Róger Murillo/periodicomaranata.com/
Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Ohio, publicado en la revista digital ‘Social Psychological and Personality Science’, donde se analizaron miles de obituarios publicados en diarios de papel y digital entre los años 2010 al 2012, demostró científicamente, que los creyentes tienen una mayor longevidad que los ateos, con una media de cuatro años más como promedio.
El análisis tuvo una primera etapa de 500 obituarios de periódicos de Iowa y una segunda que incluyó todo los Estados Unidos, sumando 42 ciudades y tomando en cuenta 42 periódicos, un medio de comunicación por cada zona.
El tema de los obituarios es una base muy interesante para conocer las preferencias religiosas de las personas, porque con regularidad en los Estados Unidos se les agrega ciertas referencias de sus creencias y por supuesto se nombra también la capilla donde se realizarán las honras fúnebres, todo eso arroja bastante información al respecto.
Según la investigación, muchas de las personas creyentes suelen participar en organizaciones sociales, voluntariado, evangelización, encuentros, grupos pequeños y actividades de las iglesias, lo cual ayuda a una socialización mayor y a liberar estrés, al tiempo que a espiritualizar la vida, teniendo espacio para Dios y relacionándose con un ser superior que brinda paz, ánimo, fe y esperanza, a pesar de las vicisitudes de la vida.
A lo anterior, según el estudio, hay que agregarle el hecho de que una persona que se acerca al Señor, suele dejar vicios que dañan su salud, precisamente por el convencimiento de que el cuerpo es “templo del Espíritu” y que no debe dañarlo.
Por lo anterior si deja el licor, las drogas y el cigarrillo, ya tiene una ganancia y beneficios para la salud.
Los autores del estudio mencionaron que todavía faltan por conocer de forma científica, muchos de los factores positivos que aporta el ser creyente en relación con la longevidad.
