FORMACIÓN

La importancia de la Reforma

En nuestros tiempos es necesario que esta Reforma continúe.

THD-ARQ Mario Cortés Articulista /

Se conoce como Reforma o también reforma protestante, al movimiento cristiano iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero que ocasionó una división de la iglesia católica para establecer las llamadas iglesias protestantes o también el protestantismo.

La reforma se inició sobre las propuestas que pensadores europeos proponían buscando un cambio en las formas y también en algunas doctrinas enseñadas por la iglesia católica.

Una de las manifestaciones de la Reforma fue la negación de la autoridad papal como cabeza de la Cristiandad, los reformadores consideraban al papa solo como el obispo de Roma.

La Reforma tenía como objetivo inicial cambiar la iglesia para retornar al cristianismo primitivo, aunque el movimiento no era algo nuevo ya que otros y en otros tiempos intentaron hacer lo mismo.

No consistía como algunos intentaron afirmar, en una piedad laica anticlerical centrada en Cristo.

No podemos limitarnos en ver la Reforma, solo como un hecho histórico acaecido en un tiempo y lugar o región determinado no solo por su importancia espiritual, sino también por su impacto en lo educativo, lo social, la familia, la libertad, la lista es larga y fructifica a pesar de la división que en Europa esta causó, con países en el sur apoyando a Roma y al norte al protestantismo y pese a las guerras religiosas que esto también ocasionó.

El balance y el aporte que hace la Reforma es más que valiosa, es válida y sigue siendo hoy en día al querer tener un cristianismo ontológico, es decir un cristianismo de vuelta a su existencia real en Cristo y su palabra y no en uno religioso sustentado por filosofía y dogmas subjetivos.

En este sentido vale la pena sitar a R.C. Sproul al indicar

La Reforma no ha terminado. No puede haber terminado y no debe terminar hasta que todos aquellos que se llaman cristianos tengan un Señor, una fe y un bautismo. La causa de sola Scriptura, sola fide, sola gratia, solus Christus y soli Deo gloria permanece como la causa de y para la verdad bíblica

Las 5 solas (pilares), son le esencia del protestantismo, recordándonos como bien dice la plataforma Logos, lo que somos según  2 Timoteo 3:6 y ¿qué somos?

 1) Columna de la verdad.

2) Baluarte de la verdad.

3 Lo que debemos hacer (2Timoteo 4:2).

4 Lo que debemos creer (Romanos 3:28, 5:1).

5) Nos insta a continuar una reforma (2 Timoteo 3:10 al 17).

Volver a la cruz, no es una propuesta organizativa religiosa o una secular revestida de religiosidad con beneficios personales o familiares.

Volver a la cruz, nos confronta en primer lugar con la existencia de un soberano y de su acto de amor y misericordia hacia nosotros manifestado en gracia. (Juan 1:14).

Volver a la cruz, nos confronta con nuestra naturaleza caída y nuestra urgente necesidad de un salvador.

Volver a la cruz no solo nos da una nueva naturaleza, nos obliga, no solo por mandato sino por la realidad de su naturaleza, a vivir una vida de santidad soportada en la obra redentora de Cristo y alimentada e implementada por el Espíritu Santo. En resumen, nos obliga a mostrar el carácter de Cristo, lo cual solo es posible al estar EN Cristo, no CON Cristo.

Volver a La cruz, también nos confronta con realidades vivenciales que tenemos que afrontar mientras estemos en este lado de la gloria como indica  1 Co. 4:11-13.

Volver a la cruz nos obliga a ser, más personas informadas, personas consecuentes.

Por eso el que es consecuente no tiene agenda personal, porque para él «elvivir es Cristo» (Fip1:21), es decir Cristo no es parte de su vida, sino su vida y esto solo es posible porque está muerto para tener vida (Gal2:20).

Volver a la cruz, me recuerda aquel episodio narrado por Leonard Wood y su invitación a cenar ante el Rey.

Cuenta Wood que tras ser invitado a cenar por el rey este lo atendió en un pasillo al verlo venir y le preguntó ¿Qué haces aquí? a lo que Wood contestó, «su majestad me invito a cenar”, a lo que el Rey replicó, ”sí, pero no confirmaste”, Wood respondió; «la invitación del Rey no se responde, se obedece”.

Quizá al ver y oír la respuesta de Wood por primera vez, quede impactado, pero este, al igual que el pasaje del centurión en Lucas 7, no solo sabía lo que es la autoridad, sino que comprendió la dimensión del concepto.

Wood, solo fue consecuente con lo que dice 1 Samuel 15:22:

«Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros».

La iglesia evangélica de hoy no responde como Wood al Rey al decir ser hijos de la Reforma sino que como Samuel; no es obediente al Rey, aunque dice y se promociona como tal, pero sus hechos lo desmienten (1 Co 1:10-17), por eso la Reforma como dijo Sproul “no ha terminado ”.

Se hace necesaria hoy en día volver al espíritu de la Reforma con la misma intención con que Pablo dice en 1Co 4:15-16:

«Porque, aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. Por tanto, os ruego que me imitéis ´».

Volver al espíritu de la Reforma es volver a la cruz, es no buscar o construir teologías antropocéntricas porque estas son las que llevaron y obligaron a la necesidad de tener una reforma.

El ser obediente al rey sin excusas y sin reinterpretación, es no anteponer el interés personal, familiar u organizacional, es ser consecuente en mi relación vertical con Dios y en mi relación horizontal con mi prójimo, es ser cristiano, no un religioso.

Estos tiempos son para hombres que estén dispuestos a continuar aun después de haber visto la amistad traicionada, el honor vendido, la verdad cambiada, la gloria de Dios trivializada y su palabra comercializada, y que aun después de esto, estén dispuestos a decir:

Antes herido por Su causa que silenciado por temor.

Antes pobre por mi integridad que comprado por dinero.

Antes rechazado por vivir Su verdad, que ser popular.

Antes conducido al arrepentimiento, que permanecer en orgullo.

Antes muerto que negar su nombre, evangelio, causa y gloria.

(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba