglesia sino en las universidades y respaldada por organizaciones internacionales.

Las ciudades de 15 minutos al responder a cuestiones ideológicas owenianas imponen en resumen las siguientes consecuencias:

¿15 minutos?

La primera de las limitaciones del modelo es su propia rigidez temporal, no solo desde lo urbano, sino desde el derecho a la libertad humana, su definición temporalidad para definirla es subjetiva y es posible que no se adapte a la realidad de todos los países o sociedades y la iglesia.

Las medidas se basan  en el transporte público, desplazamientos a pie y en opciones  no contaminantes como la bicicleta.

Nada es gratis

Se impone un coste a todos los habitantes de la ciudad, de tal suerte que todo tipo de servicios que se establezca en un barrio supone un coste económico sin consulta de los habitantes sino desde lo supranacional.

Caballo de Troya para acabar con el automóvil

Muchas de las aproximaciones al modelo de los 15 minutos, como el de la ciudad de Oxford, ponen en la diana la utilización del vehículo privado.

Pareciera que, con la excusa de aplicar este modelo de proximidad, se esté tratando de poner limitaciones a los autos particulares.

En otras palabras, los políticos podrían estar tratando de promover las ciudades de 15 minutos para que, llegado el momento, los ciudadanos acaten de mejor grado las restricciones a la movilidad.

Al fin y al cabo, si todo queda cerca de casa y prácticamente no necesito el auto, ¿qué problema hay con que me restrinjan la circulación? este tipo de control no solo regula la ciudad sino las ciudades, pudiendo tener realidades y controles independientes entre ciudades como en los juegos del hambre.

Para algunos esto es un plan orquestado mundialmente para encerrarnos bajo el pretexto de la emergencia climática. (Foto: Martin Pope / Getty Images).

Tribalismo y segregación

Incentivar que cada ciudadano pueda desarrollar su vida a menos de 15 minutos del domicilio puede resultar cómodo, pero también dar pie a una menor movilidad en la ciudad, incentivando la creación de comunidades cerradas y guetos. En esencia, se corre el riesgo de que la inmovilidad espacial acabe dando lugar a una inmovilidad social.

Ciertas ciudades se han manifestado en contra al percibir lo que hay detrás del concepto.

El peligro de la imposición

Las ciudades bajo este concepto podría ser una política descentralizada, en la que cada municipio, ciudad o barrio decidan -fruto del consenso de los vecinos y de los distintos proyectos políticos elegidos electoralmente- cómo organizar la vida urbana y tiene el potencial urbanístico de promover calidad de vida, pero todo esto pasa a un segundo plano cuando se impone la restricción ideológica, esta hace que sean peceras bien equipadas donde los habitantes están extinguidos a limites bien definidos e insalvables.

El peligro de no solo cambiar la forma de evangelio sino el fondo de este

El aislamiento no solo es un obstáculo de movilidad, sino que podría ser agente de interpretaciones y aplicaciones del evangelio en cada ciudad de 15 minutos aumentando la confusión teológica o privilegiando alguna en particular bajo interés de los que controlan la ciudad, esto atenta contra la verdad y la universalidad del evangelio.

La implementación de lo virtual como medio de comunicación normalizado y cada vez más exclusivo, supone un peligro en el control de lo que se expresa y como se hace, ya que la libertad en estas ciudades responde solo a la ideología que las crea.

La Iglesia urge de un acuerdo unificador en términos de Efesios 4, debe dejar de estar ensimismada en una teología antropocéntrica y tomar en serio los acontecimientos actuales como una realidad que demanda una respuesta inmediata que preserva la verdad bíblica del evangelio salvador y redentor de Cristo Jesús.

Bajo este esquema, ya no puedes congregarte en tu iglesia, solo en la que la ciudad de 15 minutos tenga disponible.

(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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