Por qué es importante celebrar un día de la Biblia
Las pautas dadas en la Biblia han tenido gran influencia en la sociedad actual en temas como religión, educación, literatura, música, arte, etc.
Ana Victoria Badilla / Foto: Fines ilustrativos /
La Biblia es el libro sagrado en que se basan las iglesias de tradición judeo cristiana, y por esa razón, muchos países de religión cristiana dedican un día a ese libro.
En Costa Rica el día nacional de celebración de la Biblia se estableció en el año 2000, mediante Ley 8030, en la que se indicó que dicha conmemoración se llevará a cabo el primer sábado de setiembre de cada año.
Expresa la ley que esa evocación tendrá como objetivo el fortalecimiento de los valores morales y espirituales del individuo. Descripción que es lógica, pues siendo la biblia el libro sagrado para quienes abrazan la fe cristiana, esta se constituye en una guía moral y espiritual, dicta normas éticas y da identidad a los cristianos, es decir, se aspira a que quien se dice cristiano ajuste su conducta cotidiana a los enunciados bíblicos.
Las iglesias evangélicas y protestantes conmemoran el día de la Biblia el 26 de setiembre, pues fue en esa fecha en el año 1569 cuando se terminó de imprimir en la ciudad de Basilea, Suiza, la primera Biblia traducida al español. El traductor, Casiodoro de Reina, fue un monje español nacido en Badajoz (antigua ciudad de Montemolin, perteneciente al reino de Sevilla), quien llegó a Basilea huyendo de la inquisición.
Los creyentes católicos por su parte, celebran el día de la Biblia el 30 de setiembre por ser ese el día dedicado a San Jerónimo que fue un estudioso de la Biblia y dedicó su vida a traducir la Biblia al latín (la llamada Vulgata, versión declarada en el concilio de Trento como la edición auténtica para la iglesia católica latina).
La Biblia traducida al español por Casiodoro de Reina es conocida como la Biblia del Oso por cuanto en su portada tiene la figura de un oso que intenta bajar de un árbol un panal de miel. Respecto de esa ilustración se han dado varias interpretaciones, algunos afirman que el oso era el logotipo del impresor, sin embargo y más apropiada es la tesis de que es una imagen cripto-simbólica en la que hay un profundo sentido bíblico: el oso representa al cristiano “que está dispuesto a sufrir los rigores de la persecución (aguijones de las abejas) se apoya en la fortaleza de su fe (árbol) para acceder a la dulzura del alimento espiritual que proporciona la palabra de Dios (miel) traducida al español con esfuerzo constante (mazo) por un traductor laborioso y humilde (como las abejas) porque sabe que «La palabra del Dios nuestro permanece para siempre” -Isaías 40:8- versículo que se encuentra en la portada de ambas versiones- (María Dolores Alonso Rey: El Emblema de las Biblias del Oso y del Cántaro: Hipótesis Interpretativas, Revista de Cultura Visual No. 4, Universidad de Angers, Francia 2012)
La traducción de Reina fue luego revisada por otro monje, Cipriano de Valera, también sevillano, quien al igual que Reina escapó de la inquisición española huyendo desde el monasterio de San Isidoro del Campo, se refugió en Inglaterra y posteriormente en Ginebra. Valera hizo una revisión la Biblia del Oso, la cual fue publicada en 1602, en la ciudad de Ámsterdam.
Esta versión es conocida como la Biblia del Cántaro pues en su portada se presentan dos jardineros regando un árbol con un cántaro que, al igual que en la versión de la Biblia del Oso, se trata de una imagen cripto-simbólica. Según Alonso (op.cit.) “En el emblema de la Biblia de Valera, lo importante no es quien planta sino la evolución de ese árbol gracias a quien la hace posible. Estaríamos pues ante el árbol de la fe que crece y se robustece gracias a los rayos del sol que es Dios, como en el texto de San Pablo”. Otros interpretan la portada de esta Biblia como que los dos jardineros de la imagen representarían a quien tradujo la primera Biblia, Reina, y a quien la revisó, Valera. Los dos son, con su trabajo, humildes servidores, colaboradores de Dios, pero solo Él importa y, como en la Biblia del oso se cita el versículo que señala que la palabra de Dios permanece para siempre. La Biblia de Reina revisada por Valera, conocida como Reina Valera es la versión de la Biblia que más utilizan las iglesias evangélicas de habla hispana.
La Biblia católica y la evangélica difieren en el número de libros que comprenden, pues la Biblia es en realidad una biblioteca, la Biblia evangélica está conformada por 66 libros, mientras que la católica contiene 73 libros. Esto se debe a que la católica incluye siete libros denominados deuterocanónicos: Tobías, Judit, Sabiduría, el libro del Eclesiástico, Baruc y los libros 1 y 2 de Macabeos. Estos libros fueron excluidos de la biblia evangélica por la Reforma Protestante, pues el reformador, Lutero, consideró que esos libros no eran armónicos con el resto de las escrituras y que no tenían el mismo nivel de autoridad, además de que no formaban parte del canon judío (Tanaj), por lo que, al traducir la Biblia al alemán, no eliminó los deuterocanónicos, sino que los colocó como un apéndice. La eliminación de los libros deuterocanónicos de la Biblia protestante, se decidió en la Confesión de fe de Westminster (1646).
Las pautas dadas en la Biblia han tenido gran influencia en la sociedad actual en temas como religión, educación, literatura, música, arte, etc. En el campo del derecho su influencia es de gran notoriedad al colocar al ser humano como figura central en la sociedad, exaltando la dignidad humana, y al desarrollar conceptos como justicia y propiedad, libertad religiosa y derechos humanos, protección a los extranjeros, a las personas desvalidas, y a los más vulnerables, etc., principios todos estos que están incorporados en el derecho occidental, y que dan lugar a la implementación de políticas de bienestar social.
En el orden político la influencia bíblica se presenta en muchos aspectos de la estructura del Estado por ejemplo en la idea de la existencia de un pacto entre los gobernantes y el pueblo, este constituye un convenio que establece derechos y responsabilidades de ambas partes y por tanto da lugar a que se suscriban contratos sociales y constituciones.
En las democracias modernas se nota la influencia bíblica en la idea de separación entre iglesia y Estado (dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios).
Al respecto, el catedrático de la Universidad de Navarra, Rafael Domingo Oslé, señala: «El impacto del protestantismo sobre la cultura jurídica occidental fue también colosal. Los fundamentos de las teorías democráticas modernas, los ideales fundacionales de libertad religiosa e igualdad política, el principio de federación, el surgimiento del Estado del bienestar moderno, la defensa de las garantías y derechos procesales, la conversión de los deberes morales del Decálogo en derechos individuales, la doctrina de la resistencia constitucional contra la tiranía, o la idea de una constitución escrita como una suerte de pacto político deben mucho a la Reforma protestante». (Derecho y cristianismo: ¡Unidos para siempre! Revista Omnes, 21 de febrero de 2024).
Siendo tan importante la influencia de la Biblia en nuestra sociedad, con absoluta independencia de la fe religiosa que se profese, parece justo y acertado que se le dedique al menos, un mes al año, setiembre, para recordarla y para intentar analizar los distintos aspectos –no solo el jurídico- en que su contenido toca nuestra organización social. Al menos sirvan estas líneas para subrayar algunos hechos de cómo el texto ha llegado a nuestro presente.
(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).