Róger Murillo / periodicomaranata.com
El gobierno de Luis Guillermo Solís dejó aprobado un festival lésbico para mayo del 2019, el cual será el primero en realizarse en Centro América y precisamente su sede será Costa Rica.
Para esa fecha mujeres de todo el mundo ingresarán a nuestro país donde tendrán un largo programa de 15 días.
La actividad se denomina Ella International Lesbian Festival, proyecto que para algunos, se le “vendió” al gobierno como una gran oportunidad de ingreso de divisas en virtud de la cantidad de turistas que ingresarán al país, pero para otros, más bien fueron algunas autoridades gubernamentales las que intervinieron y lo dejaron montado para que la nueva administración salvara responsabilidades, aunque todos sabemos que a la postre es lo mismo.
Este festival que nació en Mallorca, España, se tiene programado del 8 al 22 de mayo del próximo año, pero desde ya se está promocionando en todos los países del mundo, por medio de sus representantes.
Estos organizadores mueven millones de dólares, en virtud de que cuentan con toda una industria gastronómica, hotelera, turística y empresarial muy fuerte que ha logrado llevar a miles a sus actividades.
Ellas se definen como mujeres (muchas heterosexuales), que les gusta ser femeninas, que usan tacones altos, se arreglan en forma elegante y se muestran coquetamente, lo anterior para combatir la idea de las “marimachos”, que fueron las primeras mujeres que salieron abiertamente a la sociedad, con otra inclinación sexual. Por eso el nombre del festival comienza con la palabra “Ella”.
Un mundo espiritual detrás
Para un gobierno como el nuestro y como el de la mayoría de los países contemporáneos, que está compuesto por hombres y mujeres sin temor de Dios y con limitaciones espirituales, es obvio que ignoran las consecuencias espirituales que una actividad como esta trae a una nación.
Está claro que detrás de comportamientos gay-lésbicos, al margen de todas las explicaciones sociales, sicológicas y humanas que nos puedan dar, los que tenemos algún conocimiento del “Manual de Dios”, entendemos que este tipo de comportamiento es sencillamente una aberración sexual, fuera del orden divino y en la mayoría de los casos, por no decir en todos, hay una maquinación espiritual demoníaca detrás de todo esto, cuyos efectos los tendremos que sufrir como sociedad posteriormente.
Es una realidad que nuestra nación no solo refleja una total y absoluta ignorancia en estas áreas, sino que además es árida espiritualmente hablando. Como muestra tenemos la última elección presidencial.
Un festival de esta magnitud, puede arrastrar cientos de jovencitas invitadas por “supuestas amigas” para ir uno o dos días a divertirse a estas actividades de “ambiente”, pero esto pudiera significar una decisión fatal para el resto de su vida.
Hay historias inverosímiles de mujeres que teniendo un matrimonio consolidado aceptaron asistir a eventos similares y luego cuentan con dolor, tristeza y llanto su tropiezo, que en algunos casos les costó la pérdida de su hogar.
Es precisamente porque la gente no sabe donde se está metiendo y piensan que pueden jugar con fuego, sin quemarse y esto es poco probable en la práctica.
Aun más, sabemos de casos de muchachas jóvenes y otras no tan jóvenes, que fueron formadas bajo principios cristianos en sus iglesias y que en algún momento de su vida cayeron en esta situación.
Años después, todavía luchan por salir de ese lodo, por cuanto el mundo espiritual que se mueve detrás de esto, está formado por principados y huestes de maldad como dice la Escritura.
Por eso bien haríamos como Iglesia -ya que no tuvimos a ningún diputado, ni funcionario gubernamental que se opusiera a esta decisión- a interceder desde ya para que Dios proteja nuestra patria, porque esto es apenas el inicio y no sabemos cuantas cosas más se nos avecinan.
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