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Gobierno e Iglesia ¿quién tiene la mejor parte?

Rigoberto Vega / Evangelista/

Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. (Génesis 13:8)

El altar del ceder, es el que surge a consecuencia de una disyuntiva entre dos posibilidades, que habían brotado a consecuencia de las continuas disputas entre los pastores de Abraham y los de su sobrino Lot, por la tierra. 

Una alternativa era quedarse con la mejor parte, lo cual podría haber hecho legítimamente al ser Abraham el recipiente de la promesa de Dios y jefe del clan, la otra era ceder sus derechos de elección a su sobrino y que él escogiera primero. 

Sin embargo, aquí tenemos al heredero de las promesas (tipo de la Iglesia) quedándose supuestamente con la peor parte para evitar un conflicto con su prójimo.  La ventaja se la concede al que no tiene titularidad en la herencia, (Gobierno) asumiendo él las desventajas. Pero es más importante para Abraham (La Iglesia) el dador de la tierra, que la tierra misma. Y son más importantes las personas que las posesiones (El Gobierno). De ahí que levanta este altar que testifica de ello. 

Aparentemente el Gobierno se ha quedado con la mejor parte pero NO , la mejor parte es aquella que Dios nos ha entregado a nosotros, una nación entera para que aun nosotros como Iglesia la podamos llevar a los pies de Cristo y mejor si lo hacemos en medio de tanto secularismo y tanta oposición espiritual. Nuestra lucha no es contra sangre ni carne, se nos ha dado y nos hemos quedado con la mejor parte, así que no nos distraigamos con aquellos necios que en su corazón dicen que no hay Dios, nosotros y no ellos somos los representantes de Dios en esta bella nación llamada Costa Rica.

Ciertamente la Iglesia hoy conformada por todos aquellos creyentes cual vírgenes prudentes e insensatas, seguimos teniendo el reto de evangelizar esta nación hasta que todos caigan rendidos a los pies de Jesús.

Recuerde NO son  la Iglesia todos aquellos que solo se quedaron en el procurar entrar, pero no entraron nunca, no son Iglesia la cizaña sino el trigo, no son Iglesia los que fueron dejados y no son Iglesia esos que se quedaron en el campo o en la cama… y no son Iglesia porque nunca nacieron de nuevo, son meros simpatizantes. Simple y sencillamente eran de los que se limitaron a “apretarlo” y no a tocarlo, cual mujer del flujo de sangre.

 La Iglesia simple y sencillamente marca diferencia y esto…más allá de una religiosidad evangélica o católica.

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