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Cientos de personas se reunieron en el Muro Occidental de Jerusalem para rezar por los afectados por el brote de coronavirus y para detener la epidemia. Allí se recitaron oraciones y salmos, cantaron e incluso bailaron en círculo, pidiendo a Dios que les ayudara a encontrar una cura para la enfermedad, en una ceremonia promovida por el Rabino Jefe de Safed y presidente de la Asociación de la Comunidad Rabínica, el Rabino Shmuel Eliyahu, en asociación con la rama israelí de la Unión Ortodoxa de los Estados Unidos.
«Millones y millones de personas están pasando por un tremendo sufrimiento en China y fuera de China», dijo el Rabino Avi Berman, director ejecutivo de la rama israelí de la Unión Ortodoxa, a The Jerusalem Post antes de la ceremonia. «Como judíos, creemos que Dios tiene el poder de enviar curación. No somos médicos, pero podemos rezar».
Berman no sólo mencionó a los infectados por el virus, sino también a los millones de personas que actualmente están en cuarentena y a los otros desafíos a los que se enfrenta China, como la decisión de muchas aerolíneas de cancelar sus vuelos hacia y desde el país. También subrayó que el Gobierno chino está haciendo todo lo posible, incluso adoptando medidas muy difíciles, para asegurarse de que el virus no se siga propagando.
«Miramos a nuestros antepasados y vemos cómo cuando veían problemas en el mundo, rezaban a Dios para que los cuidara, rezaban para que los enfermos se recuperaran y para que los pobres encontraran sustento. El pueblo chino representa una sexta parte del mundo y muchos se ven afectados también en los Estados Unidos, en Europa, en Asia», añadió Berman. «Todos deberíamos preocuparnos por lo que está pasando y unirnos para hacer algo al respecto».
Después de la oración diaria de la tarde, se recitaban una serie de salmos y oraciones tradicionales para la curación.
«Cada persona en el mundo tiene la capacidad de rezar con sus propias palabras. El Rey David, que pasó por tiempos muy difíciles, compuso hermosas oraciones que podemos usar», dijo Berman, enfatizando la importancia de dirigirse a Dios cerca del Monte del Templo, un lugar de especial valor espiritual.
Durante la ceremonia, los organizadores expresaron la esperanza de que desde el «centro del mundo» se pueda encontrar rápidamente una cura para el coronavirus, recordando cómo el judaísmo promueve la santidad de la vida humana. Una larga explosión de shofar concluyó el evento. Vera Schwarcz, profesora de historia china en la Universidad Wesleyana de Connecticut, que asistió al evento desde el lado de las mujeres, también enfatizó la importancia del lugar. «Estoy encantada de que tanta gente haya venido a pesar del clima. Creo en el poder de los tefillot [oraciones]», dijo.
«En tiempos de necesidad todos nos unimos y con la ayuda de Dios esperamos que el coronavirus se cure pronto. Sin embargo, es importante recordar también que hay que unirse en tiempos normales y no perder de vista todo lo bueno que existe en el mundo», concluyó Berman. Según los organizadores, varios funcionarios chinos en Israel asistieron a la ceremonia. «La Embajada China en Israel desea expresar su sincero agradecimiento por la simpatía, el apoyo y la solidaridad expresados por el pueblo judío. Nunca lo olvidaremos», dijo la embajada.
