Internacionales

Nicaragua expulsó a más del 23% de su clero bajo el régimen socialista de Daniel Ortega

Según la abogada Martha Patricia Molina, 143 líderes cristianos fueron obligados a abandonar Nicaragua entre 2018 y 2024.

Fuente: Guiame, con información de La Prensa / Foto: A. Zúñiga / A P /

Un sacerdote obligado a exiliarse describió la implacable persecución que enfrenta la Iglesia católica en Nicaragua desde 2018, afirmando que “la Iglesia ha sido decapitada”.

En entrevista con La Prensa, bajo estrictas condiciones de confidencialidad, afirmó que cree que el presidente del régimen comunista, encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, está decidido a, si no destruir, al menos reducir a la Iglesia católica en Nicaragua. a la insignificancia.

Desde abril de 2018, más de 140 figuras religiosas, entre ellas un nuncio apostólico, tres obispos y varios sacerdotes, se han visto obligadas a abandonar Nicaragua tras la brutal represión de la rebelión ciudadana por parte de la dictadura.

La represión se saldó con la muerte de más de 325 nicaragüenses, según informaron organismos internacionales y expertos en derechos humanos por encargo de la Organización de Estados Americanos y Naciones Unidas.

La Iglesia denunció los asesinatos, las detenciones ilegales, los juicios sumarios y la represión generalizada del régimen. Esta violencia, ampliamente reconocida por la comunidad internacional como crímenes contra la humanidad, fue perpetrada por la dictadura.

“A causa de esta acusación, la Iglesia es una molestia para ellos”, afirma el sacerdote.

Dictadura

Un recuento realizado por La Prensa estima que hay al menos 611 miembros del clero en Nicaragua. Los 143 sacerdotes representan alrededor del 23% del clero de la provincia eclesiástica de Nicaragua, que incluye una archidiócesis y ocho diócesis.

Todas las diócesis se han visto afectadas por la represión del régimen, que expulsa a sacerdotes de diversas formas: algunos son obligados a exiliarse, otros no pueden regresar aunque sean nicaragüenses, y hay casos extremos en los que 30 miembros del clero fueron encarcelados durante meses antes de ser desterrado al Vaticano.

En octubre de 2023, la dictadura expulsó a 12 religiosos y, en enero de 2024, a 18 más, entre ellos los obispos Isidoro Mora, de la diócesis de Siuna, y Rolando Álvarez, de la diócesis de Matagalpa, una de las más afectadas.

“Esta ausencia afecta a toda la provincia. Hay diócesis como Matagalpa, donde casi la mitad del clero se encuentra en el exilio. Otras diócesis que enfrentan problemas son Estelí y la Arquidiócesis de Managua. Los sacerdotes que quedan son jóvenes, pero hacen lo que pueden”, afirma el sacerdote.

La operación de la dictadura contra el clero ha sido meticulosa y exhaustiva. Además de expulsar a las voces más críticas del púlpito y de los medios de comunicación independientes, ahora en el exilio, el régimen también expulsó a sacerdotes altamente calificados.

Expulsiones

En diciembre de 2023, la represión se intensificó con la expulsión de figuras clave. Un caso emblemático fue la detención y posterior expulsión del padre Raúl Zamora, párroco de la Parroquia Divina Misericórdia en Villa Fontana, Managua.

La noche del 13 de julio y la madrugada del 14 de julio de 2018, su iglesia fue atacada por paramilitares durante 12 horas, luego de que el sacerdote albergara a estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) que huían de los disparos.

El estudiante Gerald Vásquez López murió dentro de la iglesia luego de recibir un disparo en la cabeza afuera del templo. El padre Zamora dejó agujeros de bala en las paredes de la iglesia como testimonio del brutal asalto.

El régimen obstaculiza la transición generacional

Aunque actualmente no hay sacerdotes en prisión y la Iglesia evita comentarios que puedan alterar la dictadura, continúan las denuncias de acoso. La represión parece haber entrado en una nueva fase, ahora dirigida a la transición generacional dentro de la institución.

El sábado 27 de julio, el administrador «Ad Omnia» de la Diócesis de Estelí, el padre Frutos Valle (máxima autoridad en ausencia del obispo), recibió la orden de la policía del régimen de cancelar la ordenación de tres diáconos.

Luego de que la cancelación fuera reportada en los medios, la policía detuvo al padre Valle, de 80 años, y lo puso bajo arresto domiciliario ilegal, sin cargos ni investigación formal.

Según la sacerdote e investigadora Martha Patricia Molina, los seminaristas enfrentan un problema más amplio: la imposibilidad de convalidar y complementar sus estudios seminaristas, ya que en Nicaragua no existen universidades que reconozcan o amplíen su oferta académica. Esto sirve como un desincentivo adicional para los jóvenes que desean ingresar al seminario en un país donde la Iglesia está sitiada.

“No es lo mismo que un sacerdote reciba preparación sólo en el seminario, que alguien que además tiene una formación académica, que ofrece una perspectiva diferente y complementa la preparación que se brinda en el seminario”, explicó Molina.

Los seminaristas complementaron sus estudios teológicos con cursos de Filosofía y Humanidades en la Universidad Juan Pablo II y la Universidad Imaculada Conceição de Managua.

Exilio

De los 10 obispos que integran la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), tres se encuentran en el exilio: monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua; Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa; y monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna.

Monseñor Abelardo Mata, ex obispo de Estelí, jubilado en 2021, y el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, y monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega, han cumplido 75 años y deben presentar sus renuncias. Sin embargo, el Papa puede permitirles permanecer en sus funciones por más tiempo si continúan desempeñando plenamente sus funciones.

Dado que la dictadura probablemente no permitirá el regreso de los obispos exiliados, se espera que Nicaragua nombre tres nuevos obispos para reemplazar a los retirados. El Vaticano también necesitará encontrar una manera de abordar la situación de los obispos exiliados.

La situación se complica por el número de sacerdotes que se han visto obligados a marcharse. “Actualmente no hay candidatos. El Papa probablemente ampliará los mandatos del cardenal y del obispo Herrera, pero la situación es difícil, sobre todo porque no hay ningún nuncio”, dijo el sacerdote.

Actualmente no existen sacerdotes con capacidad para ser obispos. Aunque algunos quieren el cargo, como el padre Julio Arana, de la Iglesia de San Judas Tadeu en San Judas, y el padre Boanerges Carballo, de la Iglesia de Santo Domingo en Las Sierritas de Managua, ambos considerados cercanos a la dictadura.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba