OPINIÓN

Regulación sobre el aborto: Algunas reflexiones

Dr. Guillermo Flores/ Articulista/

Algunos costarricenses creemos que lo ya dispuesto en el artículo 121 del Código Penal contiene la legislación necesaria para tratar las situaciones en las que la interrupción de un embarazo puede ser requerido. Como es sabido, el artículo citado dice:

 “No es punible el aborto practicado con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando no hubiere sido posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros medios.”

El artículo dice claramente cuándo no es punible, cuáles profesionales lo deben realizar, y el propósito específico de dicha intervención.

Es probable que estandarizar el protocolo acerca de cómo proceder en estas situaciones sea una idea que merece ser tratada. Sin embargo, tres elementos son preocupantes.

La primera es el silencio total sobre la vida del embrión en las regulaciones que la norma técnica está proponiendo. Creo que todos estamos de acuerdo que la vida de la madre / mujer debe ser protegida. No discutimos un instante los derechos de la mujer en un embarazo donde está en riesgo su vida. Como sociedad debemos estar claros que la salud y la vida de la mujer deben ser protegidas. Esto debería ser afirmado y defendido por todos. Pero, por otro lado ¿Qué de la vida del embrión? ¿Quién dice algo sobre cómo garantizar la vida del feto? ¿Es que los derechos de la madre son incompatibles con los derechos del ser no-nacido? Es nuestro deber como comunidad garantizar los derechos de ambos.

En segundo lugar, concedido, el artículo y las regulaciones que se están proponiendo tienen que ver específicamente con aquellas situaciones en las que el embarazo debería interrumpirse “con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre.” Sin embargo, la intranquilidad surge cuando estas propuestas están siendo hechas por algunos sectores de la sociedad (gobierno) que desearían legalizar el aborto no sólo en estos casos particulares, sino dejarlo a elección de la mujer. El argumento ha sido que “la mujer tiene derecho de hacer con su cuerpo lo que quiera”. Esta afirmación es solo parcialmente correcta tanto para hombres como para mujeres. Pero la inquietud surge, justificadamente, en el sentido si esta regulación que se está firmando no será un movimiento estratégico para luego avanzar otros protocolos con la intención de legalizar el aborto por cualquier causa. Si ya el artículo 121 legisla sobre estas situaciones, si ya nuestros profesionales en este campo de la medicina y la salud pública han estado practicando estos procedimientos, porqué una nueva reglamentación.

En tercer lugar, y como una ampliación del párrafo anterior, los objetivos propuestos por el texto sobre la norma técnica, básicamente, no añaden nada nuevo a lo legislado en el artículo 121. Pongo aquí los objetivos del texto:

2.1 Establecer las bases técnicas para la valoración y aplicación de un procedimiento médico vinculado con el artículo 121 del Código Penal.

2.2 Resguardar a través del procedimiento médico dispuesto en esta norma, el derecho a la vida y a la salud de las mujeres embarazadas, para evitar un peligro para su vida o salud y este no ha podido ser evitado por otros medios.

2.3 Fortalecer el rol Ministerio de Salud como rector en materia de salud pública en el Estado, en los términos establecidos por esta norma técnica.

Lo que dicen los numerales 2.1 es sobre cómo proceder desde un punto de vista administrativo y médico.

He leído el texto sobre la así llamada “Norma técnica para el procedimiento médico vinculado con el artículo 121 del código penal” que vengo considerando y me queda claro que hay allí recursos útiles para las mujeres afectadas y para los profesionales en la materia. Pero, para redondear el razonamiento, todavía queda la duda si esto no será un recurso previo que pavimenta el camino para otras propuestas en la dirección de legalizar el aborto por cualquier causa. Esta es una preocupación que muchos tenemos.

Este es un tema muy sensitivo y unas aclaraciones están en orden. Quien esto escribe, y creo que miles de compatriotas, también, tenemos claro nuestro total apoyo a los derechos de las mujeres (y de todos), estamos decididos a combatir el machismo, estamos a favor del cuidado del medio ambiente, a favor de la igualdad humana, de la justicia social, etc. Pero, también, entendemos que hay ciertos temas y situaciones humanas que tenemos que tratarlos caso por caso. El aborto es uno de esos casos. La razón es que estamos a favor de la vida. A favor de la vida de la madre y del ser no-nacido. Y cuando observamos que algunos sectores con poder político no parece que valoran la vida de los seres en gestación en el vientre de sus madres, los que pensamos diferente tenemos que alzar nuestra voz y defenderles.

Si confundir el asunto que estamos tratando, esta es una oportunidad para reafirmar la convicción que es equivocado matar seres humanos inocentes en estado embrionario. Todos/as, en nuestra concepción, fuimos un cigoto, embrión y feto un día. Si es incorrecto que nos maten hoy como adultos, es equivocado asesinar criaturas todavía no-nacidas, también.

El aborto es anti-humano. Es anti-vida y anti-derechos humanos. El aborto es una situación diferente a los otros asuntos sociales complicados que tenemos hoy como sociedad. Cuando una civilización pierde el valor y la dignidad de los seres en estado de gestación esa civilización se ha deshumanizado. Ha perdido el sentido de la vida. Cuando ideologías o regímenes siniestros han querido destruir el presente y el futuro de un grupo social han empezado por matar niños/as en cualquiera de sus fases desde la concepción.

Estos días de Navidad son para celebrar la vida, no para burocratizar la muerte. Herodes ordenó la muerte masiva de los niños/as menores de dos años, porque entre ellos/as podía estar el Mesías (liberador y salvador). El infanticidio y el abandono a la muerte de las personas con retos de salud (deficiencias de nacimiento) eran bastante comunes en el mundo antiguo. Es sabido que los cristianos con una conciencia profunda de la dignidad de toda vida humana les recogían y cuidaban. Los nazis mataron miles de niñas/os. Todo lo vieron como un asunto burocrático. Simplemente seguían unas regulaciones del sistema que tenían que cumplir — mostrando una total falta de empatía por la vida. ¿Veremos los costarricenses estas regulaciones solo como protocolos de procedimientos administrativos o aquí se está gestando algo más profundo y delicado?

Defendamos la vida de la madre y defendamos la vida del embrión, también. Ambos requieren protección. Se entiende que en los casos cuando la vida de la madre está comprometida, fuera de toda duda, se tienen que hacer decisiones que no se desean. Pero fuera de esos casos, ningún aborto debe de ser ni legalizado ni procedido. Y, cuando haya casos extremos, como sociedad debemos crear instituciones donde las madres pueden entregar a sus hijos en vez de abortarlos. Defendamos la vida de los inocentes de los Herodes contemporáneos. No confundamos derechos humanos con hacer lo que quiero, sin considerar el daño irreparable a los otros/as –incluyendo a las criaturas en gestación.

Promovamos la vida. Provoquemos espacios donde la vida de todo ser humano, cualquiera que sea su etapa, sea afirmada, valorada y respetada. Gestemos ambientes sanadores y liberadores donde la vida emerja plena y llena de promesas. Laboremos por el florecimiento pleno de todo ser humano en cualquier fase de su existencia.

(Los comentarios y artículos de opinión, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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