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Jorge del Castillo: «Era famoso, pero con un gran vacío en mi corazón»

Recuerda que con su oído derecho escuchó claramente la voz de Dios que le decía “esta es la última oportunidad que te doy”.

Róger Murillo-periodicomaranata.com/

Se llama Jorge Antonio Trujillos Vargas, pero se hizo famoso en Costa Rica en la década de los 70 y 80, con el nombre artístico de Jorge del Castillo, que le puso un locutor de radio.

Su música marcó un estilo muy peculiar de canto y baile, paralelo a su look de botas altas, pantalón campana y camisa negra entre abierta, sumado a una variedad de cadenas de oro, que lo hacían el cantante del momento.

De las más de 40 canciones grabadas en los otrora discos de acetato, por lo menos unas doce fueron de un pegue impresionante en las emisoras, entre ellas: Vi el viento jugar, Te quiero amor te quiero, Voy a guardar mi lamento, Hoy daría yo mi vida, Cuando llora el mar y otras más.

Jorge del Castillo, en su tiempo de gran fama internacional.

Siendo un niño muy pobre, su talento musical fue descubierto por maestras de la Escuela Inglaterra de San Rafael de Montes de Oca, quienes lo pusieron a cantar en las actividades semanales, llamadas asambleas.

Estando en tercer año, tuvo que dejar de estudiar porque su abuelo, que era el proveedor de la casa, había muerto y su madre doña Teodolinda, ya no podía trabajar.

En una ocasión un compañero de trabajo lo animó para que fuera a cantar a un anfiteatro de Radio Columbia, donde los mejores clasificaban para cantar en un programa de televisión llamado Las Estrellas se Reúnen, con Santiago Ferrando, algo que Jorge logró con gran acogida.

De ahí pasó a cantar con el grupo Los gatos, junto a Ricardo Acosta y luego se fue a Colombia un tiempo, de donde regresó con dos canciones grabadas. Una de ellas Mary es mi amor de Leo Dan y la otra Te quiero amor te quiero de Palito Ortega. Esta última fue la que lo llevó a la cumbre del éxito.

De ahí en adelante se inicia una carrera de viajes internacionales, clubes nocturnos, televisión, medios de prensa, fama y muchos discos.

Pero todo ese mundo del espectáculo, dinero, entrevistas y cámaras, quedó relegado a un tiempo pasado que ahora poco le interesa a este artista nacional, porque hace más de una década le entregó su vida a Jesucristo.

Él confiesa que a pesar de que ese tipo de vida lo hizo famoso y le dio muchos recursos económicos, su corazón estaba vacío, máxime después de la muerte de su madre, acontecimiento que lo llevó a una depresión de dos años, lapso durante el cual se intentó quitar la vida en un par de ocasiones.

 Ahora solo le canta a Dios.

El mensaje de esperanza

En medio de esa trágica situación es cuando aparece una vieja amiga, su nombre Norma Esquivel, quien paulatinamente lo llevó a entregar su vida a Jesucristo.

Pero algo injusto que vio en una comunidad cristiana en Guatemala lo hizo retroceder y por 16 años le dio la espalda a Dios, como si él hubiese sido el culpable de aquello que pasó.

Pero el regreso a la vida mundana solo lo hundió más en la promiscuidad y posteriormente en la ruina económica.

De vivir en un barrio de alta alcurnia, tuvo que pasarse a una pequeña casita de una zona poco favorecida por la sociedad.

Fue ahí donde un día su hermana Mary, le trajo a un pastor llamado Gerardo Zúñiga, quien le dijo que tenía un mensaje de Dios para él.

Jorge recuerda que con su oído derecho escuchó claramente la voz de Dios que le decía “esta es la última oportunidad que te doy”.

Ahí se reconcilió con el Señor, le pidió perdón y por un tiempo comenzó a crecer en un discipulado personal que le dio don Gerardo.

En otras palabras, el pastor nunca lo soltó hasta que el «fruto» estuviera consolidado.

Más adelante, grabó con Kike de Heredia una producción denominada Adorador del Reino, con varias canciones de mensaje espiritual.

También estuvo en reiteradas veces con el pastor Geovanni Calderón en el programa televisivo Hacia lo Mejor y comenzó a recibir invitaciones de las iglesias para dar su testimonio y cantar sus canciones para Dios.

Esta es la nueva versión de Jorge del Castillo, un hombre que entregó su vida a Cristo y cambió su fama por la paz, lo cual no tiene precio. «Era famoso, pero con un gran vacío en mi corazón», asegura.

Si usted desea ponerse en contacto con este salmista, puede hacerlo al 8340-8150 o al correo teo7jordel@hotmail.com

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